lunes, 15 de septiembre de 2008

GERMAN CUERVO/ POEMAS





GERMAN CUERVO
Es un escritor caleño residente en la capital de la montaña. Participó en el pasado festival Internacional de poesía de Medellín con una obra en donde se destaca una sofisticada vena irónica y humorística. Muchos pensarán, que al decir humorística, hablo de poesía en tono menor, pero no, se equivocan; la poesía de Germán Cuervo es única dentro del panorama de la literatura colombiana en donde la seriedad con cara de cartón cuche pasea como un flaneur aburrido dentro de las avenidas atestadas de vendedores y sobre los cementerios atestados de cadáveres sonrientes, ya que no son exquisitos.
Exquisitos son los cadáveres de algunos poetas que en vida, intentan el brillo color de tablero de las academias y no logran conmovernos; dentro de esas arquitecturas brillantes y frías, dentro de esas metáforas sin luz y sin ardor, palabras huecas, artefactos fríos, monedas falsas, talismanes que no han sido tallados por la vergüenza o el dolor, armaduras ligeras que no han entrado en la batalla y por eso parecen tan solo eso; poemas bien hechos para pasar al olvido de jardines narcóticos con flores de plástico.
Solo queda y aspira a quedar, la poesía verdadera; sofisticada, grande, compleja si se quiere; o la sencilla, echa de palabras cotidianas renovadas y esmaltadas de una nueva luz, como esos jarrones japoneses que entran de barro en el horno y salen de cristal y jade, de marfil y eternidad. Poesía verdadera la de los poetas que viven y han vivido; ríen y han reído; luchan y han luchado; que resisten y han resistido.
Germán es un poeta que canta a la vida, y cuando canta sus baladas pareciera que nos llevara hacia una tonada conocida, una calle familiar, el barrio en donde alguna vez fuimos felices; pero luego gira la esquina, y nos encontramos con una carcajada que rompe como un sable la nostalgia y nos deja con un palmo de narices. El humor es aproximarse poco apoco a esa presencia extraña de la vida que pasa y nunca se recupera. Pero que queda, y se hace poema para eternizarse. Reclamada en sus versos, nos la devuelve toda pátina, muro derruido, cielos dorados y azules que pasan sobre café de los turcos, en donde las baldosas se marchitan bajo los pasos de los derrotados y el culo carnoso y bamboleante de las mulatas del trópico alquímico.

El humor nostálgico e irónico en la poesía de las últimos treinta o cuarenta años, solo se ha practicado con acierto por algunos nadaistas y hay que reconocerlo, fueron, a su manera unos innovadores. Algunos siguen en la senda y no dan su brazo a torcer y encanecen como viejos robles, sátiros de piedra y madera duras; otros, se han retirado a sus pequeños cuarteles de hieles espesas en las cordilleras frías, desde donde disparan su arquería intelectual contra los humildes, quienes pagan el pato y el plato y hasta se mueren de la dicha, por que no los entienden; ni falta que les hace.

Es verdad que la realidad colombiana deja poco al humor, aquí se cultiva la carcajada ramplona, el chascarrillo del charro, los burlesco del hampa que se ha tomado la televisión. En Colombia el “humor” en la literatura es cosa de columnistas de domingo, escritores de la pulp farandulera con su costra de notas para hacer reír a los oficinistas y a las secretarias, cuando no, el rosicler maricón de los metro-sexuales y los consumidores de tetas y vaginas de papel en las revistas destinadas a ciertos juppies que consideran que el ombligo del mundo queda en chapinero. Debería el humor y la ironía cultivarse con oficio en ligas mayores de la literatura colombiana, ya que se tiene la herencia histórica de un Tuerto López, de un León de Greiff, un Vargas Vila (panfletario que a su manera un poco litúrgica hizo reír a la musa y horrorizar a la Burguesía gobiernista católica de su época).
German Cuervo renueva esa tradición perdida y casi extinta, la hace humana y dolorosa; la lleva a nuevas fronteras en donde el reírnos de nosotros mismos, es la condicion de los hombres que aspiran a la verdadera libertad.

Este cuervo aletea, no sobre el busto de Palas Atenea, sino sobre las mañanas podridas del trópico y picotea sobre el corazon de los espantapajaros, para decirnos que, de alguna forma, estará bajo el sol y bajo la noche enlunada de la sangre, con su balada solar y su nocturno graznar.

Exclusivos: para la revista GRIFFOS DE NNEONN.
De el libro: “El viento en la Balanza” Una suculenta muestra de su poesía.

El SOFA
de casualidad he visto otra vez el sofá
en un mercado de pulgas
mal acomodado y para la venta
una deprimente tarde de festivo
viejo sofá ¡que impresión
me da verte!
¿cuántas veces?
fueron tardes de sofá
vespertinas de sofá noches de sofá vino y música
en tus lomos vi las estrellas

¿te acuerdas de ella su falda a cuadros?
( que terminaba encima del televisor )
su bufanda su pelo revuelto en tu chalís
eres la negación del olvido
el testigo mudo
viejo sofá
tú que sabes tanto de chismes
y cosas polvorientas
tú que sabes tanto de reveses de tapicería
tú que sabes tanto de nalgas ¿no era ella toda divina?
¡cuántas veces no se durmieron sus nalgas
en tus mejillas?
eres prueba reina de mi fracaso
¡cómo no construí mi felicidad esas tardes de solaz!

¿dónde estabas? ¿ qué ha pasado durante tantos años?
tuve mi oportunidad y la perdí
tablas desvencijadas cojines mullidos
desperdicios de vida tachuelas
pulgas que saltan para no volver
¡oh! viejo sofá cuánta nostalgia
cuánta tristeza me traen tus lomos maternales
viejo sofá
deshilachado sofá
¡cómo pesas en mi vida!

no sé cómo tuve el valor
para despedirme del sofá y alejarme
de espalda al mar frente a mi alma
yo viejo mueble abandonado




LOS SIETE PUNTOS CARDINALES DEL ATARDECER

mis hermanas claudia y patricia
sirven chocolate con queso
tras las bufandas cristalinas
de un apartamento en chapinero

una lluvia de automóviles
entrando a bogota
por la autopista del norte
en este grisáceo atardecer
entre muros de barro y castillos
otros coches navegan sigilosos
por un camino viejo

un pájaro con bluyines apretados
se sienta en el rellano de una escalera en normandía
fuma para asomarse a un balcón en cali

dos amigos en parís en el café la tartin
empinan belgas cervezas mientras...
atardece en un cuadro de jan bar tels man

la hermana de Mabel al otro lado del cable
anuncia haber tenido una bebita las mismas tonalidades del mar
se recuestan marrones y rojizas o sea
y océano se equilibran
en los siete puntos cardinales del atardecer

una ventana en holanda con mantelito a cuadros



VISA DE RESIDENCIA

mi hermana y yo dormíamos en un tren
no teníamos residencia
luego
me acuerdo
vivíamos en una casa de invasión en parís
era un barrio como de hippies intelectuales
un barrio artístico
yo no podría decir que era amigo del GRAN ESCRITOR
pero lo conocía

llevando como obsequio una tortuga para EL encontramos unos muchachos de origen judío hijos de comerciantes quienes
jugaban con un sapo grande en la calle ellos dieron mi tortuga
al sapo que sin pensarlo dos veces se la tragó
como una serpiente hambrienta
sin masticarla siquiera
sin inmutarse

mi hermana y yo de allí en adelante
no dormimos nunca más en un tren
ni en un edificio de invasión en parís
se decía que había que pelar papas lavar platos
mis obras no podían conocer al GRAN ESCRITOR
eran niños de pecho apenas
sapos de brazos

ya que con otra máscara
la infantil pesadilla se repite
logramos sin querer
visa de residencia en otro sueño

esa desbaratada canción del sur
de donde veníamos
con campos de matorrales negros
donde los niños
corren libres a campo traviesa
las nubes son bajas en el árbol de mango
y la música crece en el patio perpetua
como una enredadera de soles al cielo





EL SOFISTA EN EL CAFÉ

Las nalgas son importantísimas
Vinicius de Moraes


Una tarde más en el café
los carros pasando por la avenida
pitos de autos y paquetes
yo soy el estudioso
si no fuera por esta sabia de veneno
que corre por mis venas
ya estaría bajo tierra
yo soy el concupiscente
el envidioso el codicioso y el chismoso
aquí estoy viendo pasar
a todos lo ciudadanos por la calle
mi conversación es una explosiva artillería
tengo lengua de víbora destructora
la gente que pasa frente a mi mesa se va desboronando

en trajín de meseros tintineo de lozas
descuelgo el bolero lento falaz el lobo de las horas
bosteza la tarde es un inclinar un aire que se va
mientras la mente cabalga sobre volutas de cigarrillo
es la tarde pintorreteada
que se agota tras los edificios
mujerzuela enigmática que sabe alejarse con elegancia
mientras yo envejezco poco a poco entre sorbos de café

tarde terciopelo
ninfa maquillada
háblame de ti
¿que hay en ese éter rosado?
¿qué hay en tu textura?
¿ habré malgastado mi vida?

nadie sabe como yo de los días perdidos
con el sol oblicuo y amarillento
sobre las baldosas de un café
ni de la huidiza niebla sobre las montañas altas

nadie como yo ha mirado tanto tiempo
a hombres y mujeres envejecer desde un balcón
declina en el jardín la rosa inmemorial
conozco esta hora
su luminosidad aletargada
las mujeres que trafican chismes en la tienda de la esquina
es un destino de calle infinita y repetida
la carreta de mango biche continúa en la puerta del colegio
detrás de un muro crece la maleza y botan basura
en las oficinas las secretarias maliciosamente maquilladas
los funcionarios evaden trabajo los escritorios vuelan por las ventanas
un polvo incesante cae sobre todas las cosas
el pregón transparente del chontaduro
destroza un calor fosforescente
pero ¿quien no se ha sentido en llamas incitado
ante el cuerpo perturbador de un transeúnte?
¿como escribir este misterioso poema de cinturas
desconocidas que transitan bajo las ceibas?
las clavículas los muslos y los tobillos son importantes
pero las nalgas son importantísimas

hay nalgas como notas musicales
así como ojos donde anidan pájaros

como un estudiante que presenta dificultad hay nalgas
así como otras donde el vocabulario se amplía
hay nalgas que se meten en la conversación
con nuevos recursos con una costumbre amañada de músculos
o traseros que se meten en nuestra vida para siempre
en una sucesión deliciosa y familiar de amaneceres y atardeceres
hay prominentes peligros como ponzoña de avispa
y derrieres caritativos de buenonas señoras
como maduras papayas para morder
dios en su viña ha dispuesto de todos los colores
nalgas y nalgatorios rodeados de poderes y hologramas
nalgas son las flores promisorias
y nalgatorios los temas dominantes
que amparan rezos y retos
para un mundo globalizado
crujen las sillas con batallas de ramos
y culos chupados temerosos
como arena inútil como novia triste
frágiles espadas de cristal
vestidos blancos y culitos de azúcar de niña virgen


una sustancia azul se va desvaneciendo
en algunas nalgas al atardecer
hay ancas famelicas y crueles que acechan
tras las celosías con uñas y dientes
como un perro amarrado en el patio
inmisericorde voluptuosidad ladrando

recostado en un muro
un adolescente espera todas las tardes
pasan ríos pasan piernas
pasan apresurados rabos presuntuosos
yo soy el que descifra y enyesa
el ojo gigante que desnuda
una tarde mas desde el café
pitos de autos y paquetes
los carros pasando por la avenida
detrás de mi taza de café nada ni nadie se salva


LAS TRES TIAS

las tres tías convivieron
en una casa antigua
esperando a sus hermanos
para almorzar
una ceremonia de cubiertos
un eterno mediodía

tarsila agustina ermeira siempre juntas
el rosario como un vicio a las seis de la tarde
una lora parlanchina del putumayo
un gato castrado y fofo
¡Importantísimo!
así como el perro diminuto
para estas intactas señoritas certificadas
de Tulúa

sus horas
un alargado fuego de crepúsculos
sus vidas
un corredor de húmedas baldosas
un barrio del casco antiguo
un bordado de meticulosas agujas
un cementerio de labios


desde que sus hermanos pudieron trabajar
ellas dejaron de hacerlo
había que preservarse
lo demás es lo que debe ser
lo que se supone
el qué dirán
una inocente receta de padecimientos


las tías murieron al parecer
sin pena ni gloria
en su mundo raro
entre campanas de iglesia
y un clamor de rosas y hortensias
a los 99 años
quizás por un pudor de superar el siglo



LA COMODIDAD DE ESTOS MUEBLES


La maldad consiste en quedarse a vivir con la mamá
alfred hitchcock


las fotos fijas de esta familia
me envejecieron
me comieron los mismos dramas
a la hora del almuerzo
no sé cómo he podido vivir
tantos años en esta casa
he dejado podrir el aire
entre empolvados libros y gobelinos

para soportar la comezón
a veces iba a la panadería aragonesa
antes al café de los turcos
pero sólo pedía agua y de la llave
ni un solo café claro
temo a la pobreza temo mucho a la pobreza

también allí se sientan veinte respetables señores
como yo
y sólo piden agua de la llave como yo

pero me cansé de ellos
al fin me abrí de ese infiernillo
son chismosos a morir
tienen demasiado tiempo
para envenenarse

además
son estirados pero sin dinero o tacaños

por fortuna vivo con alguna comodidad
entre los muebles de la casa de mi madre

no deseo ni amo al prójimo
sólo me gusta el noticiero y los periódicos
todavía no estoy muerto
eso parece esta casa ya es mía
me he apoderado de ella
puedo asomarme por todas sus ventanas
estoy aburrido de tanto diploma de la familia
ya clausuré la biblioteca allí se escuchan voces
me queda el balcón y algunas rendijas
paso la mayor parte del día
mirando
hacia afuera

hoy sospecho de mi valentía que no huyó
me odio por cobarde y odio a los cobardes
que se quedan en esta casa
pero ya todos se fueron eso parece
esta casa tiene que ser sólo mía
no admito otros hermanos ni parientes
anoche escondí un pandebono
en la alacena y hoy no amaneció
¿quién estará diezmando el mercado?

hoy sospecho de todo
de los cuidados excesivos
de mi madre
hoy sospecho de todo
hasta del aire y la música
hoy sospecho
de la comodidad de estos muebles






FÉMINAS ATASCADAS

Homenaje a Craig Czury
en mi aldea que está fuera de la vista ¡pobrecita!
los hombres andan ansiosos y desesperados
porque nuestras mujeres en la oscuridad
hablan solas
nuestras mujeres hablan en voz baja en rincones abarrotados
se esconden para cuchichear a mediodía
entre sucias muñecas en sospechosos sótanos
tienen conductas de drogadictas
al borde de un ataque de nervios fuman como locas
por la noche no se puede dormir por los murmullos
los muertos permanecen quieticos en sus cajones
como dormidos haciéndose los dormidos
pensando pensamientos
soñando con el trasero de alguna mujer

cómo ser optimista si entre el dormir y el despertar
los que ya murieron trabajan el sótano y
les ponen en la oscuridad blancos esparadrapos en el cerebro
les tapan los ojos con monedas desenterradas
cómo no ser pesimistas si nuestros muertos son caballeros
si en las noches las acompañan
hasta la puerta de la casa
les regalan paquetes de cigarrillos y caramelos
buques de flores
al dormir ellas patalean en la cama
poseídas en un sueño intranquilo
por la trasmigración de las almas
al despertar nuestras mujeres abren la ventana y comienzan
a echar bocanadas de humo a mirar hacia ninguna parte quietas
silenciosas ojerosas y trasnochadas como si pudieran ir en coche y estuvieran mirando
por la ventanilla de un bus abarrotado y si uno las mira
ellas disimulan
fuman tensas
fingen que todo esta bien




REZOS DE UNA NUEVA CANCION DE AMOR

¿Cuándo veré el rostro detrás del velo?
¿Cuándo conoceré el relato verdadero?
vivo en una sucesión de mascaras de barro
no cesa la escritura de carnaval y muerte pero
el gran timbalero no pierde su ritmo nunca
nada se pierde amor mió nada bajo esta tierra
aparente es el olvido de una nota o de un parlamento
al final de la representación festejamos siempre


Germán Cuervo.
Cali. Colombia.
(Escritor, pintor, publicista, diseñador).
Estudio publicidad en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ha obtenido varios galardones literarios:
1er Concurso Nacional de cuento (Universidad Jorge Tadeo Lozano).
Concurso Nal. de cuento: “Pablo Neruda”
Concurso Nal. de cuento: Universidad la gran Colombia.
Concurso: “Puertas de Oro”. Madrid España.
Ha publicado:
“Los indios que mató John Wayne”. Cuentos editorial Oveja Negra.
“Historias de Amor Salsa y Dolor” antología de cuentos, Cuervo/ Editores.
“El Mar”/ novela/ Plaza & Janes.
“El viento en la Balanza”. Premio de Poesía Jorge Isaacs /2006