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domingo, 1 de enero de 2023

“LA INCOMBUSTIBLE SALUD DE ALGUNOS POETAS…” BY: OMAR GARCÍA RAMÍREZ

 

OBRA DE:  AYKUT AYDOGDU



“LA INCOMBUSTIBLE SALUD DE ALGUNOS POETAS…”



"Tengo más fe en mi plomero que en el ser eterno.

los plomeros hacen un buen trabajo.

dejan que la mierda fluya".

Charles Bukowski


Sin invitación habéis oído mi soliloquio. 

Soportad entonces mi Anatema. 

Austin Osman Spare


Un fantasma recorre las páginas de medios culturales…

Una preocupación merodea y salpica las paginas de los nuevos soportes …

Una compleja problemática se ha vuelto trending topic...

La actualidad de la poesía es abordada en los periódicos, los hebdomadarios, las revistas de la corporación y algunos medios virtuales.

La salud de la poesía…

Y la incombustible salud de algunos poetas…

Preocupados algunos académicos se peguntan por el futuro de la poesía. Angustiados, algunos escribanos y Tartufos que acaban de salir de la lata, llegan a insinuar que eso de la poesía es una abominación del mal gusto y demodé. Algunos siameses alados y entrados en carnes, ponen el grito en el cielo cuando ven que algunos especímenes de esa horda todavía sobreviven en los nichos literarios.

“¿No habían sido destruidos por la plaga?”

“¿Acaso no habían sucumbido a las enfermedades?”

“Pero es que algunos ni siquiera se vacunaron. Malditos negacionistas y conspiradores. Será posible que todavía estén caminando después de las dietas brutales de anfetaminas, alcohol y drogas que suelen administrarse estos señores…los de la poesía, o esa cosa que llaman poesía…”

Y agregan:

“Después de los desenfrenados carnavales sexuales llenos de aberraciones y libertinajes; de los festines y banquetes de costumbres heterodoxas. De las prácticas non sanctas importadas de todos los confines de la tierra y adscritas cierto tipo de filosofías heréticas….

¿Cómo sobreviven a esos aquelarres?

¿Qué comen además de bayas lisérgicas y daturas solanáceas?

¿Cómo se visten?… ¿Compran en Carulla o se aprovisionan en los almacenes del Ejercito de Salvación? Osan transitar las calles como punketos ilustres y parece que son inmunes al ridículo. ¿Acaso también están blindados contra la descarga cerrada de la fusilería que viene de nuestras academias?”

 

Ah…

¡Somos los arcabuceros del método!

¡Somos los carroñeros del pensum!

¡Somos los diseñadores del canon!

¡Tenemos el culo cuadrado y el escroto perforado!

 

“¿A qué se dedican?” preguntan en coro…

Y ellos mismos responden:

“Son estafadores, partidarios del librecambismo, escriben en las redes, mantiene blogs de dudosa reputación, paranoicos zamiszdats, hacen películas pornográficas, diseñan campañas de fake news, son hackers, piratas del código…”

“Todo lo rayan todo lo manchan. Son como niños con acuarelas y papeles. ¡Pero si todavía escriben con lapiceros kilométrico y parece que nos los para nadie!   También, hay que decirlo… algunos utilizan plumas Parker de oro y de platino. Juro que he visto a uno de estos especímenes sacar una estilográfica Mont Blanc en un exclusivo restaurante y escribir sobre una hermosa libreta de cubiertas de cuero..”

“Pero… ¿Cómo insisten en esa parcela oscura de la literatura?”

“Se auto medican con destilados psicotrópicos que los mantienen aislados en su nube artificial… (comfortably Numb). Varios de estos tipos son experimentados psicónautas que enseñan a la juventud estas tenebrosas travesías; viejos aberrados ídolos de alguna secta de Cthulhu…”

“¡¿Dónde está la cicuta para ellos?!”

“¿Acaso no fueron expulsados de nuestras ciudades ideales? ¿Acaso no fueron cancelados y censurados en nuestras asociaciones? ¿Acaso no les aplicamos el Shadow Banning de la corrección política?”

“¿En nuestras flamantes clínicas psiquiátricas no fueron sometidos a radicales lobotomías, choques eléctricos y atiborrados de pastillas? Preguntan golems de inmaculadas batas blancas”.

“¿Viven del aire? ¿Fornican en el aire?” Preguntan los neoescolásticos.

¿Acaso, muchos de ellos no fueron exorcizados?”

¿Capricchi en violines de Paganini?...

¿Sigilos de A.O.Spare en las puertas de sus chozas?

“¿Acaso, desde los pulpitos de nuestras iglesias no fueron objeto de severos anatemas?”

“Tienen tratos con demonios y elementales que hablan en la melodía de su neuma. Sé de uno que conoce las  artes del nigromante y habla con el espíritu de Giordano Bruno.  De buena fuente conozco la historia de otro que, en forma de Íncubo-Súcubo adormeció la lengua a uno de los nuestros…lamentablemente perdimos a uno de los mejores lingüistas y hermeneutas de nuestra abadía…traducía el arameo de los palimpsestos en los Rollos de Qumrán y hablaba con fluidez en varias lenguas muertas y algunas hasta podridas; decía, no sé si con ironía, uno de sus partenaires más extremos”.

Un burócrata travesti; gorda morsa rosada, más escéptico que indignado, agrega: “¡Bah! son tonterías, dejémonos de supercherías, son una plaga que ya debilitada, no es invasora…pero debemos ser precavidos, mantienen su osadía… y todavía guardan ponzoña y veneno en sus diatribas…Sí son peligrosos… Sobre todo los que sabemos… esos que no juegan a nuestros melodramas Drag queen de la maldita primavera. Con que gusto se relamen la sangre en las refriegas…cuchilleros orilleros, peleadores de burdel.”

 

Y de nuevo se preguntan:

“¿Van a los mismos bares a donde acudimos a embriagarnos?

¿Se acuestan con las mismas cortesanas que nos esquilman?

¿Se llevan a nuestras alumnas preferidas de paseo veraniego

                                                                           a las islas vírgenes?

¿Trabajan sobre los instintos núbiles de nuestras elegidas?

Los muy sátiros...

¡Seducen a nuestras secretarias!

¡Miran de reojo a nuestras jamonas esposas!

¡Les miran el culo a nuestras jamonas esposas!

Mientras cantan esa balada de trúhanes irlandeses inmortalizada por viejo Joyce: La galleta estaba dura como un mulo, la cecina tan salada como el culo de la mujer de Lot, ¡oh Johnny Lever, oh, oh Johnny Lever, oh!...”

 

Algunos Señores de columna y críticos de postín

Se preocupan por la salud de algunos poetas:

“Vimos uno que esta re-flaco y parece que aguanta hambre…

Duerme sobre una hamaca y se cubre con un tapete de arpillera…

Y exhala un tufillo de mariguana que le precede…”

 

Y a otros señores; los que practican la política de profesión y sin remordimiento, acomodados y enganchados como rémoras al buque insignia de la corporación; les preocupa las costumbres licenciosas y las practicas consensuadas en ceremonias privadas que suelen practicar algunos de los integrantes de esa secta cismática: 

“Lo vi, con este ojo de vacuno que ha de cortar la navaja del perro andaluz… ¿Van detrás de ninfas y lolitas con aires de princesas rusas? Uno va con una modelo veinte años menor… ¿Qué se cree? ¿Acaso la reencarnación del mismísimo Humbert Humbert navokovniano? ¿Tiene ínfulas de Lewis Carroll con licencia para acariciar conejitos lisérgicos? Y aquel que practica la fotografía y expone en algunas galerías ¿de qué va? Acaso se cree David Hamilton con el objetivo de su cámara empañado en el vaho de su aberración… ¡Escandalo! ya no respetan; pasean por los parques mostrando ese ondulante y priápico caminar de sátiros victoriosos; repulsivos exhibicionistas camaleones”.

“Mira… el otro día vi a uno de esos poetas con aire de beatnik; pasado y repasado en heroína. Legión de los nuevos comensales invitados al almuerzo desnudo; van en trip con mirada de lunáticos a sus aquelarres de juegos brutales como demonios anarquistas a la caza de un funcionario…te lo advierto; mantén distancia... son de temer”.

 

Otros señores…

Los de la rama economista; los keynesianos adocenados…

Los Adammitsonianos…

Tratan de indagar en sus cuentas corrientes:

“No puede ser que algunos no estén ya en la cuneta

¿Acaso ese que ves allí, muy bien vestido, es un poeta?

¿No deberían estar mendicando en la calle cubiertos de harapos?

¡Pero si aquel viste Armani y Balenciaga!

¡Y aquel otro calza botas canadienses muy cool de red camel!

Y ese de allá va con una trench de Burberry

                                                         última temporada otoño primavera.

Y ese otro rozagante como atleta… ¿No debería estar ya en el hospicio? Tienen cuero duro estos sinvergüenzas. Parecen saurios de otra época que nadan ondulantes sobre el estuario de la cultura…”

 Y vuelva y dale:

“¿Son sus amigos los mismos nuestros?”

“¿Frecuentan los mismos teatros?”

“¿Se embriagan con chicha y aguardiente como todos, o con vinos exquisitos?”

“¿Cómo pueden existir en la infoesfera? ¿Cómo pueden merodear en la esfera pública, si algunos ya ni siquiera escriben? Se han refugiado en el bosque Walden con sus perros y sus gatos; y otros más caminan borrachos sobre estelas, en la mar de los sargazos”.

 

Señores…

Caballeros…

Citando oportunamente a Groucho:

“Perdone que les llame caballeros pero es que aún  no les conozco bien”.

Ustedes, ramito de perejil en medio de toda la mierda del mundo...

Diseccionando cadáveres exquisitos en las morgues de la inmortalidad.

No se preocupen por la salud de la poesía y la de algunos poetas; o si en su parroquia nadie entiende el oficio y las costumbres de aquellos extraños forajidos. Cada uno se la busca y rebusca picoteando por ahí, como diría Fiol. Y poco les importa a ellos si el grueso del rebaño Matrix va, o no va, a sus recitales. Además... ¿a cuales recitales?...¿Es que eso todavía...?

La poesía a veces grita; cuando toca. Pero casi siempre susurra. (Tratamos de ser discretos; intentamos ser discretos... Pero como diría Lezama y Piñera...¿Cómo mover la máquina poética sin que chirreen algunas piezas del engranaje?)

Esos lunfardos lunáticos hace tiempo que aran en el desierto y como viejos beduinos No tienen miedo al sol o a la intemperie.

Preocúpense señores…

Por la salud de sus riñones…

Por la salud de sus pulmones…

Por la salud de sus criadillas…

Por los forúnculos de sus cuadrados culos de funcionarios…

 

Algunos poetas como viejos clochards

Saben resistir bajo la peste y la guerra.

Las diversificaciones de vocación hoy son

moneda corriente y de obligatoria carrera para los talentos.

De tal manera que…

Algunos van como luminosos ermitaños 

acompañados de los duendes de los bosques…

Otros bien vestidos

con el estómago salpimentado en ostras y vino caliente

                                                  con una laptop 128GB en bandolera;

miembros del equipo que programa la I.A. W.A.S.P. de (Whishful automatic Spanish Poet) entrenada con textos de escritores del Siglo de Oro español.

La mirada templada y perfectamente preparados para las ventiscas.

Y caminan solos, inmersos en su kurda vegetal…

Mientras ustedes buscan  escampaderos

                                                bajo los aleros de las ciudades grises…

Ellos caminan impertérritos contra las tormentas

                                                bajo tornados de cizaña y lodo.





jueves, 24 de marzo de 2022

"DEBERÁ BRILLAR UNA LUZ"

 


            "La música" O/Garratz (mixta: acrílicos, óleo, pastel; sobre lona industrial)




DEBERÁ BRILLAR UNA LUZ…

(Deriva nocturna en la ciudad de Baal)

 

Omar García Ramírez

 

“le soleil est noir

la beauté d’un être est le fond des caves un cri

de la nuit définitive

 

ce qui aime dans la lumière

le frisson dont elle est glacée

est le désir de la nuit”

 

L’ archangélique

GEORGES BATAILLE

 

 

1

¿Debería brillar una luz?...

Y deberá brillar una luz… sobre este bestiario gris que se apiña contra las paredes y las vías, los cristales y las maderas; el hierro, el cemento y el latón.

Deberá brillar una luz… una fuerza que ascienda en leve ectoplasma sobre el cuerpo proteiforme; apretado rebaño que cruza las avenidas centrales; ligera subida de tensión sobre los cables eléctricos, que suspendidos sobre las calles emanan un zumbido agonizante.  Amargo sabor de sopa cotidiana; marabunta plástica que gimotea en la aceras; que gime en las esquinas con acordeones y guitarras amargas; que monta su trágico teatro dentro de los trasportes colectivos, se distorsiona, y luego, reaparece en carnaval fantasmagórico dentro de la gran jaula del humo.

Deberá salir una luz… dentro de la penumbra que arremete, esa que cubre la tarde citadina con su abrigo de óxidos grasos; sedimento impregnado de olores, polvo mortuorio, sudor de camisas manchadas de fatiga y miedo.

Deberá brillar una luz…

Así como en medio de la lluvia una joven colegiala que camina con su paraguas rojo, su falda de cuadros y sus medias ajustadas a las pantorrillas blancas, aparece, como si estuviera fuera de la escena y no perteneciera al momento, a la tarde agonizante, a la fecha de un calendario.. Colegiala de los barrios del sur que ilumina con ojos de gata hambrienta la ventana vespertina. (No es tan joven como pareciera; una tintura de lujuria y un hollín de depravación sombrean sus ojeras). La muchacha cosplayer, va al fondo, hacia el coliseo en donde los gritos de los cuadrumanos del Bacalao esperan a sus ídolos de plástico; sobre el fondo del escenario, las figuras virtuales comienzan la función y el aullido orgiástico de los avatares se extiende como una ola lisérgica.

Deberá surgir una luz… una luz que encandile, que estalle como esas luces que se lanzan en los campos de batalla para orientar a los soldados en su camino. De los ojos, de las manos, de los pechos manchados en grasa, de las voces broncas y abiertas al frío del mundo, deberá surgir una luz.

No sé, si de animal quimérico que aguarda con paciencia de piedra heráldica en un costado de la plaza desierta.

Una tormenta de fuego, devora la  noche y el palacio.


2

Mi cara de aire talibán, me hace el sumario en la dura inmersión metropolitana.

Mi cara algonquina y berebere…

Mi cara de lobo de la estepa buscando la montaña nevada…

Cangaceiro del sartao; bandolero ahumado por el sol gris ceniciento del eclipse y el cigarro sin filtro; Chaman del trópico; Enteógena luciérnaga gira sobre el sombrero del rumiante de palabras. Gritería en el camdombe serrallero; cumbia arrabalera, ballenato que encandila en aguardiente y ron las aceras en donde lotean el último paraíso; te cruzas con maleconeros y pirañeros, caraduras de tierra seca.

El querubín bujarrón y sifilítico de la boina y la astrosa mochila arawak, me lanza sus venablos ponzoñosos; yo sigo imperturbable en mi casaca de hierro; ojos de mirar rallado en nube de Treblinka. Parca y trinchera negra cruzada en cremallera de pétalos metálicos; para protegerte del frío, para marchar en contravía cruzando la avenida del gran burgo; tropezando contra el burgués; contra el ladronzuelo sin condena y sin pecado perseguido por el gentil hombre de corazón podrido. Los viandantes sin atributos, los enchufados de la metrópoli; los burócratas de las comarcas ––esos que vienen a la capital para pedir los avales y las comisiones––.

Los cancerberos del carro presidencial, cruzan la avenida atropellando a los ciclistas nocturnos de la escuela de Jarry.

En los andenes el ruido infernal y sincopado extiende su eco contra las murallas de Jericó. Al fondo, se tambalean los castillos del hambre y el comercio rinde tributo a Baal mientras la ciudad se adentra en el carnaval. Samba de la sopa espesa; changua de manigua cotidiana; sancocho de carretera. Orquesta de saltimbanquis que anima la comparsa urbana y bate el espeso chocolate del hastío.

Estamos todos aquí, ya metido en la carretera central; cañería humana que degluta los cuerpos grises de la melancolía; potros asustados de jetas espumeantes en una carrera hacia el barranco de la muerte.

Arriban estallan cielos con mensajes en pantallas technicolor; bites veloces dan cara luminosa a los sueños y las mercancías;  estallidos de neón orgiásticos; eléctricos orgasmos de la publicidad en donde giran las divas pornostar sobre el escenario de una hoguera dorada. El teatro repite su enésima función; el mago virtual despliega su narcótico influjo sobre los viandantes de la vía principal.

Deberá brotar una luz…

No sé si… Una luz de incubadora de súcubos; o, aquella luz infrarroja de acerías armamentísticas en cuevas que  destacan con resplandores mortecinos contra las murallas de piedra y arcilla. Luz azul, de hospitales fríos;  ulular de sirenas frente a las mesas de café y fórmica; (una enfermera morena golpea con sus nudillos esperando romper el tiempo con su metrónomo de huesos). Una luz de taberna amarilla y untuosa sobre los vestidos engalanados de la sangre musical y danzante.

(Lleva adelante tu deriva, camina derviche metropolitano con tu cara pesada, teñida en verde-ajenjo-yerbabuena y un toque de anís en bandolera).

Camina adentrándote en la tarde que se extiende como una hermosa cortesana reclinada en la penumbra ––gastada cintura de bulevares––; adéntrate más hacia el ruido que desemboca en el carrusel de la industria pornográfica, carne  reciclada y macerada en prostíbulos con aromas de eucalipto y patchuli; carne de barras y metales cimbreantes, sedas sangrantes y pieles de zorras y  camellos.

(¡¿Cuántas veces esta cara de ciudad perdida golpeo contra tu pecho… una postal ajada que flota sobre el mar; que se sitúa frente a la mirilla en el periscopio del recuerdo?! deja vu en su verbena barroca; aceras del mercado del deseo y el sexo tribal tocado de bisutería.)

¿De esta maravilla en aquelarre, esta sinfonía de la miseria; podría estallar una luz? ¿De esta porqueriza batida en grasa de salchicha y víscera de rumiante deshuesado; podría gestarse una luz?


3

Escucha el ruido de un gran pez que lucha enganchado en la carnada sobre el estanque de  la noche. Acuática bestia abatida contra el altar del miedo y de la sangre.

Adéntrate en los grandes serrallos del dios Baal, cotos de caza. Adéntrate con tu pinta neo-gotika en la parodia burlesca de fuegos encendidos por el dios Pan. Y no desmalles ya el que el dopping se requiere. No desmayes, ya que el dopping es lo único importante en esta noche. La mercancía perfecta de la que hablara Burroughs; esa que te ama a costa de tu sangre.

Teatro de guiñol, sangre de río coagulado que desemboca a un lago flanqueado por las columnas del templo. Hojas de un verde dorado opalescente, glifos rojizos de un mensaje para caníbales.

El  icono de oro tiene mirada estrábica…

Tabla central.

Plateada y roja, tiembla; exudando espesos licores de cereza.

La tabla de la derecha se quema en llamas de oro

                                                             coronadas por faisanes bermejos.

 

Estás llegando; presenta tu credencial. Miembro honorario de la secta Lautréamont.

Paga con tu denario oxidado al guarda tribal del purgatorio.

Y entra de lleno a la plaza, atestada de fieras y quimeras.

 

Deberá estallar una luz…

O una primavera de candelas escleróticas; un crop circle suspendido bajo nubes envenenadas; chemtrails sobre la cosecha ciega de consumidores, bailarines y futboleros. Una estampida de guerreros ardorosos…Parodia de efectos especiales, montaje cinético de gánsteres contra la pantalla negra de un cinematógrafo derruido.

Una avalancha de edificios de las castas financistas en bancarrota;  una trifulca de maleantes que se acuchillan en la vía. Petróleo y alcohol, sumado al trapiche de orégano quemado en el caniche; cal mixturizada en glamurosa decadencia sobre los cristales en las oficinas encargadas de las encuestas; en los telediarios del tinglado; en los búnkeres de la nomenclatura. Grafitis multicolores sobre ruinas de ladrillo, murallas veloces azotadas por una lluvia de turba y de aceite mineral.

Y este caer en sombra, de costado, con tu capa; catarata bordada en crespones negros. Resurgiendo sobre el viento que anuncia goterones y aguacero sobre la desértica noche ya  violada y dejada a su sueño intranquilo; animal que duerme entre el vaho tóxico, el smog y la podredumbre.

La ciudad asolada por la lluvia de la madrugada exhibe su piel de cobra negra, brillante y diamantina. Ahora, camina adentro de la perspectiva Caligari; muelle de altiplano, rúnica cartografía de cemento; puentes de hierro que convergen hacia un lugar donde los relojes suspendidos giran de revés, y las nubes cargadas de metralla, balan, truenan y chillan; ovejas negras degolladas en bárbaro ritual nocturno; saltan y agonizan sobre un gran anfiteatro.

Camina hacia esa fiesta obscura, donde los músicos occitanos de trovar hermético, lisonjean el aire y afinan cornamusas de peltre y terciopelo. Sus cuchillos de acero brillan; mientras bailan alrededor de un sol podrido, que muestra, su costillar de estrella caída y pisoteada.



 

Del libro inédito:

“LA TURRA DEL GONZO”

 

jueves, 13 de enero de 2022

“Cámara Obscura”

 





“Cámara Obscura”

(Poema)

Adriana Lorena Robledo

 

1

Dice que me estire cuan larga soy…

Que gire y muestre mi grupa morena…

El aire en su estudio, enrarecido por un olor vegetal dulzón.

Su cámara con potente objetivo

                                                            reposa en el trípode…

Mira la escena como un monje mecánico y abstracto.

Me dice que muestre mi girasol maduro…

Mi mándala que gira bajo luz lateral de una ventana.

Que respire acompasadamente

                                                 mientras acaricia con sus dedos largos

                                                                            la sombra carnal de mi entrepierna

Un río de lava coralina comienza a bajar…

Un hilo de seda luminosa

                                          se tensa sobre el catre del fotógrafo.

 

2

 

Has puesto rosas en el jarrón.

Una botella de vino se alza en contraluz.

Esta es la segunda sesión.

Me siento sobre una silla

                                               que se mece…

Un gato blanco lame de un plato de leche.

Paseas por el estudio mientras termino de

levantar mi falda de cuadros verdes y rojos.

Te sientas frente a mí

Como un sátiro refinado mientras fumas de una pipa aromática.

Me dices:

Levanta la pierna y pon tus manos atrás de la nuca.

Yo respiro…

Y sueño, mientras comienza a disparar

                                                               el mecanismo de su cámara.

3

 

Terminaste con dos rollos.

Pasaste de la analógica a la digital.

Me pongo un abrigo negro, una bufanda gris…

No llevo nada más debajo.

Hace calor….

Me ofreces una cerveza fría.

Abro mis piernas, columnas que arden bajo la luz de la tarde.

Te metes debajo del compás y abres el diafragma…

Apuntas en cenital hacia mi armiño suspendido…

Cuadras velocidad de obturación…

Y luego dices con impetuosa voz:

                                                              ¡Orina!

 

 

4

 

Lavas mi espalda con una toalla húmeda y perfumada.

Me inclinas sobre la mesa.

La cámara de video está funcionando.

Cruzas la toalla alrededor de mi cuello

                                          al tiempo que azotas con fuerza mis nalgas.

La cámara lateral graba el suplicio.

Pero eres perfeccionista

y cambias de ángulo cada 30 segundos.

Terminas ubicándola al frente para que se pueda ver la expresión de mi rostro.

Ahora aprietas más fuerte y embistes…

                                                                siento que pierdo el sentido.

Aflojas un poco, solo un poco…

                                                     Antes de un suspiro con fundido a negro.






viernes, 27 de marzo de 2020

VOLVIERON LOS VENADOS.....









Volvieron los venados………………


Volvieron los venados
los zorros
los pumas
las ardillas
a las ciudades silenciosas…
Algo les llamaba desde su santuario en el límite del miedo.

Silencio
Aire puro abastecido en el viento de una
                                                                                   
                                                                             arquitectura abandonada.
Ellos vienen a ocupar su puesto.
nosotros los vemos llegar
                                                como fantasmas que habitan
                                                                           una casa a punto de ser demolida.



2

Si miras desde el balcón hacia el parque...
Veras que los arboles
                                       ondean en una danza silente…
Con sus hojas cantan
y la aves con sus alas, ahora conforman su única música.

Como si nuestro silencio 
hubiese despertado a sus cantores.
Inquilinos
de las flores y las ramas…

Nosotros
Ahora, solo eco…
                                 Asomamos al balcón
                                                                   aplaudimos como niños.


3

Lejos
Los dos…
Entre un fulgor la palabra llega...
Aliento…
Beso de abecedario multiplicado sobre una pizarra abstracta.
Caricia de poema girasol.
Fuego de diamantes líquidos en los bordes de una joya constelada.

Sentado en la ventana
miro al animal que entra a comer flores en los jardines enlutados.
Afino la mirada.

Hago un zoom sobre su hocico azucarado en el roció.
Ojos nerviosos
                              en el frío de la mañana.

Puedo sentir su brillo helado…
                   el mundo todo
                             en su pupila.

                                   El cielo todo
                                                Latiendo en su corazón.








Omar García Ramírez