viernes, 25 de julio de 2008

EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLIN Y ALGUNOS POETAS


Este es el primero de los 12 post que me propongo escribir sobre el Festival Internacional de poesía de Medellín. Los iré soltando de la misma manera en que los correos electrónicos van llegando, con esas remembranzas humanas y literarias, que de alguna manera transforman tu trabajo, lo marcan y lo hacen abordar el asunto de la poesía de una manera diferente.

El festival internacional de poesía de Medellín fue un encuentro de voces dispersas, Voces y textos que de alguna forma tendían a encontrarse en una ciudad que como un cáliz verde contuviera el vino luminosos de la poesía. Escritores de muchos países y continentes, cada uno con su propuesta personal vinieron a abrevar en esas fuentes y a escuchar a otros poetas. El descubrimiento es parte importante de este festival. Escritores que uno no conocía, pero que de alguna manera le parecían familiares. Encuentros y coincidencias en los modos, las técnicas y los temas; acercamientos a escritores maduros y con toda la experiencia del mundo, junto a jóvenes con una trayectoria importante, que te descubrían importantes territorios del lenguaje, tratados con una técnica depurada, compleja y un arte de conocimientos profundos, decantados y fraguados a fuego lento en los atanores del idioma.

Gustavo Enrique Ortiz Clavijo es un joven poeta colombiano que hizo presencia en el pasado festival internacional de la poesía de Medellín. Su humor acido y sus comentarios polémicos no pasaron inadvertidos entre los asistentes a este gran evento poético. Vinculado al área de literatura de la Universidad Nacional y con una trayectoria importante en el campo de la poesía. Nos ha dado estos tres poemas (ALGUNOS FIRMADOS CON SEUDÓNIMO) para la publicación en GRIFFOS.


LA POESIA

La poesía es una necesidad semiótica
reza el axioma en el caldero.
Será acaso, la semiótica
una necesidad poética?
quien le toca interpretar
no responde,
se hace lluvia,
antifaz quemado
o un retazo de beso.

La palabra en sus zonas eróticas
es un lapso de hilo
sobre el abismo frutal de la grafía,
lágrimas de dioses
como indicadores de escena
para ser mordidos.
La democracia del signo
es un artículo de voyerismo
que se sacia
en prácticas de doble geografía,
la mentira sobre el espacio
punteado por la verdad
de ese tiempo necesario para un poema
que no alcanza
a ser nota musical.

Rodolfo Garcia L.


LA POESIE

La poésie est une nécessité sémiotique
dite un axiome dans un chaudron.
La sémiotique serait-elle par hasard
une nécessité poétique ?
Celui qui essaie de les interpréter,
n’aura pas de réponse,
il deviendra pluie,
masque enflammé,
fragment de baiser.

Le mot dans ses zones érotiques
est un laps de fil
suspendu sur l'abîme fruitier de la graphie,
des larmes de dieux
qui indiquent
la scène où tu seras mordu.

La démocratie du signe
est un article de voyeurisme
qui se rassasie,
en pratique, d’une double géographie,
de louange mensonger
sur l'espace pointé par la vérité
du temps si nécessaire au poème
qui ne réussit pas
à devenir note de musique.

Traduit en français par Athanase Vantchev de Thracy
Paris, le 16 mai 2008
A t h a n a s e V a n t c h e v d e T h r a c y
38 Boulevard Flandrin75116 Paris
FRANCE


SESIONES DE SOUL

Me gusta callar
para que las palabras no me encuentren
y sepan el ejercicio inútil del poema.
El latigazo de una hoja seca
como una sesión de soul,
la pátina del otoño
sobre mi ojo que escribe.
El rastrillo del tiempo
celebra una febril sombra.

La cabellera llameada de la ciudad
revela el clamor jubilado de los otros,
algunos ángeles caídos,
nautas brujos aquellos,
evangelizadores apócrifos del instante.
Desde este palco panorámico,
propicio para gimnasias de difunto,
dioses y poetas,
avizoro el costillar pétreo del destino.
Las campanas de la catedral
ofician el paso de esa mujer,
blanda Atenea de piel de luna,
quien escancia gotas
de vida y de muerte
sobre la redoma de los anónimos.

La amarga certeza de la caricia
entre sus notas hechizas,
un canto sombrío,
cachorro del deseo,
cubre su despedida.
La ceremonia se abre
como una flor en llamas
gracias a esa mujer:
los cellos invocando hojarascas,
la armónica que toma el pulso
de los que nos sabemos inmortales,
la tintura viva
sobre la lente
para los funerales del beso.

La bandeja de alimentos abandonada,
el sonido apetitoso de la tristeza
sobre las amorosas frutas,
las hojas de vida,
el queso familiar,
las verduras de un pasado,
las cuentas de salud,
el café de la espera,
la salsa agridulce
que bebían mis latidos.
La locura agradable del silencio
mientras vigilo la escena,
mientras los otros silencios
musicalizan la maldita miseria
en que bailan mis soledades.

Los talones lastimados
como dos lagrimones de muerte
cierran el hambre del amanecer.
Los instrumentistas se irán sin paga.
Sesiones de soul
poemas sin retorno
restos de una fiesta.
Inventar un gesto amable
Mientras somos ausencia.


Gustavo Ortiz
Literato por absentia