lunes, 16 de junio de 2008

PALABRAS DEL DURMIENTE




POEMAS DE JORGE SCHULTZ NAVARRO

GOSPEL
a Enrique Barros Vélez
en amistad y agradecimiento,
y a George W Bush
por su extraño
parecido con el reverendo.


El reverendo Jhon Derek Scott
usaba botas tejanas
y un traje polvoriento de tres piezas.

No usaba revólver
sólo su hermosa voz digamos profunda y en picada,
pero donde había un difunto
el REVERENDO ponía una canción.

Caía en los funerales de los negros de Loussiana
y cantaba por tres dólares la noche;
el algodón entonces se volvía más blanco y triste
más sólo
cada copo en su tallo.

Al reverendo Jhon Derek Scott
lo acompañaban tres negras rollizas
cuyas dentaduras
parecían las ruedas de las embarcaciones de vapor del Misissipi.

Las negras cantaban como los ángeles,
una tenía pajaritos de miel en la GARGANTA como Whitney Houston,
otra
voz ardida como la de Gladys Night;
una suerte de tren de media noche a Georgia,
la tercera daba notas sutiles de cera y cirio
y un aroma de gladiolos silvestres
emanaba de los melones vibrantes de sus pechos
al cantar con el arco iris de su diafragma.

Cuando el reverendo y las negras cantaban
el cielo se abría por tres dólares la noche
para los desaparecidos del Misissipi;
cantaban ¡aleluya aleluya! y batían las palmas.
Era necesario el pavor y la melancolía en cada entierro
y las mazorcas asadas y sobar a las viudas a la manera del reverendo.
Cada soul era en realidad un sudario de tres dólares;
para que se abriera el cielo y llevaran en brazos a los deudos desnudos
por el aire de los algodonales.
El reverendo Jhon Derek Scott no usaba armas,
pero donde había cirios y flores
y una fotografía en blanco y negro
disparaba a diestra y siniestra
un SOUL entre bajos
y remolinos oscuros.


? O POETITA DE SCHULTZ

Soplaba el saxo
y un relámpago de notas se elevaba.
Dejaba en el aire una pregunta.

¿Una canción es un rascacielos de notas
un edificio
un puente de sonidos?

pero es amargo no tener respuestas
sólo preguntas metálicas amasadas por los dedos.

Saxo Furioso quería quedarse allí para siempre
pataleando en el piso como un hindú dentro de su túnica
emboquillados los labios
aferrado a su sonido mezcla
de oscuridad y brillo.

Soltaba notas sobre la gente que pasaba
ascendía por estas o aquellas doradas de oxigeno
de fusas estáticas y suspendidas en cerrado monologo
antiguo sin memoria.

GUESS WHO miraba la quietud de su color
se preguntaba por su mágica urdimbre gaseosa.

A veces deseaba escuchar
la guillotina que pende en cada instante se derrumbara
sobre la vida y la abriera en dos
como a esas frutas estereocósmicas
que crecían en la boca de su saxo.

Furioso oscuro como un astro
en notas de sol, de fa, de si y de corcheas
por si acaso.

Llueve sobre su calle
sobre el saxo
sobre sombras negras de paraguas

llovía y la lluvia empapaba su pregunta.

Pese a todo murmuraba.
Saxo loco no sabe ir de rodillas bajo paraguas
no decía:
sálvame virgen de los saxofones
señora de la lluvia ampárame
prefería algo más real
más inocente
ponerse los guantes con un elefante por ejemplo
y le derribara con un golpe de llanuras africanas.
Quería levantarse a cornetazos y a laúdes con la vida
que de su siesta por la correa
le sacaran de su funda
las cosas le miraran horrible y derramar sobre ellas
sus ojos de airado FONSAXO.
Le llevaran a puntapiés
antes que perecer colgado en una vitrina
mudo el corazón

salir expulsado por las puertas batientes de un salón del oeste
vociferando bilis
notas rotas por llaves y pistones
enarbolando preguntas por su campana a cada calle

a tayronas emparentándolo con flautas de millo
con maracas de semillas
de mariguanita
marca registrada.

Gritaba
¡Saxofón no se vende por nada del mundo!
¡Fon Saxo no es centauro de carga de nadie!

Bien respondía señor Saxo a cualquier llamado en una esquina;
le gritaban
¡Saxo Stradivarius!¡Stradivarius Sexus!
¡Pequeño Saxo Gran Quindo del Caribe!
y él giraba con cuerpo de metal
con nuca de émbolos y llaves en los labios
con pájaro
anidando en el Rag time
sin emprenderla contra nadie
a no ser por un par de melodías
tan MISAN- TROPICALMENTE
risotantes.


SEÑOR PESSOA:

Tengo tantas cosas qué decirle
sólo gracias.
Estrecharle con voz
voz que no sé si es de las mías
porque la escucho ronca grave
como si no la hubiera escuchado nunca
ahora que Pessoa.
Que bueno palparle con abrazo más terrestre
con brazos anónimos
cosa común peste bendita de estos tiempos
de resultar infame ir por ahí dando la mano
presentándose usted
a diestra y siniestra en oficinas
y consultorios
en embajadas y parques.

Usted bien sabe que máscaras porta el hombre
lucía muy bien la suya y nadie supo.

Es mejor que nadie sepa que se sabe
a que saben los frutos del algarrobo y el caimito.

Los poetas andan raudos por aquí
en motocicletas con dos asnos de fuerza.

Es bueno recordarle si mira el río
si existe mucho viento darle otra vuelta a la bufanda
si los calores son extremos guárdese de la sed

de no olvidar el sexo
es poco saludable desbordarse a la abstinencia

el fragante habano entre los dedos
mientras se entrevista con Kant
en su casa de los extramuros del silencio.

Es bueno que lo sepa a estas alturas.

Nunca me he cruzado en su camino
nunca escribiré para la revista Athena
jamás por lo insalubre he soltado un comentario sobre esto o aquello

jamás me tropecé con su sombra en la Rua de Emenda
para discutir sobre Wagner

sería imposible no me gusta Wagner

sin embargo suelto visos y celajes.

Me gusta la luz
trepar en bus y despierto
verme haciéndose el dormido
roncando recostado a la vecina de
silla
Hace siglos uso sólo zapatos marrones
y recuerdo
tenía un corazón y ojos claros no tan negros,
salía con mis sombras hacia mil puntos cardinales

me ponía chaquetas
y con ellas me desnudaba de frío

Cierto día salí a buscarme en las palabras
y encontré las suyas repicando por el aire
y me alegré por Caeiro
por Reis
por de Campo
por Pessoa

pero me dolió por mí profundamente

¿Conoce bien ese defectillo
que arde en el corazón de los poetas?
El deseo por escribir lo que fue cincelado
en excelsas palabrejas antes
por docto escriba
pero no lo envidio neurasténico
señor de Lusitania.

Complázcase en que anónimos le lean después de muerto
que rasquemos sus pulgas
que sin herencia palpable afirmemos frente a funcionarios de los bienestares familiares
que se es su primo algo
sobrino medio
un cuarto de hijo suyo
que de vez en cuando me exalto
en la intensidad del reality

La intensidad es extremo sereno del amor
del odio
del placer y dolor
de la violencia del horror y la belleza.
La intensidad mantiene tranquilo
trajinado por la ventisca
como himalayo
tras pestañas blanquecinas
en vertiginosa ADRENALINA por el cuerpo en cámara lenta
endurecido
anestesiado de silencio
con ojos abiertos.

Necesario hallarle donde se rompe
en el límite
donde nace la gracia de ansiedad más pura

y se siente tan bueno
y cerca y por supuesto
tan lejos de usted señor Pessoa
tan lejos y tan cerca de todos
ahora que cada cabeza se suma a muchas

hoy
cuando hay que portar un uniforme...

Notariar lo auténtico es necesario
al menos por estos días es tan difícil.

¿Es necesaria una lista?

¿Es necesario tener claro hasta que cúspide del silencio debe aspirar
cada palabra
sin caer en el abismo de su contraria?
MEJOR. Mejor.

Nada mejor ni tan terrible

nada tan malo como bueno

no es óptimo sentarse a conversar con desaparecidos

es bueno que los muertos nos digan sus palabras

a no ser en las páginas blancas de los libros

mejor esta noche

aguardar a que un ángel aparezca en oleaje de sorpresa

recomendarle esta misiva

de propina subrepticia mientras

sube chorreando

Oh plurales

algunos billetes sueltos en los bolsillos

y vientos

de sus PLUMAS.




LA POESIA TAMBIEN SE COME


El poema aún no escrito
es un tazón de donde extraigo
con palitos chinos las letras de mi sopa estética.

Si la miro detenidamente
la palabra cuelga de sus puntas como un
fideo aséptico.

Cada palabra es como una arveja.
Un mundo en la oscuridad diminuta
humeando bajo la lípida sombra de una costilla
en pesados amarillos.

La poesía despierta paladares con un bocado.
Es la REGLA.
En sabores
la palabra se rompe en su cadena en el lomo de mi lengua
y diga lo que diga
siempre me deja insatisfecho,
encalambrado,
a punto de salir
a darle otra vuelta a Colombia en canopy e indigesto,

Escribir y cocinar se parecen.
De alguna manera nativos
-olla y puño, pluma y tabla de picar verduras- de la constelación
de Géminis.

Para ojos
los dos oficios rescatan por un instante algo de la muerte.

Alguien en la floresta mató una CEBOLLA
alguien haló de la tierra por su cabellera
a una ACELGA que traía gritos en los ojos
alguien degolló un ternero en la niebla de la meseta
CUNDI-BOYACENCE
nadando en un chimichusi polinesio



EL BIG BANG NO ES COMO LO PINTAN

Mañana no hará nada.

Hastiado de revolver el agua regia de mar
en los centrífugos tubos de ensayo
-la explosión de un verso de amor iluminó mi rostro-.


Fuera de allí,
del LABORATORIO,
por fuera de lo conocido y lo controlable
ESTÁ LA SORPRESA:

A qué leyes físicas obedece un sol en una galaxia lejana
sí en ella no se han comprobado las ciencias del monorubio.

Se repliegan
los huequitos para la aguja del cinturón de Orión;
el maelstrom de un agujero negro.

Nada sé acerca de por qué EINSTEIN
gustaba ir todos los días en bicicleta
desde su casa al Instituto Newtoniano.

¿Obedece a la ley de la gravedad que quien
no coma caiga más rápido a tierra?

Nada sé de las pirañas de la constelación de Acuario.

Para leer el Big Bang y al hombre
según
se necesitan unos lentes saltimbanquis,
unos ojos de mosca
¡Oh tú, hipócrita lector, tan peyorativo!

A veces me pregunto
para qué sirven y si serán funcionales
las leyes de la física en una remota galaxia.
¡Qué me importan a mí esas galaxias!
A no ser porque se acabe el oxigeno en este planeta.
La sola idea
me hace fruncir el ceño rumiando una salida,
una vía de escape constatando previamente mis bolsillos.

Es por esto que me hago preguntas sobre cosas más sencillas
cómo para qué sirve la poesía,
más aun, cuando el poema es de amor, como este.

Por fortuna,
la incertidumbre es una virosis que se expande
como el universo;
y a que
por estos días
todo es susceptible de ser poetizado

hasta las noticias del periódico
sobre tanta vacuidad
sobre tanta ciencia
sobre tantas explosiones nucleares
sobre el protón
el neutrón
el quarz
el átomo;
tildes matemáticas
en la enigmática dermis de una ECUACIÓN lunar
física-cuantica.



JORGE SCHULTZ NAVARRO
Barranquilla 1960
"Palabras del Durmiente"
Ediciones del Circulo Invisible. 2008

Una de las voces literarias más singulares en la Colombia poética de hoy, su estatuto literario lleno de imágenes y sugerencias líricas, en donde el misterio es el sello impreso en una cartografía de paisajes nativos y exóticos donde los personajes se mueven delirando, soñando, fornicando, filosofando y dejando su huella vital mientras en el trasfondo, los cantos del gospel estallan contra cielos azules y campos de fuego. La sopa estética donde abreva este poeta, es la de los surrealistas, come el bisteck sangriento de los dadaistas, escucha la polifonía coral de cubistas y algunas veces, se da una zampada con el pastel del absurdo kafkiano servido en la mesa de Ubu pere Rey. Escritor de referencias cultas, más no culteranas, que sabe con experiencia de domador de bestias, que de lo que se trata no es de juguetear con el gran gato, o de contemplarlo bajo el balcon de las margaritas, o de verlo retozar contra los libros polvorientos del cuarto del iniciado; sino de colocarle su cascabel semantico, !Sí, de una vez por todas!.
Un gran poeta, a tener siempre en cuenta.
O.G.R.