Julio cesar Arciniegas es un poeta de la estirpe de Aurelio Arturo; vive alejado del mundo en su finca cafetera del Tolima, cultivando una poesía densa y compleja, en donde la naturaleza ocupa lugar primordial. Es en ese diálogo permanente entre este poeta de montaña y ribera, de hondonada y guadual, de piedra y barro, establece una comunicación con su entorno barroco y vegetal. El poeta inmerso en microcosmos de criaturas vivas que viven y mueren dentro de unas coordenadas extensas, canta a la vida y a sus manifestaciones.
Los textos de este poeta por momentos alcanzan la luminosidad dorada de las copas de los árboles en los estíos de esas hermosas tierras del centro y sur de Colombia; otras veces adquieren ese musgo verdoso de los árboles que crecen en esas vigorosas montañas. Arciniegas es un poeta culto, que ha bebido en las fuentes clásicas de la literatura universal, los ecos de los grandes autores y poetas se pueden ver reflejados en sus aquilatados versos que pule con la meticulosidad de los artesanos.
Premio Nal. De Poesía Porfirio Barba Jacob 2007. y finalista del concurso Nal. De poesía revista PROMETEO 2008.
Aquí una pequeña muestra de su trabajo.
2 POEMAS DE UN LIBRO DE HOMENAJES Y 4 POEMAS DE UN BESTIARIO:
CESAR VALLEJO
Tras el lavadero negro esta la herida de los jueves
El pobre aguacero destilando las cruces
La curva de un posible pan cosido a su sed
Siempre el hermano perdido en los maderos
El dios que amanece abriendo las alas de su salario
Acarreara tardes en la suerte tus llagas
Sabe a tempestad, a tierra sin andar
A un árbol que se aparta del camino
Donde El llevo cada palabra a las frutas amargas
A los bueyes que no saben algo terrible
Se acuerda de algún enfermo
Es muy duro cavar donde busca los otros lados del asombro
Apoyado en tus huesos logras mostrarnos el encanto.
Lo más húmedo de las orillas que no conocen la deslealtad
Solo sabes el idioma donde escribiste el cuerpo
Tus labios ataron el nombre y ahora zurce una cosecha que se ha quedado sin el beso del alba
Un aire barre sus tejados
Aun oigo su sangre comida por el frió
Y tus ojos cansados de haber sufrido tanto
“miran la novia que algún fue su madre”
VICENTE HUIDOBRO
Hay quien rebasa corrientes a una altura en que no se agotan las aviaciones ni las imágenes trazan el momento del temblor.
Con un aire lleno que cae a un astro enrodado en los huesos
Un cielo que ha comprendido sus formas
En un eterno retorno Alos limites donde esconderse en la muerte es la lengua marchitándose atando las afueras de un miedo de nocturnas procesiones
O que caigan las catástrofes de un planeta mordido por la permanencia
Donde hay nausea sideral en los habitantes de los sueños
Hay quien recrimina las congojas
La única verdad es el dolor
Las trampas lujosas para pasar las constelaciones
O los descolgados del vértigo donde combate las altas luces con cabeza de un mar sapiente
Los espacios fulminan un deseo de estos sistemas fatigados donde desnudar estrellas es oficio de poetas.
COCODRILO
Como criaturas que arrastran el agua
Estaba sin poderse mover
Con la duda de ser un monstruo
O que su sarcasmo nadara hasta la orilla de dolor
Desde el impronunciable aguacero
La pupila de crueles desgarrones
Fuera de la necesidad,
De la expansión de la ira
Afinaba la presa sucia de lodo,
Con la impresión de las heridas
Que se rescatan en oscuridad.
SERPIENTES
Repto entre estruendos y prolongados placeres del sol
Donde el mar salda las glorias de las construcciones,
Bajo sus turbadores anillos,
Recubierta por las mil efusiones del barro
Vaga encerrada en sus venenos
Abriendo la interrogación
Como la hidra “emisaria del deseo"
Cruzará el negro jarabe de las cubiertas
CANGREJO
Alejose en brazos de una oscura venganza.
En espera del momento preciso para volar
Cuando duerman las guardas de los remolinos.
Alejóse de los ojos adormecidos
Por el negro devenir
Que cubre las inmundicias,
En una noche inhumana
Retrocediendo la ira
Entre la soledad y las tinieblas.
PIOJOS
En tanto expandan los abismos,
Sorprendidos de ese sol
Que se pondrá sobre los ángeles caídos
Insensibles a las progenituras
O purismos con su sonido de apóstrofe
Justo en los a designios de ser libres
De pensar en sus fastidios
A una sangre que adoran
Donde estará asegurado su reino de suciedad.
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