UNA PAZ…
(Los tres niveles)
Por: Omar
García Ramírez
1
Una paz….sí…
Pero no una paz chiquita y enclenque, no
una paz asustadiza y perdida en la mirada hueca de los cientos de miles de
jóvenes que han muerto al buscarla como a una quimera en las montañas.
Una paz sí, pero no una paz de
modales zalameros, Requerimos de una paz robusta, de brazos campesinos y
obreros, ya que sobre ellos se ciñó encarnecida la sombra de la violencia.
(Esto no es realismo socialista, es la
realidad que reclama nuestra sociedad)
Fue en los campos, donde la rapiña de los
señores de la guerra se enseñoreó con más sevicia.
Fue en los campos, donde la usura
sanguinaria dejó abierto el costillar tectónico del país;
un reguero de muertos, y alaridos sin
almas, y cuerpos sin sepelio.
Más en los campos….que en las ciudades.
Allí donde jóvenes soldados campesinos y
obreros se enfrentaron a jóvenes campesinos y guerrilleros, dejando en sus
camisas perforadas, un ruido de pólvora y azufre, de odio y violencia.
No es nueva la matanza…. desde hace un
siglo y medio, tal vez más, ha venido manifestándose esa guerra como una ola;
marejada que viene cada tanto tiempo…
Esos jóvenes que perdieron su norte.
Esos jóvenes que nunca vieron la
llama dorada de su estrella.
Esos jóvenes que en las montañas se
encontraron con los fantasmas
diluidos en la lluvia y en la niebla.
Esos jóvenes, ya en otra dimensión, bajo
selvas de cardos y de líquenes;
de soles y estrellas…Merecen esa paz.
Pero no una paz de teatro o bambalina…
No una paz donde los señores de la banca
sigan diseñando en sus computadoras los mercados y los dividendos para
esquilmar al pueblo colombiano.
(Un pueblo que sueña, no es un pueblo que
duerme).
Una paz requiere también del desarme de la
banca y de la usura, y la casta terrateniente.
De las grandes bandas de guiñoles al
servicio de las trasnacionales.
De las Onorata
società al servicio de los
monopolios del petróleo y el agua,
y los recursos naturales;
Se requiere crear una plataforma social
que empodere al ciudadano.
Sobre esa plataforma se podrían
erigir los pilares de una paz sólida.
Poderes de veto, de control político,
económico y social sobre esa caterva de cleptómanos profesionales y una buena
parte de los que se sirven del respetable, es decir: algunos “los servidores
públicos”. V.P.P. Veeduría popular y permanente.
Repitamos: Una paz que empodere al
ciudadano dándole herramientas efectivas de control político y veto real.
Una paz que dé al ciudadano la dignidad
que se merece.
El ciudadano, no solo es ciudadano el día
de elecciones. Debería ser ciudadano durante toda su vida, mientras tenga
herramientas para decidir el futuro de su sociedad y para controlar y vetar los
desmanes de la autoridad.
Una paz también para las ciudades.
Porque allí se refugiaron los hombres y
mujeres, los viejos y los niños, con todo el dolor y el miedo y las pesadillas
de quienes huyen de la guerra.
Y luego, cuando pasa el temblor, ese miedo
se convierte poco a poco, en una ira pequeña, pequeñita; pero que va creciendo,
se torna dura, áspera y negra. Y tiene que salir al ruido de las calles.
Miles de pequeños maleantes, ladroncitos,
expendedores, atracadores y todos los pequeños criminales colombianos llenando
las cárceles.
Escoria de presidio, rostros de niños
hambrientos, mulas del micro-tráfico, putas y rufianes,
merodeadores de la jugada del rebusque en
ciudades donde esa paz está ausente.
¿Dónde estaría esa anhelada paz
si el hombre sin empleo, tuviese que
jugarse el pellejo en la calle día a día?
Una paz sí…
Una paz digna; digna para que los
periódicos, en sus últimas páginas no estén saturados por caritas de malandros
del rebusque. Una paz digna, para que al menos, las oportunidades lleguen; las
oportunidades se den a la gente que tiene
derecho, a estudio, trabajo, vivienda y salud.
Una paz, para que al menos, esa dignidad pueda empezar a ser
construida.
(ESE SERÍA EL PRIMER NIVEL)
Una paz, para que el dinero y los
presupuestos gigantescos que van a parar a las empresas de los buitres de la
guerra, pueda ser empleado en la construcción de un país más digno. De
escuelas, colegios y universidades en donde se proyecte una revolución
educativa. Revolución que amplíe la cobertura física y virtual, apoyada en lo
científico y lo tecnológico. Revolución que dé las oportunidades a quienes
quieran aportar al desarrollo de esa paz.
Alguna gente se quedará por fuera de ese
espacio educativo, alguna gente perderá el ritmo, alguna gente transitará otros
caminos más difíciles...
Este es un país en desarrollo. Existen problemas
de tipo legal y social frente al sistema penitenciario.
Por lo tanto, se requiere también una
reforma profunda del sistema carcelario; no queda más remedio, Cárceles más
dignas. Más que cárceles reformatorios. Ya que si el hombre debe pagar por sus
errores, lo debe hacer también con dignidad; no convertirlo a golpe de tortura
y hacinamiento en una bestia de encierro y desecho.
Una paz para que los ancianos no se mueran
de hambre; o colapsen bajo infartos mientras hacen filas en los servicios
médicos; para que las pensiones lleguen oportunamente, como debe ser.
Una paz que dé a los hombres y mujeres que
trabajaron toda una vida, su pensión. Eso es de importancia capital para una
paz justa.
No una paz de miseria y humillación.
Deben los hombres y mujeres colombianos
que alguna vez fueron jóvenes, que trabajaron de manera honesta, en hospitales,
colegios, fábricas, universidades y campos. Perder su dignidad arrastrando sus
pasos por miles de pasillos kafkianos. Llenando miles de sellos y enviando
miles de tutelas y esperando inanes frente a taquillas en donde funcionarios ineptos
les responderán con caras de fantasmas; negativas y dilaciones.
¿Deberán seguir pasando por esto, para por
ultimo caer en manos de los abogados?
¡No!
Una paz con leyes justas y herramientas
civiles.
Una paz que dé al ciudadano los elementos
de la construcción y la cosecha.
Una paz con tecnología y ciencia para los
campesinos; escuelas y hospitales; vías de comunicación en los
campos colombianos. Con créditos y apoyos efectivos para los agricultores.
Una paz robusta con aire de cosecha y
tiples afinados y niños correteando por los parques…No mendigando o prostituyéndose en los
semáforos.
Esa, es la paz que se requiere.
La otra, sería…solo un verano corto, antes
de los aguaceros, las tormentas y las inundaciones del invierno.
No se puede permitir que banqueros y
usureros que se han alimentado del sudor y de la sangre de miles de familias,
sigan acaparando hectáreas de tierra que deberían ser para los campesinos
pobres; tierras que estos terratenientes usufructúan a través de sus componendas con los politiqueros; produce indignación que los créditos para los medianos campesinos vayan a manos de los gamonales y sus secuaces, en un país en donde las cifras de concentración de la tierra y la riqueza son
de las más altas del mundo; donde la desigualdad en la distribución de la
riqueza es escandalosa. Ese punto, en la agenda de la paz, adquiere vital
importancia.
Una Paz donde los campesinos no sean
lanzados a la miseria de las ciudades y en donde el latifundio improductivo
tenga control estricto y leyes severas, de aplicación directa.
Colombia es un país en donde las leyes más
estrictas están destinadas a las minucias de la vida cotidiana. Miles de
infracciones relacionadas con el tránsito; miles de leyes relacionadas con
asuntos de familia; el tabaco, el alcohol; la marihuana: etc. etc.
Pero, tratándose de los grandes asuntos,
de los asuntos verdaderamente importantes. Los que serían los transformadores;
los pivotes legales y democráticos de las transformaciones sociales. Los
engranajes dinámicos de unas reformas que potencien la democracia... Las leyes
de sustancia y peso brillan por su ausencia. Y cuando intenta salir alguna con
ánimo trasformador o reformador; los micos y las prebendas para los poderosos
operan con eficiencia mientras la soga al cuello del ciudadano sigue apretando.
Pocas veces hemos visto verdaderas
reformas, que, de manera importante, intenten jalonar las
transformaciones urgentes de esta nación.
Puede eso estar cambiando….
Esperamos todos, que por fin…
Grandes reformas se estén gestando.
2
La Constitución del 98 fue un pacto para
nuevas reglas de juego; pero al parecer ese viejo juego del poder sigue
inalterable. Las nuevas reglas de juego, que por aquellas épocas se
implementaron; se deformaron, perdieron su fuerza democrática; al menos,
las viejas y corruptas prácticas del país político no han cambiado en su manera
de operar.
El ciudadano, se ve abrumado por miles de
multas, que afectan su vida diaria. Miles de sanciones económicas que llenan
las arcas del estado y son objetivo de los chanchullos burocráticos y
políticos; El pequeño empresario agobiado por el peso de impuestos y trabas
legales; miles de infracciones legislativas hechas para un país como Dinamarca,
No para Cundinamarca. Pequeños cambios cosméticos para que todo siga igual,
como expresara en "El Gatopardo" G. T. de Lampedusa mientras
degustaba su medusa. Pequeños ruidos de códigos civiles sobre la madera de los
congresos para que el público del circo paranoide bajo efecto de publicidad, se
deleite; y llene de trinos y eslóganes estúpidos las redes sociales.
Nunca una verdadera iniciativa de ley, que
dé peso específico y HERRAMIENTAS a trasformaciones IMPORTANTES para la
paz. Y si la paz de Colombia ha sido una enferma crónica por asuntos
relacionados con la economía. Llegamos a la conclusión de que: ¡Es la economía, idiota!
(ESE SERÍA EL SEGUNDO NIVEL)
Es la economía de plutocracias como dijo
en su momento Alberto Aguirre, el periodista antioqueño; economía que ha tirado
a miles de pobres a las calles a recoger basuras; a atracar, robar celulares,
poner el cuchillo o la navaja al cuello. El malestar del pequeño delito crea,
poco a poco un sedimento grotesco y sangriento, una marea de odio que todo lo
opaca. Y ese accionar delictivo entra en la balanza frente al otro accionar
delictivo; el grande, el más dañino y depredador, ya que en este país
también existen y conviven, el delincuente patológico, el asesino serial, el
terrateniente ambicioso y el banquero terrorista.
Es la misma economía distorsionada y
fracturada, la que ha llevado a miles de campesinos y pescadores, convertidos
en improvisados mineros a buscar pepitas de oro en los caudales de los hermosos
ríos del Choco y de Antioquia; Minería en pequeña escala; minería de
subsistencia, que al igual que la mega minería, contamina nuestras reservas
hídricas, nuestros bosques, nuestra tierra.
No debería ser así.
Pero esa meta efímera, ese sueño de
riqueza, ha sido hábilmente publicitado en el corazón de la sociedad, para
poder llevarnos como a una caterva de borregos que corren detrás de papeles
verdes, ya sin valor. Todos tras el señuelo vil, en las ciudades, en los
campos, en las selvas. Rompiendo cordilleras, profanando santuarios de agua,
acabando con bosques indispensables para la flora y la fauna de nuestro país.
Todos caminando y enajenados por las
líneas de desarrollo que nos han impuesto desde el norte…
Esas que se diseñan desde los grandes
consorcios de la usura, desde la banca del FMI, desde las oficinas de la
Trilateral y desde la oficina del tesoro.
(Que unos señores muy avezados hayan
comprado medio mundo con papeles verdes SIN RESPALDO EN ORO, impresos por la
Reserva Federal americana; que no es federal, sino que es un holding de
banqueros, una multinacional de la estafa y de la guerra; es algo que desde ya
debería preocuparnos).*
O si no, pregunten por las cifras de la deuda externa.
Porque ya casi nadie habla de la deuda externa.
Un gran velo cubre ese espinoso tema...
(¿Un país que se ha endeudado en medio de
la guerra
no debería discutir en tiempos de
resolución de conflictos
y en el seno a las Naciones Unidas
la condonación de la deuda; totalmente o
parcialmente y de esa manera destinar
los recursos necesarios a la construcción
de la paz?)
¿Acaso, la paz de Colombia, no lo vale?
¿Qué es eso de la deuda externa?
¿Cuándo nos la piensan cobrar toda de
golpe, a qué costo, intereses y mediante qué métodos?
¿Se han preguntado?
Vuelvo y pregunto…:
Preguntamos…:
¿Qué pasa con la deuda externa colombiana?
¿De qué manera afectará este proceso?
¿Nos dejarán construir la paz mientras
estamos endeudados por décadas?
Ese no es moco de pavo…
Hay les dejo la tarea, jóvenes economistas.
Pequeños paraísos fiscales para los
ladrones de cuello blanco.
Pequeños paraísos fiscales para los
ladrones de la cosa pública.
Y al ciudadano de a pie: garrote y más garrote; porque
ni siquiera zanahoria; a lo mejor un poco de circo; circo barato, de
corralejas y carnavales, verbena, aguardiente y carnaval; futbol…
No muy bueno…..Fútbol para el pueblo.
Mientras los grandes capitales de la usura
y de la banca engordan, y ponen a buen recaudo sus cajas fuertes.
Una paz Sí…
Pero con leyes al servicio del ciudadano
de a pie; no al servicio de los gamonales, los caciques, los padrecitos de la
patria y de los potentados.
Una paz con leyes justas para el ciudadano
de a pie.
Una paz de control y dique a los
consorcios que se quieren hacer con el control de los recursos naturales. Si
los recursos naturales de este país nos pertenecen a todos según la
constitución…. ¿por qué unos cuantos enchufados son los que deciden sobre su
futuro? Los recursos naturales colombianos son la carta de seguridad, el
pasaporte a nuestro futuro, el futuro de nuestros hijos.
¿Entonces por qué, unos cuantos
potentados, amangualados con unos tantos políticos no representativos, pueden
decidir sobre lo que le conviene, o no le conviene a la nación?
Control efectivo también a los monopolios
internos de los cuadernos, del papel higiénico, de la leche, del gas y la
electricidad. Los que carnean sin piedad todos los días. Una cosa es la libre
empresa (muy respetable y necesaria) y otra la libre depredación sobre un
colectivo popular enajenado de fútbol y propaganda.
Al pueblo colombiano nunca le han regalado
nada.
Nunca le regalarán nada,
Ni siquiera esta paz que se merece.
El pueblo colombiano no quiere que le
regalen nada. A pesar de todo, se la ha jugado de miles de formas para no
morirse de hambre; pero esa historia larvada en violencia, no es muy de mostrar
a los niños del mañana. Como se dice, es una página para superar en la agenda
de la historia.
El pueblo colombiano quiere un clima de
paz con leyes justas, reglas claras y derechos de control ciudadano. Esta paz que viene, que debe venir,
que tiene que venir, no es regalada.
Esta paz no puede ser un regalo
ya que nunca un regalo ha costado tanta
sangre y tanto dolor.
Esta paz tiene que ser construida entre
todos, como un gran árbol que se siembra desde pequeño pero sobre terreno
abonado, cuidado y protegido, para que pueda alguna vez dar sombra; alguna vez
dar fruto y cobijo a todos.
Para que pueda aguantar las sequías y las
tempestades.
Para que alguna vez un niño sentado bajo
su fronda,
pueda mirar la danza de las estrellas.
Para que alguna vez alguien piense, que al
menos… se intentó construir esa soñada paz.
3
El pueblo colombiano requiriere del clima
de la paz para despertar de la pesadilla.
Solo despertando podrá darse cuenta de sus
verdaderos potenciales.
Un pueblo puede despertar si el ruido
ambiente del conflicto baja los decibeles.
Solo, si florece algo maravilloso como un
sol en su interior.
Solo, si deja de identificarse con sus
apaleadores…
Solo, si deja de identificarse con el
movimiento caótico de la masa…
y deja de identificarse con la violencia
epectacularizada.
Solo, si aleja el temor y lo pone a buen
recaudo.
Solo, si empieza a escuchar su voz
interior y la voz de su naturaleza íntima.
Solo, si comienza a escuchar la melodía de
sus paisajes interiores.
Solo, si pone su fuerza, su energía y su
inteligencia, al servicio de su libertad.
Solo, si fija su mirada en su redención.
Solo, si es capaz de levantarse y mirarse
de frente
superando las pruebas del dolor y de la
sangre…
Dejando a un lado del camino
los fantasmas que todavía parecen querer
seguir dominándole.
Solo, si se desnuda para acercarse en
comunión con los elementos de su naturaleza
y busca en la sabiduría de su propia
historia, algo que le aleje de la mecanicidad.
Cuando comience a despertar,
ya no como rebaño, sino como colectivo
consciente.
Cuando despierte y comience a soñar,
ya no como masa dormida, sino como pueblo
iluminado.
(ESE SERÍA EL TERCER NIVEL)
Cuando los hombres aclimaten el espacio de
su redención,
sentirán y vivirán las fuerzas de una
trasformación…
Un primer choque es exterior y comienza desde afuera.
Un choque que está en la mecanicidad del
mundo maya…en su plano material.
Ese primer choque esta dado bajo la
condición del accidente…
Ese primer choque esta dado bajo la
condición de la rabia, el malestar, la limitación,
la identificación partidista, la
embriaguez, el ruido de la guerra.
Luego puede venir un segundo choque de liberación que será interior.
Debe ser observado y asumido íntimamente.
Y expresado en comunión de comunidad, y
como tal,
debe ser asumido como observación y superacion del error.
debe ser asumido como observación y superacion del error.
Camino de
prueba, expiación de la culpa, sendero de iniciación.
Tomar un distanciamiento
frente a todo lo que nos ha conducido a la violencia.
Este distanciamiento debe ser tomado como
un distanciamiento frente al ruido
que permita la observación serena.
Pero no como una forma aristocrática del
encierro o la lejanía.
No como una forma de la apatía y el
nihilismo.
Debería ser tomado como una pausa para
tomar aliento y reafirmar el poder interior.
Para reunir las reservas de nuestras
fuerzas renovadoras.
El tercer choque…
Debería ser el del alumbramiento por
iluminación.
No solo razón…
Razón más iluminación,
y acción, encaminada a la búsqueda de una
alternativa de cambio consciente.
Después de la guerra o el accidente
Después del trauma o de la muerte…
Viene un tiempo de reflexión que afianza
las fuerzas vivas de la naturaleza
y les da poder de expresión y plasticidad.
La PAZ
Nuestra paz…
La paz de todos nosotros…
La paz debe ser sustentada sobre una base
material
ya que el plano material cruza
un vector, que para bien o para mal,
afecta nuestra vida espiritual como pueblo.
(La mendicidad, la esclavitud y la
precariedad
limita la búsqueda espiritual de una
sociedad).
Un pueblo debe tener seguridad
alimentaria, humana, social y educación.
Oportunidades
para comenzar a soñar su mañana.
Pero solo soñando su mañana en la acción
consciente, puede alcanzar EL DESTINO de su historia.
La paz debe ser buscada como un campo de
acercamientos a la política consciente.
Una política para enfrentar los problemas
y los desafíos
una política para el debate constructivo.
Hay mucha gente que se opone a estos
cambios…
(Los que intentan manejar la corporación;
luchan por perpetuar el poder y tienen miedo al cambio. Se les debe entender
como elementos estáticos que están imbricados en la estructura mecánica del
poder y que buscan la perpetuación de privilegios. No entienden
que transformaciones sociales, tecnológicas, científicas,
espirituales, choques de fuerza universal, afectan los planos materiales,
impulsando el paso a nuevos niveles, y desafíos. Por lo tanto la comunicación
con ellos es puramente mecánica y se da sólo en el plano político, no
en el plano filosófico).
Pero haciendo hincapié en reformas y
transformaciones fundamentales que den apertura a un nuevo escenario donde se
potencialice el desarrollo de nuevos discursos; el debate debería intentar
subir los niveles y superar el canon de la grotesca politiquería nacional. No
se puede quedar en eslóganes y consignas huecas. Deberíamos apelar a la poesía,
la música, el arte, la magia y la alquimia; a la ciencia y la conciencia, al
alma y al espíritu.
Las conciencias renovadoras se desarrollan
mejor en campos de paz y de apertura.
Las altas conciencias prosperan mejor si
se mira al futuro con optimismo
y se dejan libres las reservas de creación
de un pueblo.
Si a un pueblo se le saca del accidente,
de la guerra por la venganza, el odio, la
ambición o la supervivencia.
Se le le esta dando la oportunidad para crear,
investigar, y transformar su entorno y su vida.
Son nuevos desafíos los que vienen y no
serán pequeños…
Tenemos todo para dar el paso.
Se están abriendo las posibilidades para
entrar en una nueva etapa de consciencia social,
humana y cósmica.
No solo es la patria.
¿Acaso jugamos solos en este pedazo de
tierra sobre el globo?
¿Acaso no estamos intercomunicados con un
mundo en cambio, en conflicto, en crisis?
Los hipervínculos están allí conectados
como neuronas de una gran conciencia…
Estamos colapsando y destruyendo
una parte del ecosistema universal…
¿Podremos dejar escuchar nuestra voz en el
escenario del mundo
si perpetuamos este bloqueo?
Es el hombre…
El planeta…
La vida…
La tierra…
Pero…
No es solo la consciencia de la tierra…
Es la consciencia del universo
que habla por nosotros, en un segundo, en
un año, en un siglo.
No deberíamos ser más esclavos de la
guerra…
No deberíamos ser más esclavos del odio…
No deberíamos ser más esclavos del
espectáculo…
Nuestras fuerzas no pueden ser mermadas y
dilapidadas
en la sangría partidista de opiniones y retaliaciones.
Es el salto…
Deberemos cruzar el puente…
Todos…
Deberemos llegar a nuestro sueño.
De no hacerlo…
Corremos el peligro
De morir bajo el pánico paralizante de
nuestra propia pesadilla.
El sol está allí iluminando un momento de
la historia
El tiempo ha dado un giro.
El brillo de la estrella está presto a ser
cosechado.
El fruto del futuro…
Es, lo que nosotros comencemos a sembrar…
Ahora.