jueves, 28 de enero de 2016

"LUKAS"












“LUKAS”

(Omar García Ramírez)





Lukas siempre estuvo allí….
Cuando cayeron las granizadas de hace cinco años.
Cuando el invierno se demoró más de lo que todos esperaban.
Cuando el verano llegó y mordió los huesos de la tierra…

Lukas estuvo allí.
Lukas cavó un hoyo y aguantó entre las pulgas…
Con una cadena al cuello aguantó, mientras con obreros y carpinteros levantábamos la cabaña.
Llegué borracho una noche, el vino a saludarme; No recuerdo si lo pateé…
En algún momento creo que me odió.
Lukas estuvo allí en las primaveras secas
en los otoños ácidos, vio construir la casa.
Cancerbero de la luna enferma. Perro de la noche oscura.
Recibió palos de maestros y cariño de obreros.

Cuando la obra terminó.
Le quité el collar. Tenía una cicatriz en el cuello.

Montó a nuestra perra labradora negra
Gwaira lo recibió asustada;
Creo que lukas le dio todo su amor en un instante mágico.
Su prole (doce cachorros muy bellos) nació a la luz del mundo…
Mamaron hambrientos de las tetas negras de Gwaira.
Le dije a mi mujer: algunos morirán.
Ella con paciencia y determinación heredada de abuelo germanos
alimentó la jauría con coladas de avena y trigo. Todos vivieron…
Fueron adoptados por gente que amaba los perros
se fueron a su mundo, como los hijos, como debe ser.

Lukas por fin libre de la cadena, se paseaba por allí.
Algunos amigos vinieron.
Otros nunca regresaron.
Cada uno tras su sueño…
Yo estaba un poco de regreso…
El mundo se estaba perfilando sereno
me mantenía afuera, lejos del pragmatismo que marcha con ruido de máquina.
Una sinfonía de engranajes acerados que aceleraba las calles en las ciudades.
En el campo hay más silencio y más luz…
Y  de noche las estrellas se respiran con aires de eucaliptus.

Escribí algunos poemas para dejar declaración de intenciones…
Ya no estás en el escenario…construyes tu propia mitología en los linderos de la locura.
Cuando haces esto, abrazas la soledad. Hermosa compañera.
A veces un hombre en el camino del retiro
necesita un animal inteligente a su lado.
Un perro sabe callar con los ojos lentos
Y sabe reír con el corazón palpitando de roció.
Lukas Me acompañaba cuando fumaba mi joint en las tardes.
Se ponía un poco melancólico cuando tomaba mi vino al anochecer.
En esos momentos, procuraba guardar una presencia serena.

Pero después, por un periodo de tiempo… se escapaba.
Hacia huecos.
Rompía cercas.
Iba a buscar perras.
Salía de cacería por las orillas de la quebrada.
Se marchaba de pelea.
Gwaira estaba operada y mantuvo a raya al semental.
(Doce perros son una prueba suficiente). Me imagino.
Ella había sido una dama citadina.
(Da la mano. Se sienta, es aseada…
Entiende doscientas palabras y acciones).
Y tiene un genio de matrona siendo aún más joven.
Lukas
Pasaba la carretera…––Doble calzada con carros a cien––.
Yo iba buscarlo y me lo traía  amarrado…unas veces
Otras
A rastras y cargado.
Era pesado, terco y fiero.
Lukas el colmillo blanco.
Lukas el de los ojos glaucos, el de mirar lejano.
Se volaba.
Un día
lo busqué infructuosamente…
Grité por los alrededores de la vereda…
Pregunté a los vecinos…
Lo vieron pasar por algunos caminos
blanco como un fantasma, se había esfumado.
Rendido regresé a casa.
No quise comer.
Mi mujer me dejó café en la mesa del comedor.
Sobre la media noche escuché los ladridos.
Fuí al restaurante cercano a la avenida…
Ahí estaba, en medio de un circulo de bronca, acosado por tres perros de catadura feroz.
(A veces merodeaban por allí en busca de restos de comida).
Lukas se los había encontrado en su camino.
Rompiendo la celada
se estaba batiendo con garras y con dientes.
Sangraba.

Armado de un garrote acabé con la gresca canina.
Lo llevé a casa.
le curé las  heridas del lomo
y la cortada en la almohadilla de una pata
con el remedio de los cazadores españoles (Sal y vinagre).

Sanaron sus heridas de guerra, al sol y el agua.

Lukas
Se ha hecho viejo y noble.
Esta calmado.
Pero de vez en cuando
Sale
Y se va.
Le dejo la puerta abierta.
Sé que vuelve siempre
con un rastro de monte y luna…

Esta fuerte.
Tiene un caminar lento de viejo guerrero.
Ya no le gustan los joints. Mantiene distancia.
La ceremonia del vino es lo suyo.
Yo miro las estrellas buscando una señal.
El mira a la luna y canta una tonada lobuna con muchos arpegios.

Ya no ve muy bien.
Y a veces se le inflama una articulación de su pata izquierda.
Pero su olfato…

Su olfato, se mantiene intacto.