“SUEÑA, QUE ESTA MUERTE…”
Por: Elizabeth García Ramírez
El perro viejo se quedó sin dueño…
Se murió el sepulturero de mi cementerio...
¿Qué haremos con los muertos?
¿Dónde están las casas para perros viejos, para los sin dueño?
Se murió mi tía, mi tío y mi hermano…
Se murió mi abuela…
Murió también Rosario
la más bonita del barrio.
La muerte anda suelta…
Anda por ahí echando mano...
La han visto en los bares tomándose una copa de vino negro…
En las casas de ventanales clausurados
en los barrios donde habita leve y frio, el silencio.
¿Para donde nos vamos?
Ni a la iglesia se puede ir rezando.
Los que no tienen casa pueden quedarse afuera…
Para los demás hay toque de queda…
Llorando, rezando, está la gente.
Bailando y cantando en un carnaval cerrado y ciego
frente a
pantallas de amnesia… para no pensar tanto.
Se perdieron los días, los meses, los años.
Se agotaron las flores…
Pero pintaré una roja y la pondré a las puertas de tu cielo, si te
fueras primero.
Pinta tú una blanca; si soy yo, la que muero; será mi entrada al cielo.
Mientras tanto, sueña, sueña conmigo amor…
Sueña que estamos cantando.
Y si no, sueña que es solo un triste sueño…
Que en los hospitales se marchitaron los jardines y enfermaron los
médicos…
Y que todas las blancas y ajadas enfermeras se murieron.