jueves, 14 de agosto de 2008
GUSTAVO ORTIZ / SESIONES DE SOUL PARA UN EXTRAÑO
Una techumbre de lápidas
es el festín del silencio
que le quedan
a esos monjes oscuros
que me hablan
y se apiadan de mí
en una eterna condena.
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Si creyeran en dios
saldrían perdiendo,
el tiempo es bastante pobre
para tales protocolos.
El limo de su cuello
guarda frases obscenas
como réquiem del otoño pasado.
Un extraño recorre las calles de Bogotá capital, le acompaña un duende melancólico y suicida. El poeta Gustavo Ortiz (SEUDÓNIMO: RODOLFO GARCIA L.) va con su valija de sueños y música hacia un territorio en donde solo el tiempo podrá reencontrarnos. Su poética elaborada y plasmada en mecanismos que parecieran imitar la relojería de un obstinado artesano suizo que busca el ritmo exacto, la metáfora precisa, unas veces, y otras, la cadencia musical liberada y perfecta en su vuelo de cobres, saxos, trompetas oxidadas y luminosas sobre los ventanales de la noche profunda. Esta, su obra, lo consagran hoy por hoy, como uno de los poetas más importantes de Colombia. Pese a su edad (poco menos de treinta años) este poeta, nos entrega en este poemario SESIONES DE SOUL poemas que nos acercan a territorios íntimos, en donde la soledad y el arte de los extraños, de los que caminan el lado salvaje de la vida bajo las sombras duras de la luna con su capa de smog citadino.
El poeta Gustavo Ortiz no es un poeta de imágenes falsas ni de talismanes etéreos, su arte esta grabado, repujado y labrado en los metales de un escudo funerario, una especie de armadura luminosa contra el tiempo, aquí en Griffos de NNeoNN hemos publicado anteriormente tres poemas; en esta oportunidad publicamos seis poemas ya que consideramos que su arte permanecerá por encima de vicisitudes temporales y su presencia será una Sesión de Soul dedicada a los extraños que viajan sobre la cuerda iridiscente de los malabaristas del fuego.
SECIONES DE SOUL
Rodolfo García L.
A Sandra Naranjo Pineda
y Adriana Maldonado.
A Maria Teresa, desde la otra orilla.
SOUL
Me desmiento día a día
como poeta
y solo soy una palabra.
Vivo de la decisión ajena de un poema
y el zureo de las palomas
picotea mi cadáver adormecido.
Sobre la piel de un violín
la baba de la derrota.
La soledad desconoce
que existo.
FESTÍN DEL SILENCIO
I.
Detrás de los telares
maniquíes decapitados
habitan el parque,
el aparente encierro
los ha librado del olvido,
celebran su siesta eterna
entre pétalos de pólvora dormida.
Sobre el espesor de la tarde
una sombra de mariposa
en los apolillados labios,
el insulto devastado del pasado
como una alegoría
ya seca.
El disparo estancado
entre las piezas solitarias
que laten
que beben
en la palabra
el deseo más oscuro.
Alguien los ha llamado hombres,
relojes averiados de dios,
nautas maltrechos
sobre la mortaja de un día
que arde sumiso.
II.
Tasajeador de escrituras
escrituras panes agrios
alimento mi derrota.
He guardado tantos muertos
en la empuñadura de mi boca
que apenas descifro
el último cielo.
Una flauta seducida
Roza mi abrupta piel,
Ventisca camaleónica
Sobre la guerra de mundos
Que son mis manos.
He renunciado a ser hombre
Y vivir cautivo
En la grafía de la soledad.
Una techumbre de lápidas
es el festín del silencio
que le quedan
a esos monjes oscuros
que me hablan
y se apiadan de mí
en una eterna condena.
La muerte es un derecho
para los que son memoria,
la muerte no me habla.
IRAK BLUES
La tienda de cenizas,
la calle quemada,
las nubes bronceadas de dolor,
la esquina del ruido
me enclava como a un profeta,
las noticias de los redentores
haciendo patria
no son buena miga de pan
para calmar el hambre.
BOULEVAR DE LOS SUEÑOS ROTOS
I.
Palpa la piedra,
con el aliento abre su cuerpo,
el extraño extrae la luz
de la concha del marasmo.
Sentado en la continuidad del mundo,
aspira huellas, paseantes,
desde el pórtico sin esperanza
pregona necedades.
Heridas de fonemas garzos
lavan cada párrafo de ciudad,
la pestañina de la tarde
se corre y se confunde
con los lagrimones de lluvia
de los que regresan,
aquellos que visten su sotana de viudo
en el pozo de la nocturnidad.
Las guirnaldas desvencijadas
marcan el preludio cinerario,
desde el boulevar de los sueños rotos
entintan el electrocardiograma
del día jueves:
En versos latinos,
en una salva de aplausos,
en una maraña de agobio.
II.
Cadalsos navegantes
florecen en las calles,
zurean las migajas de la noche,
infames voladoras
del insomnio de un poema,
nervaduras de ángeles caídos
erguidas sobre el viento.
Sabedor de su pena,
el último de mis hombres
resbala del techo de dios.
Cancela su cuota de amor
con la tarjeta de crédito
que guarda en la sombra
de su ojo izquierdo
donde la polvareda del tiempo
oxida boletos de invitación,
faldones de domingo,
máscaras de lluvia.
El ataúd desnudo de una mano
enciende los restos de una fiesta.
En la peña de la esquina,
sobre la ladera del destino,
guitarrones ejecutan sentenciados,
la revolución de las penumbras vibra.
III.
Los cansados escudos
se remojan en licor,
las palabras ladran inexactas
sobre el trapecio del deseo.
El sopor de la humanidad
se demarca en el roce,
en la abertura del vértigo
donde dos caen
sin saber sus nombres.
Si creyeran en dios
saldrían perdiendo,
el tiempo es bastante pobre
para tales protocolos.
El limo de su cuello
guarda frases obscenas
como réquiem del otoño pasado.
El revisa juicioso
el paso de los inquisidores.
Palpa la piedra,
con la tristeza extrae el beso,
el albacea del poema
cura las ampollas del destino.
COTIDIANA
A Lauren Mendinueta.
Las sílabas humean,
se cuela su costumbre
por los extractores
y las claraboyas sucias de la ciudad,
algo debe andar mal
en la cocina de la memoria.
En la ágora rancia
la corteza de la lluvia,
hiere tantas cosas,
incluso hasta la felicidad
de recordarla.
BACKSTAGE SOUL
Legend:
Let me to listen to something for the first time,
to say a word without history,
let me that this good-bye without memory,
they understand it as mindful good-bye
and not as profane intertext,
of tuesdays dreams,
lost tickets
and kissed songs.
Pictures that say something more:
Ariadna reading in the sands
the mathematical logic of the loneliness
read in her bitter myth
between the clock of the absence
and the ardent dampness of the caress,
this tomb of sands.
The thread is the rope or the liberation,
this way since
we can speak about Naxos or Pennsilvania.
Even the love can be sad in scene
or truth backstage.
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