“NERVAL”
“No me esperes esta noche ya que será
negra y blanca…”
Gérard de Nerval.
Yo camino desnudo en la alta noche
hacia una estrella que me llevará a oriente.
Una estrella que a veces parece un ángel guardián
y otras un demonio de extraña belleza.
Coronan
sus sienes bucles dorados; tirabuzones con los que solían adornar sus
cabelleras las cortesanas amigas de mandame Recamier.
Yo voy desnudo en la alta noche
hacia una estrella que me llevará a oriente.
No temo al blanco frio de la noche
mi
piel de oso estelar suelta una pelusa de plata relampagueante.
Voy desnudo
detrás de una
estrella
ánima que brilla como un denario de cobre
sublimado.
Algo que me levanta por los aires
y
me golpea el pecho con un beso helado.
(Vete…vete hermosa negra, ya no te necesito…
Vete…vete hermosa esclava…¡Ya no requiero de tus
venenos, sueños de esmalte bajo cielos
asiáticos!)
No tengo el lastre de los talentos fructíferos
ni
de los exitosos del vodevil.
A
mi obra de teatro solo entraron los cuervos y los abogados.
En
mis manos estallan granadas de rosas
y mi orina es la que beben en verde aterciopelado las ninfas de los bosques voluptuosos.
y mi orina es la que beben en verde aterciopelado las ninfas de los bosques voluptuosos.
Voy
desnudo buscando una estrella…
El
fuego de una quimera que viene del oriente…
El
secreto de un mago que mantiene la fe en el milagro.
La
epifanía de la revelación...
Sospecho que ya no queda nada por decir.
Sospecho que ya no queda nada por decir.
Al
fondo de la noche, en el bulevar desierto…
Una
lámpara de gas como un gran bulbo inteligente
me
hablará de una filosofía que se forjó sobre el pentagrama de un sol de cobre.
Espada de metal herido
sobre una corona de fuego ondulante;
tótem
urbano capaz de soportar el peso de mi aliento.
Solo un puñado de papeles y un poema para la dama
británica
que
en cada beso escatimado, sacaba un pequeño puñal y lo hundía en el fondo de mi
afligido corazón.
Y
una sombra
pesada,
suspendida y negra.
Plomada
muerta bajo la tormenta
que devela
el vítreo y afilado rostro de la quimera
en los abismos de la madrugada.
O.G.R.
O.G.R.
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