miércoles, 27 de febrero de 2008
NARCO-DEMOCRACIA SADOMASOQUISTA EN BATRAXIA
En Batraxia, capital de Logormia, los gobernantes siempre se dirigen a sus súbditos en las alocuciones públicas con los generales y los altos oficiales cuidándoles las espaldas. Se dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, pero en Batraxia detrás de un hombre liliputense siempre esta el cuerpo castrense en pleno, para dotarlo de un aura de grandeza y poderío que no tiene; Los generales rígidos, con sus mostachos quemados en nicotina, con los pelos de su narices calcinados por la cal andina. Detrás de sus gafas oscuras están los ojos irritados, los ojillos rojizos de cerdos embadurnados en estiércol de porqueriza patriotera, en donde se han refocilado eufóricos después de la última matanza.
Los últimos gobernantes en Batraxia se cuidan rodeados del cuerpo castrense en pleno, ya que en épocas anteriores, varios de ellos fueron apedreados y decapitados por turbas violentas de gentes que tenían oídos de artilleros para escuchar los grandes planes de los salvadores...Después, de varios décadas de re-adoctrinamiento, matanzas y control policial, la gente se volvió más receptiva y hasta disfruta con estos discursos.
El público “ciudadano” de Batraxia que observa fascinado estas alocuciones, las considera una demostración de poder y fuerza. Ya no es normal que un mandatario hable con una biblioteca al fondo y una enciclopedia de las compradas por metros, como en los tiempos de presidentes más cercanos a la literatura y que ahora se encuentran descansando en los mausoleos de la republica; ahora los símbolos patrios como la bandera del cóndor carroñero y las armas de los subalternos, le dan un aire marcial a estas arengas y discursos ventijulieros, que buscan llegar a lo más bajo y cerril de la sociedad.
La sociedad de Batraxia no tiene muchos referentes donde contrastar la información que recibe a diario, solo el 15% tiene acceso a Internet, solo el 20% compra periódicos y solo el 5% los lee. El 80 % malvive en la pobreza.
La mayoría de la gente en Batraxia cuando nace es marcada con un código de barras y se les hace una pequeña cirugía que les inhabilita un ojo, es decir, la mayoría de sus habitantes son tuertos de nacimiento, mediante una operación oftalmológica que los médicos de las granjas sociales que llaman “Seguros”, aplican sobre los infantes. No se sabe exactamente el por qué de esta operación, pero parece ser una ceguera reversible, solo, que esta operación de apertura de luz, se aplica únicamente a las clases dominantes en Batraxia. También mediante una lobotomía o una lobectomía neuronal, aplicada con un escalpelo de rayo láser a un gran porcentaje de niños de siete años en Batraxia, se le se hace una herida en el lóbulo frontal. Esto tiene como objetivo mitigar la sed de violencia y convertir en seres más dóciles a los habitantes de este trópico de sangre, a la vez que hace mermar los impulsos de una libido desiquilibrada que durante un tiempo hizo crecer los niveles de población en Batraxia y que influyó directamente en el crecimiento de todo tipo de teratologías y monstruosidades, que durante muchos años fueron producto de exportación a los mejores circos de todo el mundo.
Los noticieros y periódicos de los grandes pulpos financieros son la caja de Pandora de donde todo la violenta realidad del país, se reelabora en discursos de corte autoritario, que algunos críticos de izquierda y algunos periodistas independientes han querido comparar con discursos fascistas. Muchos no lo creen asi, ya que el fascismo clásico, fue una corriente política compleja, de contenidos profundos y de filosofías más elaboradas, que surgió en una época muy diferente, con unas condiciones posbélicas muy particulares. Países con gran potencia industrial (Alemania) o países con un pasado de gloria imperial (Italia) vieron surgir en el seno de sus sociedades unas contradicciones económicas, políticas y sociales que fueron potencializadas en la forma de un ariete social, que les llevó a romper los pactos de la historia y perpetuarse en la gloria de una guerra oscura. Existen diferencias profundas entre el fascismo clasico, y la doctrina de seguridad nacional en Batraxia, ademas de su estetica, sus discursos y sus caudillos.
El caudillo y los caudillos en Batraxia son de una cortedad de ideas y de discursos, que se puede apreciar claramente en sus productos. Estas ideas destiladas por sus mentes enfermizas, son solo aptas para conmover a las masas ignorantes y hambrientas de autoridad. Aquí el despliegue mediático de la maquinaria del poder y los discursos no tienen el fausto germano de los grandes desfiles captados por la cámara de Leni Riefenstahl; aquí tenemos a Jorge Carton y aguita pa mi gente.
El fascismo que se incubó y desarrolló en las sociedades de aquellas potencias europeas que desataron la guerra y el holocausto mundial, tenían una herencia directa en los postulados de filósofos tales como Schopenhauer y Nietzsche,grandes poetas y escritores como Ezra Pound y Celine que de una u otra forma le dieron base estética a sus doctrinas...aquí el potage que se quiere vender como cuerpo de doctrina patria lo elaboran y cocinan consejeros presidenciales, abogados de dudosa reputación, ya que venían de ser los consiglieri de capos terroristas que se habían enfrentado a las maquinarias políticas en Batraxia durante décadas pasadas. (Una de las profesiones más populares en Batraxia es la de los abogados, crecen como la peste y cada uno busca hacerse el legislador de cabecera del maleante de turno. Así, como detrás de cada presidente traqueto hay un general; detrás de cada bandolero emergente hay un buffete de abogados cuidándole el culo).
La sociedad autoritaria de batraxia se arraiga bien sobe una plataforma semifeudal. en donde los terratenientes en asocio con las mafias de la droga se tomaron el poder y crearon unos espacios de control mediático, que permean sobre el inconciente de los siervos sin tierra y de los asalariados desempleados, la imagen de una sociedad virtual en paz y prosperidad que se mueve hacia el futuro.
La realidad es bien diferente en esta tierra del trópico, en donde una camarilla de gángsteres se toman el poder con la aquiescencia de la burguesía. Esta camarilla encumbrada, ordena vigilar y castigar al resto de la población que son en gran mayoría los desempleados y los desplazados por la violencia. De la única forma que se puede controlar a una sociedad hambrienta es mediante el ejercicio del discurso disciplinario y de la bota militar. Foucault se refiere habitualmente al Ancien Régime y al periodo clásico de la civilización francesa para ilustrar la aparición de la disciplinariedad, esta sociedad en Batraxia combina las antiguas prácticas de la diciplinariedad (militarización de sociedad, criminalización de la pobreza, censo y consenso falsos) con las del control biopolítico de la posmodernidad (medios masivos de alineación, televisión y radio al servicio de los gángsteres y los neo-feudales en poder).
El caudillo y los caudillos en Batraxia son en su mayoría, gamonales y terratenientes transmutados en mafiosos del estado; y como gamonales su estética y sus discursos están impregnados de paternalismo violento y sadomasoquista. Los súbditos (ya que no son ciudadanos con deberes y derechos) tiemblan, aplauden y se inclinan genufléxos ante la arrogancia de poder y la amenaza velada de la muerte. Si el fascismo postulaba el superhombre, -el Ubermensch de los nietzscheanos-; el caudillismo agrario de Batraxia propugna por el hombre mediocre, del que hablara el filosofo y ensayista argentino José Ingenieros. Si el fascismo guerreaba por el espacio vital para un supuesto pueblo elegido; en Batraxia se despoja a los campesinos pobres mediante la guerra pora crear una sociedad de siervos sin tierra. Si el fascismo propugnaba por cierta estética del poder dentro de un capitalismo avanzado y moderno (la maquina y el cuerpo en dinámica de futurismo). El caudillismo feudal de Batraxia propugna por la estética de la esclavitud, la traición y la sumisión. Su mecánica y dinámica no son imperiales, no entran en choque por la búsqueda de una dimensión cósmica, no propone un modelo de moral o de vida, al contrario su estética es de sumisión y vasallaje al imperio que les da su razón de ser, en la medida de su utilidad como puente y cabeza de playa para posibles aventuras bélicas (las del imperio), en un futuro cercano.
En Batraxia el poder de los cipayos y los sátrapas se viste de cierta aura de muerte. Con ese aura de muerte, de poder sobre la vida de sus súbditos intenta silenciar las voces disidentes, las de los que no cantan en el coro de los himnos patrios. El poder en Batraxia es un teatro de polichinelas, marionetas y guiñols, cada uno de ellos pone su voz en el coro al servicio de un enano buitre que recita dogmas sobre el poder mayestático del estado y los vomita en cada encuentro con las masas de hambrientos y sumisos. Les condiciona y alecciona con un discurso apto solo para canes y animales en cautiverio. Reflejos condicionados para una jauría de analfabetas funcionales. El hombre libre de pensamiento independiente es tildado en Batraxia de terrorista. El hombre libre en Batraxia es tildado de enemigo de la patria. Y con estos señalamientos, ocultamientos, hostigamientos y censuras creen los del tinglado de la infamia reducir la voz de la libertad.
El manejo de los medios masivos de alienación en Batraxia es la punta de lanza con la que el poder quiere manejar las conciencias, amoldar los gustos y prevenir las disidencias y los disensos. Las encuestas son por lo tanto, una herramienta útil para crear una imagen de unanimismo. Falsa imagen, ya que las encuestas al igual que las elecciones en Batraxia desde hace décadas son manipuladas para obtener los resultados propuestos: La consolidación de la dictadura de las narco-burguesías afectas al imperio y el sacrificio del pueblo en el altar de los campos sangrientos de la patria. Las encuestas son la sopa de cada día, no buscan investigar y sondear a la opinión pública sobre una tendencia una opinión o problema; solo son necesarias para convertirse en la plataforma estadística dentro de un clima propagandístico de control bio-político. En Batraxia de hacen mas de 500 encuestas al año y los resultados son los mismos cada año. Las encuestas se hacen por teléfono, en tres o cuatro barrios elegantes del distrito capital, en donde casi siempre, a esas horas del día solo están en casa: las sirvientas, los celadores, los jardineros y los vasallos de las casas (estos son quienes responden las encuestas telefónicas). Luego, estas son publicadas en los principales diarios y sobre ellas se discute durante los siguientes quince días. Después, llega una nueva encuesta que supera la anterior en cobertura mediática y en falsedad.
En Batraxia la corrupción gubernamental es una de las máculas más ostentosas y es la razon de de ser de su política y sus políticos. La narco-democracia de esta ínsula tropical, solo vive para reproducirse en concubinato de intereses con las empresas criminales. La corrupción que se viene dando desde los tiempos de la colonia cuando en Batraxia las camarillas de feudales y terratenientes se repartirán el poder y saqueaban el erario publico mediante el ejercicio de burocracias insaciables. Estas burocracias cleptómanas, roban para los gobernantes en Batraxia y luego sufren el escarmiento publico cuando son pilladas infraganti por algunos órganos de control independientes, que todavía no han caído bajo la férula del régimen. Estos burócratas desechables son condenados a cadenas bastantes flexibles y laxas mientras engordan sus cuentas en Suiza o en los paraísos fiscales del Caribe. Después de cuatro o cinco años, se reúnen con los gobernantes de Batraxia (sus antiguos amos) y reparte el botín de las coimas millonarias que recibieron por vender a precios de saldo los grandes recursos mineros y privatizar las mejores y más productivas empresas públicas de Batraxia.
El pueblo en Batraxia vive sometido a una práctica de sadomasoquismo intenso y cada cuatro o diez años vuelve y elige a los mismos representantes que casi siempre pertenecen a los círculos del poder corrupto. Las mismas cosa nostras y mafias que con el apoyo de los delincuentes más poderosos del momento y con el aval del imperio, vuelven a manosear la cosa pública. Mafia y política en Batraxia son sinónimas y el estado se convierte en el aparato a conquistar para controlar la fuerza económica, política, militar y ejercerla sobre todo el pueblo.
EL pueblo en Batraxia en su gran mayoría no participa de la farsa electoral. El 70% del pueblo en capacidad es votar es apático por que es ignorante y esa apatía también va acompañada de un resentimiento impotente, su nihilismo violento y su miseria absoluta, lo lleva a buscar diferentes caminos para resolver sus asuntos de supervivencia económica: (mulas del narcotráfico), “justicia” por su mano:(sicariato), búsqueda de trabajo honrado: (exilio).
A pesar de todo, la gente parece ser feliz en Batraxia. El gobierno a instalado grandes cadenas de radio y música que mantienen el cerebro de los habitantes de batraxia en un clima de beatifica blues. La práctica del suicidio en Batraxia no es común, aunque su gente poco a poco hace crecer las estadísticas. (Bueno en Batraxia nunca se sabe y no se debe confiar en ellas). El pueblo de Batraxia mira el poder desde lejos, lo ve como un espectáculo que dan unas cofradías corruptas, unas mafias que se han hecho con el, a punta de dinero, corrupción, sangre y violencia. No participan ni reclaman nada; ni siquiera responsabilidades, porque el pueblo en Batraxia no tiene conciencia de ciudadanía. Tiene conciencia de rebaño revoltoso y empapado de impresiones. Manipulado, ciego y dormido es arrojado a la rueda sucia y sangrienta del samsara. El pueblo de Batraxia parece estar condenado a repetir la historia sobre una piedra de sacrificios inútiles.
De vez en cuando las masas violentas e ignorantes son intoxicadas por la propaganda oficial y entusiasmados se suman a causas que consideran legitimas y se conmueven por asuntos humanitarios que despiertan en ellos algunas fibras espirituales que creían muertas. Entonces toman acciones cívicas y participan de demostraciones multitudinarias que casi siempre son manipuladas y capitalizadas por los corífeos del régimen.
El pueblo en Batraxia aprendió a vivir lejos del poder, sumiso al poder, y al mismo tiempo independiente y distante de el. Sabe que esa gran bestia allí dormita regurgita y defeca huesos y sangre. Expolia, explota, oprime y desaloja a sus campesinos de sus tierras mientras envenena cultivos y tierras. De cierta manera, a la sociedad civil no le importa. No le importa, por que aprendió a defenderse sola y a rebuscarse su vida de otra manera, dentro de otras coordenadas. Una cartografía de norte incierto, que le acerca peligrosamente a los linderos del crimen y el hampa.
Para el gobierno de esta traqueto-cracia, unica en el mundo, todo el pueblo que no produce, no participa y no opina, es carne de hampa, o carne de cañón. Las guerras en Batraxia desde hace muchísimos años, fueron guerras entre pobres vasallos al servicio de los intereses de los poderosos y del gobierno, contra los pobres de las ciudades y el campo. Los pocos líderes auténticos fueron inmolados en el altar de la concupiscencia patria. Cegadas sus vidas por los esbirros del régimen, con la complicidad clara de los servicio secretos del imperio.
EL Futuro de Batraxia no es alentador...
Las burguesías corruptas aliadas con las multinacionales, solo utilizan la palabra patria para tratar de sugestionar a las masas ignorantes. Sus grandes intereses son la usura, el acaparamiento, el poder y el dinero. A Batraxia la han tratado como a una puta y la han golpeado y humillado casi hasta dejarla muerta. El cuerpo de Batraxia es el de una gran salamandra que ha salido herida y chamuscada de una gran conflagración.
La juventud de Batraxia que antes no participaba, no opinaba, no se movilizaba, hoy comienza a despertar de la resaca y comienza a luchar por su futuro. Si una sociedad quiere trascender buscando mejorar su historia, deberá contar con las fuerzas y las ideas de sus jóvenes. Sin la juventud Batraxia estará perdida.
La tierra de Batraxia condenada parece estar a sufrir más daño y más muerte. Solo el sueño de los hombres libres podrá redimirla, solo el sueño de los hombres y mujeres libres de Batraxia, podría conducirla por la vías de la emancipación, la independencia y la justicia social. Así su nombre verdadero con olores del dulce de caña y orquídeas frescas podría erigirse dignamente, y la salamandra oscura a la que a sido reducida, se metamorfosearía en colibrí o ave del paraíso.
Es un sueño por el que han luchado miles de hombres y mujeres, las reservas generosas de este trópico de sangre, y por el que nunca es suficiente dar más.
O.G.R.
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3 comentarios:
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