jueves, 19 de mayo de 2011

Lament Dylan Thomas





Lament
Dylan Thomas (1914-1953)
When I was a windy boy and a bit

And the black spit of the chapel fold,
(Sighed the old ram rod, dying of women),
I tiptoed shy in the gooseberry wood,
The rude owl cried like a tell-tale tit,
I skipped in a blush as the big girls rolled
Nine-pin down on donkey's common,
And on seesaw sunday nights I wooed
Whoever I would with my wicked eyes,
The whole of the moon I could love and leave
All the green leaved little weddings' wives
In the coal black bush and let them grieve.


When I was a gusty man and a half
And the black beast of the beetles' pews
(Sighed the old ram rod, dying of bitches),
Not a boy and a bit in the wick-
Dipping moon and drunk as a new dropped calf,
I whistled all night in the twisted flues,
Midwives grew in the midnight ditches,
And the sizzling sheets of the town cried, Quick!-
Whenever I dove in a breast high shoal,
Wherever I ramped in the clover quilts,
Whatsoever I did in the coal-
Black night, I left my quivering prints.


When I was a man you could call a man
And the black cross of the holy house,
(Sighed the old ram rod, dying of welcome),
Brandy and ripe in my bright, bass prime,
No springtailed tom in the red hot town
With every simmering woman his mouse
But a hillocky bull in the swelter
Of summer come in his great good time
To the sultry, biding herds, I said,
Oh, time enough when the blood runs cold,
And I lie down but to sleep in bed,
For my sulking, skulking, coal black soul!


When I was half the man I was
And serve me right as the preachers warn,
(Sighed the old ram rod, dying of downfall),
No flailing calf or cat in a flame
Or hickory bull in milky grass
But a black sheep with a crumpled horn,
At last the soul from its foul mousehole
Slunk pouting out when the limp time came;
And I gave my soul a blind, slashed eye,
Gristle and rind, and a roarers' life,
And I shoved it into the coal black sky
To find a woman's soul for a wife.


Now I am a man no more no more
And a black reward for a roaring life,
(Sighed the old ram rod, dying of strangers),
Tidy and cursed in my dove cooed room
I lie down thin and hear the good bells jaw—
For, oh, my soul found a sunday wife
In the coal black sky and she bore angels!
Harpies around me out of her womb!
Chastity prays for me, piety sings,
Innocence sweetens my last black breath,
Modesty hides my thighs in her wings,
And all the deadly virtues plague my death!




Lamento


Cuando era yo un muchacho presuntuoso y una pizca de hombre
y el negro escupitajo de los feligreses,
(suspiraba el viejo vástago de carnero en su agonía de mujeres)
andaba de puntillas, tímido en el bosque de grosellas,
la tosca lechuza gritaba como una jaca legendaria,
en mi rubor, brincaba mientras las niñas grandes
jugaban a los bolos en los baldíos de los asnos
y en un vaivén de noches domingueras rondaba
a quienquiera que fuese con mis ojos perversos,
tanto como el tamaño de la luna podía yo amar
y abandonar junto al arbusto negro como el carbón
a todas las esposas en las pequeñas bodas
de hojas verdes y dejarlas penando.


Cuando era yo un hombre borrascoso y apenas medio hombre
la bestia negra de la congregación de escarabajos
(suspiraba el viejo vástago de carnero en su agonía de putas)
no un muchacho y una pizca de hombre en la luna perversa que se hundía
y borracho como un becerro recién parido
silbaba la noche entera en retorcidas chimeneas,
las comadres surgían en las zanjas de medianoche,
y las achicharrantes camas pueblerinas gritaban: "de prisa"
cuando quiera que me zambullía en un pecho como alto bajío
dondequiera que brincase sobre colchas de trébol
lo que quiera que hiciese en la noche de color carbón
dejaba siempre mis huellas temblorosas.


Cuando era yo un hombre, lo que se dice un hombre
y la cruz negra de la casa bendita,
(suspiraba el viejo vástago de carnero en su agonía de bienvenida)
con aguardiente y uvas en el albor brillante de mi primera edad,
no un gato macho de cola florecida en la ciudad candente
y cada mujer domada su ratón,
sino un toro de la loma en el bochorno del verano
que llegaba en su grande y buen momento
a las bestias que enardeciéndose sufrían, me dije,
¡oh mucho tiempo habrá cuando la sangre fría ya se arrastre
y yo me eche en la cama sólo para dormir
a causa de mi alma ceñuda y perezosa, negra como el carbón!


Cuando era yo la mitad del hombre que era
y merecía las advertencias de los curas,
(suspiraba el viejo vástago de carnero en su agonía de ruina)
no un becerro restallante ni un gato enardecido
ni un toro de la loma en la lechosa hierba,
sino una oveja negra con un cuerno arrugado,
al fin el alma abortada de su falso agujero ratonil
se enfurruñaba cuando el tiempo de claudicar venía
y di a mi alma un ojo ciego, maltratado,
cartílago y corteza y una estruendosa vida,
y la empujé hasta el cielo negro como el carbón
para encontrar un alma de mujer por esposa.


Ahora ya no soy un hombre, ya no lo soy,
sólo una negra recompensa por mi vida estruendosa,
(suspiraba el viejo vástago de carnero en su agonía de extraños),
pulcro y maldito en mi cuarto arrullado de palomas
yazgo, delgado y oigo las bondadosas campanas
porque, ¡oh! mi alma encontró una esposa dominguera
en el cielo negro como el carbón y ella aburre a los ángeles!
¡me rodean arpías que surgen de su vientre!
la castidad reza por mí, la piedad canta,
endulza la inocencia mi último negro aliento
la modestia esconde mis muslos en sus alas,
y todas sus mortíferas virtudes fastidian mi muerte!


Versión de Elizabeth Azcona Cranwell

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