viernes, 3 de junio de 2016
domingo, 29 de mayo de 2016
viernes, 13 de mayo de 2016
LOS CAPRICHOS PINTURAS Y DIBUJOS
"LOS CAPRICHOS"
(PINTURAS Y DIBUJOS)
Retrospectiva
Sala:
ROBERTO HENAO BURITICÁ
GOBERNACIÓN DEL QUINDÍO
mayo/Junio/julio
2016
La retrospectiva plástica “LOS
CAPRICHOS” del pintor Omar García Ramírez, la conforma una selección de obras,
creadas durante un periodo de tiempo que abarca más de 30 años de actividad artística.
La línea fundamental de esta
serie, es lo fantástico. Zoomaquias, mutaciones, metamorfosis, paisajes
alucinantes y escenarios en donde la semilla de la extrañeza parece germinar en
medio de colores y líneas de esgrafiado.
El dibujo es el componente
fundamental sobre el que se sustenta la muestra. Allí opera como estructura del
campo de color; como línea sinuosa y dinámica que esboza movimientos, ligeros pentimentis insinuados,
que indican giros y direcciones dentro de la arquitectura de la
composición. Omar García Ramírez es un dibujante con muchos recursos técnicos que hacen
de su línea una mecánica gráfica para el
ensamblaje de cuerpos y acciones. Durante mucho tiempo creó sobre texturas y
campos de color abstractos; ahora, en esta serie, selecciona de su extensa
producción de arte figurativo obras en donde los personajes ocupan el espacio pictórico,
moviéndose dentro de coordenadas que son líneas de fuga hacia el centro de la tela;
allí la luz nocturna está siempre presente.
En lo referente a su temática,
esta serie es conceptual; inquietudes ecológicas, sociales y metafísicas están
presentes en sus telas y dibujos. Cada obra es una declaración de principios en
donde se narra o se insinúa una problemática contemporánea. No es la obra de
este pintor, elemento puramente decorativo; es una obra que trata de incomodar,
cuestionar, ironizar, caricaturizar una realidad que no solo es colombiana,
sino universal. Su preocupación ha sido la de hacer obra pictórica que exprese, y desarrolle una imaginería del
malestar. Si en los caprichos goyescos la sociedad española de su tiempo era el
objetivo del genio de la quinta del sordo; en la obra de García Ramírez es el
mundo contemporáneo reflejado en las ciudades colombianas; un juego de espejos
no exento de humor ácido y descarnado; una teratología bizarra, el motivo de su
trabajo.
Lo hermético, lo esotérico, lo
alquímico están también presentes en delicada simbiosis con lo erótico. La
serie los caprichos está impregnada de lo sublime, (en el sentido que le diera
Kant); es decir, territorio en donde pasiones, locura, saberes ancestrales y
mitologías urbanas desarrollan su potencial; teatro de sombras y luces, teñidos
por cierto tenebrismo ultra moderno.
La pintura no ha muerto, sigue viva
en la pintura de artistas como García Ramírez, quien desde su óptica, trata de
aportar una visión personal. Para los que dicen que un arte como la pintura está
en vías de extinción los remitiría al artículo de Carlos Salazar (pintor y
ensayista colombiano) “Pintura e
iconoclastia, breve historia de las muertes de la pintura” en la web Esfera
Pública, en donde se habla de los atavismos de la pintura. Un lenguaje tan
complejo no es cultural, es humano y más que humano, está contenido en la
información genética de serie de estructuras biológicas altamente evolucionadas
dentro del reino animal. Y solo para hacer un paralelismo: Si se hubiese declarado
la muerte al teatro, y esta se hubiese consumado por las elites culturales; el
moderno performance, sería un subproducto de este, más libre, salvaje y
primitivo. En el caso de la pintura dos corrientes parecen fluir: una abstracta
que hace caer el telón; y otra más refinada, barroca, que vuelve sobre el
oficio y que lleva tema; una pintura de tesis.
En la pintura de los caprichos,
esta animalidad ancestral y atávica que se mencionara arriba; se expresa
libremente, ejerciendo su dinámica bestial como una danza de vida proteiforme. “Dejo salir al animal que baila con los
colores”, ha dicho el artista, y agrega: “Si no me divirtiera, y si no sufriera; si cayera en la fórmula para
agradar; lo dejaría para siempre”. Y es que se debe asistir a esta
exposición como quien va a una búsqueda; camino lleno de ramificaciones
estéticas, contenidas en un bosque cruzado de senderos. Obras seleccionadas de
series anteriores, que, por su valor simbólico, terminaron en la colección
privada del artista.
La pintura es forma y expresión
de lo humano, demasiado humano; y de lo sublime; es decir ese campo en donde
locura y maravilla se juntan para hacernos soñar con paraísos, infiernos y
purgatorios; pero sobre todo, saber que un arte
de medios aparentemente modestos,
pero de técnica compleja, vive en nosotros; que cuando se libera del canon
ortodoxo, nos sorprende, como la escritura imaginaria de nuestros miedos y
nuestras obsesiones.
John Jairo E. Guerrero
Coleccionista, marchante y
crítico de arte.
viernes, 6 de mayo de 2016
martes, 3 de mayo de 2016
LOS CAPRICHOS (PINTURAS/DIBUJOS) RETROSPECTIVA. OMAR GARCÍA RAMÍREZ
"Los caprichos" (carnaval). Óleo sobre lienzo. 120x160 cts
"LOS CAPRICHOS"
(Pinturas/Dibujos)
R e t r o s p e c t i v a
SALA ROBERTO HENAO BURITICÁ
GOBERNACIÓN DEL QUINDÍO
MIÉRCOLES 11 DE MAYO
6:30 p.m.
miércoles, 16 de marzo de 2016
viernes, 26 de febrero de 2016
martes, 23 de febrero de 2016
sábado, 30 de enero de 2016
jueves, 28 de enero de 2016
"LUKAS"
“LUKAS”
(Omar García Ramírez)
Lukas
siempre estuvo allí….
Cuando cayeron
las granizadas de hace cinco años.
Cuando el
invierno se demoró más de lo que todos esperaban.
Cuando el
verano llegó y mordió los huesos de la tierra…
Lukas estuvo
allí.
Lukas cavó
un hoyo y aguantó entre las pulgas…
Con una cadena
al cuello aguantó, mientras con obreros y carpinteros levantábamos la cabaña.
Llegué
borracho una noche, el vino a saludarme; No recuerdo si lo pateé…
En algún
momento creo que me odió.
Lukas estuvo
allí en las primaveras secas
en los
otoños ácidos, vio construir la casa.
Cancerbero
de la luna enferma. Perro de la noche oscura.
Recibió
palos de maestros y cariño de obreros.
Cuando la
obra terminó.
Le quité el
collar. Tenía una cicatriz en el cuello.
Montó a
nuestra perra labradora negra
Gwaira lo
recibió asustada;
Creo que
lukas le dio todo su amor en un instante mágico.
Su prole (doce cachorros muy bellos) nació a
la luz del mundo…
Mamaron
hambrientos de las tetas negras de Gwaira.
Le dije a mi
mujer: algunos morirán.
Ella con
paciencia y determinación heredada de abuelo germanos
alimentó la jauría
con coladas de avena y trigo. Todos vivieron…
Fueron
adoptados por gente que amaba los perros
se fueron a su
mundo, como los hijos, como debe ser.
Lukas por
fin libre de la cadena, se paseaba por allí.
Algunos
amigos vinieron.
Otros nunca
regresaron.
Cada uno
tras su sueño…
Yo estaba un
poco de regreso…
El mundo se
estaba perfilando sereno
me mantenía
afuera, lejos del pragmatismo que marcha con ruido de máquina.
Una sinfonía
de engranajes acerados que aceleraba las calles en las ciudades.
En el campo
hay más silencio y más luz…
Y de noche las estrellas se respiran con aires
de eucaliptus.
Escribí
algunos poemas para dejar declaración de intenciones…
Ya no estás
en el escenario…construyes tu propia mitología en los linderos de la locura.
Cuando haces
esto, abrazas la soledad. Hermosa compañera.
A veces un
hombre en el camino del retiro
necesita un
animal inteligente a su lado.
Un perro sabe
callar con los ojos lentos
Y sabe reír
con el corazón palpitando de roció.
Lukas Me
acompañaba cuando fumaba mi joint en
las tardes.
Se ponía un
poco melancólico cuando tomaba mi vino al anochecer.
En esos
momentos, procuraba guardar una presencia serena.
Pero después,
por un periodo de tiempo… se escapaba.
Hacia huecos.
Rompía
cercas.
Iba a buscar
perras.
Salía de
cacería por las orillas de la quebrada.
Se marchaba
de pelea.
Gwaira
estaba operada y mantuvo a raya al semental.
(Doce perros
son una prueba suficiente). Me imagino.
Ella había
sido una dama citadina.
(Da la mano.
Se sienta, es aseada…
Entiende doscientas
palabras y acciones).
Y tiene un
genio de matrona siendo aún más joven.
Lukas
Pasaba la
carretera…––Doble calzada con carros a cien––.
Yo iba
buscarlo y me lo traía amarrado…unas
veces
Otras
A rastras y
cargado.
Era pesado,
terco y fiero.
Lukas el
colmillo blanco.
Lukas el de
los ojos glaucos, el de mirar lejano.
Se volaba.
Un día
lo busqué infructuosamente…
Grité por
los alrededores de la vereda…
Pregunté a
los vecinos…
Lo vieron
pasar por algunos caminos
blanco como
un fantasma, se había esfumado.
Rendido regresé
a casa.
No quise
comer.
Mi mujer me
dejó café en la mesa del comedor.
Sobre la
media noche escuché los ladridos.
Fuí al
restaurante cercano a la avenida…
Ahí estaba, en medio de un circulo de bronca, acosado por tres perros de catadura feroz.
(A veces merodeaban por allí en busca de restos de comida).
Lukas se los
había encontrado en su camino.
Rompiendo la celada
se estaba batiendo
con garras y con dientes.
Sangraba.
Armado de un
garrote acabé con la gresca canina.
Lo llevé a
casa.
le curé
las heridas del lomo
y la cortada
en la almohadilla de una pata
con el
remedio de los cazadores españoles (Sal y vinagre).
Sanaron sus
heridas de guerra, al sol y el agua.
Lukas
Se ha hecho
viejo y noble.
Esta
calmado.
Pero de vez
en cuando
Sale
Y se va.
Le dejo la
puerta abierta.
Sé que
vuelve siempre
con un
rastro de monte y luna…
Esta fuerte.
Tiene un
caminar lento de viejo guerrero.
Ya no le gustan
los joints. Mantiene distancia.
La ceremonia
del vino es lo suyo.
Yo miro las
estrellas buscando una señal.
El mira a la
luna y canta una tonada lobuna con muchos arpegios.
Ya no ve muy
bien.
Y a veces se
le inflama una articulación de su pata izquierda.
Pero su
olfato…
Su olfato, se
mantiene intacto.
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