Esta novela, que había sido
finalista en varios concursos literarios nacionales (Cámara de Comercio de Medellín.
2013. Entre otros), sale de imprenta y se suma a la colección de autores quindianos.
Es una obra cuyo eje temático y conceptual está centrado en la influencia musical del Heavy metal en los grupos de rock de los años 80 y 90 en la ciudad
de Bogotá. Metal-Riff tiene elementos de novela generacional ya que busca acercarse a
los dilemas estéticos y espirituales de una juventud que creció bajo el estigma
de la guerra y la violencia. Es, de otra parte, una novela del amor extraño;
amor incubado bajo el efecto de la psicodelia y la paranoia; entendiendo que el amor que nace bajo el fragor del metal-rock adquiere
connotaciones de enfermedad espiritual. Sentimientos heridos y golpeados en las
carreteras aceleradas de la música rocanrolera.
Si la novela decimonónica
utilizaba el desarrollo de la trama y las tensiones de los personajes como
plataforma de expresión; poco a poco, la novela moderna dio paso al
personaje como creador de un universo textual; su filosofía vital, su
circunstancia existencial. Ya en la novela postmoderna es el montaje más que la
escritura unidireccional la que va mostrando los engranajes de una
fragmentación que muestra sus líneas de fuga. En Metal-Riffcada una de ellas converge en un horizonte que se pierde
en la poética de un grupo musical que canta para resistir y para intentar crear una luz en medio de la confusión; un
foco que ilumine una carretera nocturna por donde transitan los fantasmas de la
libertad.
En esta obra conviven tres
novelas. La novela motor, como un engranaje de dinámica dramática; la novela
del autor, conformada por una serie de textos paralelos a la línea principal en donde se
diserta sobre el acto de escribir y sus complejidades; y la tercera novela, que
es suma en donde se aspira a una poética en comunión con el lector. Una poética
de encuentro que descubra nuevas imágenes, ideas y sueños.
A pesar de los inconvenientes burocráticos,
políticos y económicos para su edición, esta novela ha logrado ser editada
gracias al apoyo del Comité Editorial de la universidad del Quindío. En especial
gracias a los esfuerzos del periodista y escritor Ángel Castaño Guzmán, quien a
la par de su labor como gestor cultural, desde hace un par de lustros viene
perfilándose como una voz lúcida e independiente dentro de la crítica literaria
del eje cafetero; ya que sus textos––en donde se pueden descubrir el notable
ejercicio de estilo que da el sedimento de lecturas bien asimiladas––, ocupan
espacio de importancia capital dentro
del panorama literario nacional. Mención especial para la desinteresada
y meticulosa labor de corrección de estilo del escritor Hugo Hernán Aparicio, quien
con sus observaciones puntuales, me ha hecho depurar el texto hasta hacerlo llegar a sus límites expresivos. Un acercamiento en forma de ascetismo y rigor
correctivo; esto me ha servido para perseverar en el empeño que desde hace mucho
tiempo intento: una prosa como forma
extendida de la poesía: prosa que desde su incertidumbre; puede y debe buscar una concentración de la expresión.
Prosa poética, que en determinado momento, pueda dibujar todo un panorama psíquico,
dejando abierto al lector el paisaje de la vida interior de sus personajes; además
de una experimentación con la que intento bordear las fronteras de los géneros; allí solo me guía una brújula averiada
sobre un mar de olas negras y pesadas. Mirada
externa y rigurosa la de Hugo Hernán Aparicio, que es de agradecer, ya que los
escritores por la cercanía con el objeto de su creación a veces perdemos
distanciamiento y objetividad en el tratamiento del texto como organismo que
tiene sus propias reglas y medidas; y en esa pérdida estamos abocado a
encontrarnos con el error. Por último, desde
esta revista virtual agradezco la lectura crítica del escritor y académico
risaraldense Rigoberto Gil Montoya, quien generosamente ha escrito un amplio texto
que da luces, contextualiza y muestra algunos vínculos estéticos y conceptuales
de la novela; lectura que pondero, no solo por la calidad del escritor ––quien
por estas fechas cosecha una serie de bien merecidos reconocimientos–– sino por
sus calidades humanas. Académicos como Rigoberto Gil Montoya, que se acercan a
la literatura no desde el pedestal de una catedra, sino desde las dolencias espirituales
y cotidianas del ejercicio del escritor, son los que hacen falta a las nuevas
generaciones de escritores de nuestra región.
La obra Metal-Riff para una sirena varada,
estará disponible en todas las bibliotecas del departamento y otras bibliotecas
del eje cafetero en los próximos meses; es mi intención, hacer presentación
puntual de la misma en Relata Quindío,
café trilingüe de la Alianza Colombo-Francesa, universidades, colegios, y otros
espacios literarios y culturales de la región y del país.
(Instalación que participo en el XII salón de artistas quindianos 2014. NO premiada, ni mencionada, y de difícil reseña, ya que el catálogo oficial no lo hace).
¿Para qué se hace un salón de
artes plásticas?
Para promocionar una empresa
social, un paisaje cultural, un proyecto de gobierno… Para la cita cultural del ambientillo cool de la región.
O para presentar
propuestas estéticas que hablen de nuestra sociedad, de nuestro entorno social
o espiritual; para que los artistas intenten acercamientos simbólicos a los
conflictos que como seres humanos vivimos a diario. Un salón no recurre a paños
de agua tibia, ni recetas médicas para curar nada; es la apertura de
interrogantes y de cuestionamientos que pretenden dirigir la mirada hacia los
aspectos candentes de nuestro tiempo. Un salón no puede pretender crear una
imagen de belleza y armonía regional, ya que esa grande belleza aunque existe, está en crisis y algunas raíces centenarias
carcomidas.
Cuando un salón da salida a estos
diálogos o debates estéticos, se puede decir que es un salón abierto. Cuando
las censuras no operan ––como lo han hecho en el pasado––, se puede encontrar
vetas de riqueza en los matices y los planteamientos de los artistas que en él
participan.
Ahora bien, existen instituciones
que debido a su dinámica de lobby corporativo frente al establecimiento, no
pueden asumir premios o reconocimientos a obras que pongan en entredicho la
estructura política y burocrática sobre la cual se sustentan. En el caso de un
museo en ciernes que funciona en razón de los aportes políticos y
gubernamentales, evitaría hasta donde fuese posible, obras de ruptura o
confrontación; y con sus jurados al uso, premiaría obras en donde el componente
revulsivo no fuese demasiado obvio. De esta manera, se tendería un manto de
opacidad sobre el salón y dejaría las obras más polémicas en un segundo y
tercer plano.
Afortunadamente, la gente que va
a los museos o galerías, en buena parte, ha tenido cierta formación estética,
por afición o porque de una u otra manera está en el medio de las artes. La
información que se encuentra hoy en día, está al alcance de la mano para el que quiera, con un poco de curiosidad y de tiempo, hacerse a una mediana ilustración.
Podríamos concluir que, es en última instancia el espectador bien informado es
el que de veredicto final.
¿Qué busca un jurado decente e
imparcial, para destacar en un premio de esta categoría? ¿Originalidad, ideas,
o técnica? esa es la pregunta que nos hacemos. Si como le oí decir a una de las
directivas del museo, los jurados decían que esta o aquella obra tenían cierto tufillo a Déja vu; y que como tal no tenía muchas posibilidades; entonces esta triada de
jurados, fue a las riveras mainstream y
de paso en comodidad, premió obras que ya en el panorama nacional e
internacional estaban realizadas y contra realizadas. Ejemplo:
"Los males necesarios"
Jorge Agudelo Lopez
OBRA GANADORA DEL SALON DE ARISTAS QUINDIANOS
Se parece mucho a:
IZQUIERDA: OBRA DE JOSEPH CORNELL(1943) / DERECHA OBRA DE DAMIEN HIRTS "BOTIQUIN". 2000
Plagiadas y con remakesde tercera generación. Este solo ejemplo y el articulo al que vincula el link, daría por terminada la discusión. No valdría la pena insistir en el tema. pero sigamos.....
En el arte hay que decirlo, casi
todo se ha hecho, (y digo casi todo, ya que si bien en los aspectos formales del
arte presente o futuro, la técnica informática
esta al orden del día; en el campo de las artes representativas y conceptuales,
no se pueden encontrar fácilmente obras que no tenga un referente directo en el
arte de la modernidad y de las vanguardias). No solo en Colombia, ni en
latinoamerica. El arte mundial, ha entrado en una etapa de hibridación acelerada
por las autopista de la información que casi cualquier cosa puede encontrar
replicas honestas y otras intencionales; es solo dar una vuelta por la web para
encontrar decenas, sino centenas de estos ejemplos. Todas las obras del salón
tenían hipervínculos claros con obras de artistas vivos y fallecidos y por lo
tanto, bajo estas premisas, no se podría decir que una obra fuese más original
que otra. Lo que debería llamar la atención de un jurado sería la utilidad
creativa que se le dé a esa tradición, respetando claro esta, las referencias originales, e impidiendo la insistencia desvergonzada en el cliché. La posibilidad de generar ideas nuevas y
actuales dentro de un ejercicio de la plástica a partir de obras emblemáticas e historicas. Ya A.C. Danto decía que en el arte contemporáneo los siclos recomienzan y la apertura para todas las ideas y las técnicas están
al orden del día. No se puede pretender que prime una tendencia, o una
técnica, porque ya todas están de alguna manera asimiladas por el medio.
Cuando las vanguardias fueron fagocitadas
por el museo, cuando las corrientes más reacias al establecimiento se convirtieron en parte de la doxa; entonces a los artistas les quedaba pocos caminos y
alternativas a seguir: se convertían en técnicos especializados de la sociedad
del espectáculo o se retiraban y se convertían en rebeldes en los extramuros.
Ahora está planteado el tema desde este punto de vista muchos teóricos como José
Luis Brea. En su conocida y comentada obra El tercer umbral (2003) plantea esta dicotomía. El artista, a nuestro pesar, cada vez más se convierte
en un especialista cuyo campo se encuentra en la sociedad de la información. Al
ser neutralizados una buena parte de sus postulados críticos, el artista deviene
en publicista y entertainment, en
armador de shows y en funcionario simbólico, cuando no, en chef de haute cuisine. Al parecer en nuestro
país una buena parte de los artistas y de la academia se ha plegado voluntariamente
al postulado del artista como un técnico y operario dentro de la sociedad del
espectáculo; otros han escogido la vertiente pragmática y estructural del
artista como funcionario. Es de obligación mencionarlo ya que afortunadamente
en nuestra región, vemos colectivos de jóvenes artistas ––que por cierto no
fueron reconocidos por los jurados ya que sus obras fueron señaladas con
menciones muy diluidas–– que resiste y da una buena demostración de lo que es
el arte en pleno ejercicio de crítica social y conceptual; arte que
para otros críticos de mayor solvencia intelectual e independencia, es el arte
que a pesar de todo, prevalecerá.
Había obras importantes que por
su calidad técnica merecían premio. Había obras que por su calidad conceptual
merecían premio. Una de ellas solo fue reconocida con mención y a las otras ni se
les mencionó. Este salón, aun teniendo obras que expresaban originalidad y actualidad, fue
enmascarado por un ligero velo tejido por sus jurados. Pasaría por anodino y por
salón de té. Pasaría, si esas obras
no estuviesen ahí. Estaban ahí y estuvieron ahí; pero no fueron registradas ni
siquiera audio visualmente. Ese tipo de obras se quedan en la retina de los
espectadores como fantasmas inteligentes y ruidosos en una casa de colonización
antioqueña. Preferimos mil veces esos poltergeist
desterrados de la historia plástica de nuestro departamento, que las
estampillitas empacadas al vacío y descafeinadas para paisaje cultural cafetero
y parque temático, que trataron de vendernos los jurados.
(Obra no premiada, ni mencionada.
De difícil reseña ya que el catálogo oficial no la registra).
No pudimos averiguar el nombre del artista o la artista.
Los poltergeist comienzan a ser más interesantes, bajo cierta bruma de opacidad.
Vemos que en el pasado salón de
artistas quindianos, la gran mayoría de las obras críticas, problemáticas e
incomodas, quedaron reducidas a un segundo plano y se le dio protagonismo a la
obra light. Entonces queda la impresión
de que no hubo censura, pero si un refinado ejercicio de pasteurización. Dando
de esta manera la sensación de un salón edulcorado;
exposición en donde el espectador que fue a ver las obras tuvo que encontrar lo
importante y significativo detrás de una cortina invisible.
De otra parte, sabemos que el
ejercicio de quitar el velo corre por cuenta de quienes tienen la obligación de
hablar sobre ello. Eso es lo importante;
los artistas verdaderos no participan en pro de un premio; participan para
decir, expresar, impugnar, mirar de manera crítica la realidad. No para
enmascararla, ni para suavizarla y mucho menos para maquillarla. El arte crítico,
como el apóstol Tomás, va directo a la herida y mete el dedo en la llaga. El
arte del que hablamos no es la publicidad para el paisaje cultural cafetero; (bella
publicidad que sirve a los funcionarios museísticos y los políticos que utilizan
dicho eslogan como parte de su arsenal propagandístico). El arte NO va
detrás de los eslóganes y consignas; crea su propia campaña de fuerza y de espiritualidad.
El arte no se aísla; entra en la fiesta con la máscara de la muerte
roja, como en el cuento de Poe. No para epatar mediante la violencia; sino para
dejar en claro que, esa violencia que se oculta detrás de los estamentos del
poder (viejos y nuevos), y que como momias y zombis de Walkin Dead siguen marchando y bailando; constituyen la verdadera
peste enemiga de la paz. Matizando y aligerando las ultimas lineas, coincidimos con la politóloga belga Chantal Mouffe que en esa arena de confrontación simbólica:.."Lo que se necesita es por tanto una estrategia cuyo objeto sea desarticular la hegemonía existente por medio de una serie de intervenciones contra-hegemónicas, para establecer otra más progresiva gracias a un proceso de rearticulación de elementos nuevos y viejos en una diferente configuración de poder"
"Café Amargo"
Obra no premiada, ni mencionada.
Y de difícil reseña ya que el catalogo oficial no lo hace
Es de lamentar que unas buenas
obras, en lo técnico y lo conceptual utilizasen el vocabulario de la clase
política tradicional. Una jerga que por desvalorizada y manida no debería ser
usada por los artistas; eso devaluó sus obras ya que las puso al nivel de una crítica
politiquera. Eran buenas obras, pero hubiese sido importante haber elegido
otros títulos, para no caer en la crítica coyuntural de quienes ocupan una
buena parte del espacio mediático que copa la atención del imaginario público. Y
no nos referimos a utilizar un título, para mediante un ejercicio de ironía
cruzar de significados una obra. En efecto, sabemos que, si se utiliza un eslogan, palabra, etiqueta o
consigna, que ha sido gastada por las castas políticas tradicionales en pugna
por el poder; esta pierde efectividad semántica y evocativa. Desde GRIFFOS DE
NNEON creemos que una de las muchas funciones de las artes es la de empoderamiento
de la sociedad civil frente al estatuto de la política. El artista sabe que su crítica
va dirigida a vulnerar una parafernalia estética en la que se ampara la comparsa
del establecimiento. El artista en confrontación, muchas veces, enfoca su batería
contra esa superestructura de símbolos mediatizados por la prensa oficial y las
cajas de resonancia del Golem alienante. Y es, desde esta posición, en donde se
puede intentar crea un nuevo código poético. De alguna manera el capital se hace espíritu de mercancía y dispone de la más alta estrategia publicitaria; el arte se hace resistencia y dispone de símbolos en rebeldía.
El debate siempre está presente. Este es uno de los postulados que desde Griffos de NNeoNN hemos
planteado en contra del comisariato enquistado en las oficinas
burocráticas de la cultura. Estos
comisarios están para hacer relaciones públicas, apurar recursos y hacer dinero
con los impuestos de los contribuyentes; no para declarar conflictos estéticos
o conceptuales frente a quienes les dan de comer sus pardas lentejas. Ahora, en
nuestra región, se está dando un caso muy recurrente; la coincidencia de
intereses entre algunos representantes de la academia más obsecuente y
decadente con los representantes de la clase política en las corporaciones
culturales. Y debemos aclarar de nuevo que se trata de algunos sectores; los mismos que van detrás de los
presupuestos públicos de las universidades en franco maridaje con alcaldes y gobernadores de todas las pelambres. Aquellos, a quienes se
destinan los jugosos contratos que las secretarias de cultura tienen para los conmilitones
de sus afectos. Que "esclarecidos" funcionarios del Alma máter, se plieguen a los intereses de quienes ejercen
desde las corporaciones culturales y museísticas para llenar sus faltriqueras y de paso opacar la obra de
artistas independientes, es algo que no encaja. Al paso que vamos…
El balance, a pesar de lo
anterior (es decir a pesar de premiaciones cuasi-institucionales para una
corporación en busca de aportes políticos, que estaba impedida de presentar en
prensa, obras más contundentes y significativas). Es positivo; se pueden ver trabajos serios, búsquedas y procesos en torno a la plástica local. La organización se podría decir que más o menos
eficiente; y a pesar de un catálogo que deja mucho que desear, ya que no se
justifica que un salón de artista tenga un afiche y un un brochure para salir del paso, cuando para la realización del mismo
evento, se invierte un poderoso presupuesto; es algo que deja un prurito de vergüenza ajena. Una
muestra más de la falta de tacto en el ejercicio de la cleptomanía, que ya debería
estar reducida a sus justas proporciones puesto que tiene dilatada historia. Falta
de visión a futuro; no de presupuesto ––porque lo había––; simplemente se requería
el gesto; el hecho de mirar las artes
plásticas del departamento del Quindío con respeto. Respeto que pasa por un
catálogo decente. Un catálogo en toda regla, donde al menos se muestren todas las
obras seleccionadas como en anteriores ocasiones se ha hecho; para que quede
constancia en fotografía, de lo que allí se expuso. Hubo artistas que desarrollaron
trabajos a conciencia, invirtiendo con más generosidad que lo gastado por este
colectivo de funcionarios y enchufados en los papeles testimoniales. Claro está,
que la respuesta a estas inquietudes es la misma de siempre: “No hubo
presupuesto”. Volverlo a repetir es nuestra obligación, no puede ser que en
este departamento, tenga más importancia cualquier verbena
sandunguera con puñaladas al despecho en carrilera; cualquier aquelarre reggeatonero
con nalgas estroboscópicas en convulsiones de perreo; cualquier espectáculo de
plaza de Bolívar con replicante de baladista periclitado y bien muerto, salido
de la factoría de un reality show en
tarima publica; que un salón regional de
artes plásticas en donde el imaginario estético de una región participa con sus
artistas (Algunos pueden creer que nos ponemos duros con estos comentarios...¿quieren ver algo duro? vean cualquier videoclip de Lana Del rey). Los presupuestos al Panem et
circences también deben tener un límite y no deberían guiarse siempre por “exquisitos” gustos de las familias, tribus y gangs que se han hecho con el botín de
la cosa pública.
(Afortunadamente por los lados de la Madre Patria….parecen llegar
vientos renovadores e inspiradores. La sociedad civil de la Iberia y muchos de
sus artistas, están mostrando caminos…pero esa es otra historia que requiere de
ciudadanos en camino de conciencia, no de rebaños Matrix).
P.I.B. Producto interno bruto. Pintura de Omar Garratz.
Obra no mencionada en catálogo oficial.
No encaja con las políticas de lobby del museo.
También, por que toda la pintura ha sido desterrada
de los preceptos conceptuales de los curadores que posan de vanguardistas.
Para los artistas del Quindío, quienes con obras de buena factura y alto valor simbólico participaron en el salón; y para los otros artistas, que siguen creando desde la soledad de sus talleres o participando de colectivos de la plástica, y que todavía creen en el arte como elemento estético de conocimiento, de búsquedas espirituales y crítica social. De parte del colectivo de GRIFFOS DE NNEONN: ¡Sinceras felicitaciones!
El Ignicionismo no es una nueva ideología, no es una corriente intelectual, ni tampoco es una nueva terapia de autoayuda que nos traerá la solución a un devenir mental no elegido. Claudio Molinari Dassatti, escritor y traductor argentino afincado en Madrid, tampoco es el líder de nada más que de su propia inquietud artística, digamos, humana. Germen de una corriente de escritos que tendrán al hombre y su modernidad como centro, nace el Manifiesto Ignicionista, recordando a los de las vanguardias del siglo pasado, en el que se reparten bofetadas intelectuales para despertar de la pasiva distracción, cuestionar la industria del arte y la misma relación del hombre con su creación. “Nosotros no multiplicamos la nada. Nuestros actos serán únicos o ningúnicos”.
Frente a la preponderancia de la difusión sobre la creación, del diseño sobre el contenido y de la repetición constante en vez de la originalidad, los ignicionistas nos invitan a quemar todo lo que creamos innecesario para evitar perdernos en la confusión del arte institucionalizado.
Cuando el arte deja de convertirse en una creación espontánea, ¿de qué podríamos estar hablando?
El arte o un asesinato pueden ser espontáneos. El tema no es cómo nace la idea sino qué se hace con ella, si la dejamos macerar en el cajón o la soltamos cruda, si la engalanamos de modo que tenga más capas, más profundidad, más fractalidad… Después están las ideas repentinas, esas que hacemos por diversión y punto. Pero no son lo mismo y no pueden justificarse del mismo modo.
Si arte y pensamiento es reproducido, ¿qué papel tiene el ser humano?
El ser humano tiene el papel de percatarse de ese detalle. No se puede crear sin tener en cuenta la realidad, de la misma manera que o se crea ignorando el punto de vista del lector. Perdón, pero yo siempre enfoco desde el punto de vista del que escribe…
¿Cuál es el idioma de los ignicionistas?
Creo que sería un idioma para hablar de cómo crear, una estética consecuente con el medio hipersaturado con el que interactuamos, e incluiría el amor por lo sucinto, el desprecio de la obviedad y el recorte sin piedad de lo innecesario.
Cuando se ironiza lo absurdo, al menos, parece que se desvela el manto de obviedad, ¿no crees?
Cuando veo que la gente se espanta y se pone humanitaria, es inevitable que me de la risa, porque nosotros somos lo absurdo, los humanos. Somos la raza que mata y destruye todo lo que encuentra a su paso. Lo envenenamos todo y lo que no envenenamos lo matamos. Expoliamos y explotamos para que no nos expolien y exploten. Somos nuestros propios verdugos, verdugos-suicidas, y la historia no es más que un compendio de destrucción, muerte y horror, de autoflagelació. Y quien diga que no es parte de ello es porque tiene alguna casta de intocables que lo hace por él. Eso somos los humanos
Ahora bien, si partimos de ahí quizá podemos empezar a hablar de la obviedad. Los rusos tienen un dicho: ‘todo chiste contiene un poco de humor’. Lo dicen porque el resto es solo verdad ignorada.
El Ignicionismo como una corriente ideológica, pero ¿se cumple la paradoja que ironizaba Groucho Marx acerca de no pertenecer a un grupo que tuviera a uno mismo por socio?
Yo traduje a Groucho y tuve que leer mucho sobre él. Groucho era ante todo un tipo muy sincero. Una vez le preguntaron: ‘¿Cuál es la principal causa del divorcio?’ El contestó: ‘El casamiento’. Como ves, volvemos a la teoría rusa del humor. Volviendo a tu pregunta, cuando hice la primera tirada del manifiesto, salí a pegarlo con la idea de que quien lo considerara útil lo despegara y se lo llevara a su casa. Cada uno toma lo que necesita y creo que somos muchos los que nos sentimos estafados con esta producción masiva de cultura, o ‘contenido’, que es como se llama ahora a este alud de desasosiego.
El fuego, ¿único aliado para interrumpir la deriva contradictoria de la contemporaneidad?
La contemporaneidad no es nada contradictoria, lo que vivimos es fordismo cultural a tope y se nota. Fíjate en Dan Brown, por ejemplo (“Código Da Vinci”). Alcanza el éxito con una novela, pero seguramente firmó un contrato para escribir dos novelas más. Dos repeticiones o refritos sin ningún otro sentido que el de hacer dinero. Porque Dan Brown no trabaja para una editorial sino para una multinacional que fabrica contenido. Y no es lo mismo. El problema es que muchos creadores ya empiezan a pensar de ese modo, y esa no es una actitud artística. Si lo fuera, la frase ‘por amor al arte’ no existiría. El asunto es meterle tiempo a tu obra, no a su difusión. En cuanto al fuego, es una metáfora. Aunque me gustaría hacer una barbacoa ignicionista en la que todos lleváramos alguna obra propia que no esté a la altura, para hacerla arder.
Vanguardia es el frente, lo más veloz, ¿lo más fugaz? Vanguardia, como decía Pound, es lo ‘eternamente fresco’. Pero para que algo sea eternamente fresco debe tocar una fibra, un sentimiento universal. No se puede mirar una obra de Mondrian y pensar “esto lo hizo para salir en las revistas o conquistar a una modelo”. Uno ve esas obras y piensa: “aquí necesariamente tiene que haber algo”.
Según los ignicionistas, ¿existe un manual de acción para contrarrestar las constantes interrupciones comunicativas entre seres pegados a sus terminales portátiles?
Convertirse en una interrupción sublime.
Es evidente, cada vez más, la presencia de una nueva generación de Hikikomoris en España, donde sin trabajo, muchos huyen de su humillación social escondiéndose en el refugio tan confortable que ofrecen hoy los medios digitales…”rejas para protegerse del miedo”. También es evidente que el exterior es cada vez más agresivo. La gente consume más alcohol, más drogas y más fármacos, o sea drogas legales, pero no por vicio sino porque este planeta es cada vez más insoportable para las almas sensibles. Es como vivir constantemente en una discoteca llena de gente, ¿quién en su sano juicio quiere vivir constantemente rodeado de ruido, humo y gente propulsada por sus instintos más básicos? Mejor drogarse en casa y asomarse al mundo desde ahí, para al menos poder dosificar la violencia imperante. Yo soy hikkikomori… y a mucha honra.
Más que virtualidad aumentada, ¿realidad disminuida? La realidad aumentada es hacia donde se dirige la corriente. Pero quien se dedique a un quehacer artístico o creativo jamás debe hacer lo que hace la masa. No por esnobismo sino porque para poder estudiar la sociedad -y por tanto vernos a nosotros mismos- uno debe plantarse lo más afuera de ella que le sea posible. Esa es la tarea de un artista. El resto es el trabajo de los grandes productores de música, televisión y cine, además de los gestores de los museos de arte contemporáneo, el nuevo opio de las masas.
¿Existe el silencio en la era digital? Encontrarlo es la única meta de la inteligencia. Sin silencio no hay posibilidad de discernimiento, que es la materia prima necesaria para diferenciar el ruido del conocimiento
Sábado 18 de octubre 2014. Ha muerto el Hierofante negro, Héctor Escobar Gutierrez, poeta ocultista y hermetista. Fiel seguidor de las enseñanzas de Aleister Crowley, y Szandor LaVey. Visionario de los profundos arsenales donde duerme amortajado el pueblo de los metales. Que el ángel de la estrella venusina lo acoja en su claridad de fuego y de rubíes; donde fundirá su alma de heresiarca en el crisol luminoso del Baphomet. G.D.NN.
POETA FREDY KHINCANGANA DE LA NACIÓN YANACONA, COLOMBIA.
UN FESTIVAL DE POESÍA
QUE DA VOZ A LOS PUEBLOS DE LA TIERRA
Orishas, Nahuales, Chamanes, Mamos, acompañados de flautas,
ocarinas, tambores y naturalmente, sus
voces que, desde todos los puntos cardinales de la tierra, se dieron cita en el
24o festival internacional de poesía de
Medellín, por los pueblos de los mundos y por la paz de Colombia. “Paz justa primavera del mundo” fue la
consigna bajo la cual se cantó y se leyó poesía. Más de 150 recitales, cerca de
80 poetas de América, África Europa y Asia, en un encuentro sin precedentes
abierto al público. La poesía en nombre de la tierra, se expresó en francés, inglés,
español, ruso, y decenas de lenguajes y dialectos de diversas naciones y
pueblos de toda la tierra. La solidaridad expresada para con el pueblo de Palestina,
ante la brutal agresión que el estado de
Israel ejerce con la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea, resonó también
de forma clara y contundente.
Medellín, una ciudad que se cambia de la mano de la
cultura y el arte, pero a la que, transformaciones económicas y culturales todavía
no le alcanzan para cerrar una brecha que como una herida trata de cicatrizar
sobre el cuerpo social. Sin embargo es previsible, que los procesos darán
sus frutos a mediano y largo plazo. Es nuestra esperanza que la fuerza de la
cultura se interiorice de manera permanente en una sociedad que quiere, desea,
anhela trasformaciones en beneficio de la paz. Una ciudad importante en el
conjunto de nuestra nacionalidad y un referente mundial en el campo de la
literatura leída de cara al público.
Muchos dirán que la literatura y el arte no influyen en una
sociedad, al menos de la forma como en el pasado los grandes meta-relatos (que también
hacen parte de la literatura) lo hicieron mediante corrientes de pensamiento global que afectaron y movilizaron a grandes colectividades humanas; pero, la literatura y el arte pueden
transformar el alma de un niño, un joven, un hombre, una mujer. Si esa
pequeña transformación espiritual opera gradualmente en el conjunto de una
sociedad, es importante. Ya que basta esa semilla para que puedan germinar los
frutos del futuro. Es verdad que la literatura muchas veces entra en conflicto
con la sociedad. Que ese choque adquiere matices dramáticos y a veces, el litigio entre artista y sociedad es un conflicto sin resolución total. El escritor muchas veces ha sido condenado a ser un outsider, y como tal, propone su poética. Pero
el arte reflexiona desde la crítica y opera sobre el imaginario social de una
manera creativa, nunca destructiva.
La poesía es crítica, pero también gozo estético; es atrevimiento dinámico, pero también contemplación estática; es figurativa por su imaginería y
abstracta por sus conceptos. Cuando la conciencia ecológica se torna literatura para dar lugar al
espíritu del mundo, es entonces cuando comienza la verdadera transformación. Reconocer
a la tierra como madre naturaleza y comenzar a destinar para ella las mejores obras, cambio en la conciencia, trasformación en la actitud y en la estética cotidiana del obrar.
Esas transformaciones solo pueden ser plasmadas en un país en
paz. De nada sirven educación y cultura, si la juventud de este país se ve
avocada a la guerra y a la muerte bajo cielos de tormenta. Años de sufrimientos
y perdidas humanas, económicas, ecológicas y naturales han servido de telón de
fondo a una barbarie que solo beneficia a unos pocos en los grandes estamentos
del latifundio, la banca, la burocracia, la política y el poder. Colombia
requiere de transformaciones reales, el pueblo está aportando la sangre, la
fuerza y la poesía en este proyecto futuro; se requiere que aquellos que se
alimentan de la guerra, dejen sus espíritus de tierra arrasada, neutralizados en
la profundidad de sus almas, y que el gobierno dé los pasos necesarios para que
la comunidad y los ciudadanos, entren a proponer los cambios más urgentes. Es la ciudadanía empoderada la que debe marcar los derroteros inmediatos.
El poeta no está de espaldas al conflicto. Lo vive de manera
directa. Como todos los colombianos, tiene una familia afectada por la guerra. La
naturaleza de su arte está cercana con las vibraciones del entorno, hostiles o inarmónicas;
el poeta trata con esfuerzo de establecer una voz de comunión entre el hombre y
la ciudad; entre la ciudad y la naturaleza; entre los animales salvajes y ese
otro animal domesticado que es el hombre. Las voces de los poetas en todo el mundo
proponen una revolución estética y de conciencia. Una revolución a escala humana y ecológica. En esa revolución, la parte económica
es de obligada referencia. No se puede seguir avanzando en pro de la reconciliación en medio de
la guerra. Mientras la riqueza está destinada a expoliación y la masacre, no se puede seguir soñando con la paz bajo una lluvia de sangre.
Cuando las tierras regresen a los campesinos desplazados;
cuando la dignidad en la ciudades se establezca de manera que las comunidades
puedan desarrollarse, con acceso a los servicios básicos de la civilización; cuando
las oportunidades de estudio y progreso para todos los jóvenes esté al orden
del día; cuando los santuarios naturales no sean el botín de minería de las
grandes trasnacionales; en esos momentos, la voz de la poesía cantará con una
fuerza de sinfonía de paz, armonía y comunión. Por el momento, eleva su voz y
clama bajo lenguas de fuego, bajo soles de veranos extensos. Con esperanza, la
voz de los poetas canta al lado de sus pueblos aborígenes, así muchas veces,
sus cantos perecen acallados bajo el ruido de la maquinaria de la usura y de la
guerra.
En Medellín, se escucharon los cantos y versos de Gcina Mhlophe de Suráfrica que con su góspel
de libertad abrió y epilogó el festival en el cerro de Nutibara acompañada de
cientos de espectadores y participantes. Los cantos urbanos y tribales de Tzu Baktun kan de la nación maya
tz`utujil que salmodiando a la manera de
un rap místico, puso a danzar a los jóvenes de la ciudad. Los poemas y música
de Joy Harjo, hermosa poeta de la nación
Muskogee de los Estados Unidos que nos transportó a sus praderas sobre la
cabalgadura de su Mustang de sueños. Los textos de Joséphine Bacon de la nación Innu de Canadá en donde la comunión con
la naturaleza y el espíritu de los ancestros estaba presente como un tótem
animal de fuerza natural. Fredy Chikangona de la nacion Yanacona del Cauca colombiano; quien con sus poemas nos recordó que no somos más que visitantes de una gran tierra, que nuestras vidas son frágiles y efímeros sonetos, mientras que la historia de la tierra pertenece a una gran mitología de escala cósmica.
Además de estos poetas otros que hacen parte de la tradición literaria
colombiana y sudamericana como: Renato Sandoval
de Perú, Vilma Tapia de Bolivia,
Liliana Ancalao de la nación Mapuche
(con limites étnicos entre Argentina y Chile), los poemas urbanos y libertarios
de Yuri Zambrano de México; las
voces personalísimas y depuradas de Horacio
Benavides, Rafael Patiño, Rómulo
Bustos, Juan Manuel Roca y Jotamario Arbeláez de Colombia, entre
muchos otros, fueron quienes con sus textos llenaron de fuerza lírica y mística
las docenas de escenarios que estuvieron disponibles para el propósito: desde
comunas nororientales, hasta bibliotecas públicas; desde sedes sindicales hasta
auditorios universitarios; desde los parques temáticos, hasta los jardines botánicos.
Todo ello organizado por un equipo de jóvenes (entre traductores, lectores,
actores, camarógrafos y fotógrafos); coordinada troupe bajo la dirección acertada de los poetas Fernando Rendón y la coordinaciónde Luis
Fernando Rendón, quienes lograron, que
la palabra viviera de nuevo en voz de sus autores, generada en un espacio de comunión
y fraternidad.
Cuando la poesía se mueve como una máquina de paz en tiempos de guerra, cualquier
sueño puede ser posible. El propósito de esa fuerza colectiva, es mantener viva
la esperanza, activar la comunicación poética con la naturaleza, y no dejar
que las voces de los ancestros mueran o se apaguen.
Miles de velas encendidas al cierre del festival fueron la representación
simbólica de almas y de voces que nunca se acallaron. Que seguirán viviendo
eternamente aún bajo cielos de guerra y oscuridad.
1.- Joseph Beuys, la Documenta de Kassel y el concepto de Arte ampliado.
Beuys es el heredero directo de toda la tradición del Idealismo y el arte Romántico del Centro y el Norte de Europa. En su educación serán fundamentales las lecturas de Novalis, Holderlin, Schiller, Jean Paul, Tieck, Nietzsche, Hegel, Kierkegaard y más tarde el teósofo y educador Rudolf Steiner, auténtica columna vertebral de sus teorías sociales que ya había influenciado poderosamente a otros artistas de esta tradición romántica como Kandinsky.
A lo largo de su itinerario, Joseph Beuys [Nota 1] pretendió acabar con la idea del arte como una práctica aislada para configurar un concepto ‘ampliado’ del arte [Nota 2] abriendo el horizonte de la creatividad más allá del ghetto del arte. El arte siempre se ha alejado de las necesidades del ser humano y se ha ocupado de innovaciones estilísticas y artísticamente inmanentes. De lo que se trata ahora –sostenía Beuys– es de implicar al ‘cuerpo social’ en su conjunto[Nota 3], de dar paso, a través del arte y su concepción de ampliada de la estética a una teoría antropológica de la creatividad. Para ello en 1974 funda la ‘Universidad Libre Internacional’ junto al premio Nobel de literatura Heinrich Böll. Se trata de una universidad sin sede, donde se ponen en práctica las ideas pedagógicas del artista, ocupando la creatividad un lugar privilegiado como ciencia de la libertad; cada hombre es un artista, con facultades creativas que deben ser perfeccionadas y reconocidas.
El artista que adhiere al programa de la continuidad arte-vida, opera bajo diversas estrategias para perpetrar el atentando cultural por antonomasia, poner las obras en libertad, en libre circulación, así las obras abandonan la Galería para actuar directamente en la realidad gracias a una disposición artística y política determinada. Este es el sentido de la proposición horizontal de Joseph Beuys ‘cada hombre es un artista’ [Nota 4], que opera la apertura de la experiencia estética creadora en el espacio público horizontal, legitimando las capacidades de mucha gente que –teniendo voluntad expresiva y sensibilidad artística- no se veían a sí mismos como artistas. El arte adquiere así un alcance social y una dimensión político-espiritual que intenta dar cuenta tanto de la precariedad como de la grandeza de lo humano como fenómeno de prodigalidad extrema, íntimamente socializadora. De allí que Beuys haya desplegado sus acciones de arte –instalaciones y proyectos comunitarios– en zonas desvaforecidas o ‘de incertidumbre e inestabilidad’ social, intentado introducir en la escena del arte aquello con lo que el hombre ha convivido en su historia natural como especie.
Este proceso encuentra su punto de mayor alcance en la formulación del concepto ampliado de arte y en la búsqueda de la consecución de la obra de arte total. ‘Esta formula –y esta búsqueda– la practicó Joseph Beuys cuando quiso articular vitalmente lo ético, lo político y lo artístico, la intentó –también– Marcel Duchamp cuando afirmó su idea de arte como filosofía crítica y la explotó Andy Warhol gracias a su prodigiosa habilidad para disolver todo gesto artístico en la esfera de las comunicaciones y el mercado o, en otra palabras, volver la mercancía obra de arte’ [Nota 5].
En las propuestas de Beuys se alienta el espíritu vanguardista que intenta identificar arte y vida, y proclamar que todo ser humano es depositario de una fuerza creativa. Para Beuys, esa fuerza creativa universal se revela en el trabajo. Y, por tanto, la tarea del artista no es, en su raíz, distinta de la de los no artistas.
La consecuencia más importante de estas concepciones en el desplazamiento del centro de interés creativo. Beuys no buscaba producir objetos, ‘obras’, sino acciones. Beuys ambiciona la condición del nómada. En el reino del hombre urbano sedentario, quiere ser desplazamiento continuo. Lo nómada es la existencia en un lugar que es camino hacia todos los lugares. Es goce del movimiento; es proyección hacia el volumen completo del espacio [Nota 6].
Los objetos de Beuys no son ‘autónomos’: forman parte de un circuito comunicativo que se despliega en las acciones en que son utilizados. Y después se convierten en signos, o ‘documentos’ según la expresión del propio Beuys, depositarios de la memoria de dichas acciones.
Para Beuys ‘todo conocimiento humano procede del arte’ [Nota 7], toda capacidad procede de la capacidad artística del ser humano, es decir, de ser activo creativamente. ‘El concepto de ciencia es sólo una ramificación de lo creativo en general’ [Nota 8]. Por esa razón –sostiene Beuys– hay que fomentar una educación artística para el ser humano, pero no como una materia relegada al mero ámbito de las manualidades, sino emplazada estratégicamente en el centro del currículum académico, como el medio más eficaz en la reproducción de la inteligencia técnica y el desarrollo de nuevas miradas sobre las cosas, un campo para el ejercicio crítico de la configuración espacial. De acuerdo a estas convicciones sólo se puede preparar adecuadamente a los futuros ciudadanos mediante este tipo de entrenamiento –inspirado por un concepto de estética ampliado– en competencias necesarias para la solución de las tareas políticas del futuro –urbanísticas, energéticas y sociales–, imbricando en su quehacer todos los medios de expresión humanos.
Que las personas aprendan a mirar es importante en un sentido eminente –señala Beuys–, por ejemplo que vieran que existen conceptos de ciencia distintos, es decir que la ciencia se puede pensar desde diversos paradigmas. ‘La ciencia no es una cosa fija; lo que sucede es que hay fuerzas poderosas en el mundo que quieren fijar el concepto de ciencia y dejarlo encofrado’. Pero qué es la ciencia en cada momento es algo que hay que estudiar con detalle. ‘La ciencia de los egipcios era distinta a la de los romanos, y la de la edad moderna es diferente de la ciencia del futuro, eso está muy claro –agrega Beuys–. Así que no cabe decir simplemente que hemos llegado al fin de la historia. Hay que preguntar si el –pretendido– pensamiento exacto de las ciencias naturales es la forma final del concepto de ciencia, o sólo una forma de transición’. Una forma que puede dar paso según las circunstancias al futuro próximo. Así –Beuys– ve los pensamientos humanos también como plástica, la primera plástica que surgió del ser humano. Que el ser humano pueda contemplar sus pensamientos como un artista su obra, esto es, que mire en su pensamiento, esa es la propuesta de Beuys que aquí se suscribe.
2.- Arte y antropología o la violencia original de la modernidad.
Las polaridades –Arte y vida, arte y ciencia, cultura y naturaleza– aparecen en la filosofía que Beuys procesa para su propio pensamiento. Beuys buscaba esa obra de arte total, esa imagen de creador absoluto tan cara a los Románticos. Sin duda alguna, su obra se acerca más que ninguna otra a este concepto, en especial por ese dominio del lenguaje que lleva a emplear palabra e imagen. Beuys formuló con el término ‘proceso paralelo’ la importancia del lenguaje en su obra: el elemento material del arte tiene que ir acompañado de la expresión verbal de lo espiritual.
La acción, tal y como el artista la concibe, no es un mero recreo o un acto de provocación y participación, como el ‘happening’ de Fluxus. Es una experiencia catártica, un rito de iniciación donde –desde una perspectiva antropológica– arte y ritual van unidos de un modo dramático en operaciones chamánicas de intensa concentración y hondo alcance espiritual. Para Beuys, como se ve, el concepto del acto artístico tiene un carácter eminentemente antropológico.
El gesto iconoclasta de Beuys -con su declaración de abandono del arte- pone así en operación el sueño vanguardista de la disolución del arte en la vida.
Quizás haya que poder fracasar como artista para avanzar como hombre. Beuys -el utopista, el pintor, el escultor, el diseñador gráfico, el performer, el teórico del arte, el político, el poeta, el hombre de las cavernas, el profesor, el líder carismático, el chamán, el héroe de guerra incombustible [Nota 9], condecorado dos veces con la Cruz de Hierro, el político pacifista- hizo de su vida una obra de arte. Los desmontajes de la felicidad creativa tal como operan en sus performances muestran al arte la dirección para hacerse a un lado.
La acción, tal y como Beuys la concibe, no es un mero recreo o un acto de provocación y participación, como el ‘happening’ de Fluxus. Es una experiencia catártica, un rito de iniciación donde –desde una perspectiva antropológica– arte y ritual van unidos de un modo dramático en operaciones chamánicas de intensa concentración y hondo alcance espiritual. En Beuys son recurrentes estas puestas en escena de acciones antropológico-sociales, para ello recorre el imaginario del héroe y del anacoreta: el ser que se aleja de la ciudad y luego regresa a ella, el ser que se abstrae de la sociedad y que luego vuelve a formar parte de ella, un ser que necesita ‘hospitalización’ (por eso, el artista es trasladado en ambulancia a la habitación, y desde ella al aeropuerto). La cultura, la civilización técnica, producen inválidos. Así, Beuys se envuelve en fieltro, como un muerto viviente. El enfrentamiento entre el artista y el coyote, su recíproco amansamiento, simbolizan la reconciliación entre cultura y naturaleza. ‘Esta acción ejemplar, significa magníficamente el nuevo papel que Beuys confiere al artista, intérprete de la crisis, formulador de otras temporalidades, escucha de civilizaciones, magnetizador de los elementos, agitador de los tiempos primordiales que, por su retraimiento e inaccesibilidad, se ha de investir con el don y el poder de reactivar la cohesión colectiva y la creatividad de todos por un retorno imaginario a los tiempos primordiales, al pensamiento original de los ideales y las funciones prístinas’ [Nota 10].
Beuys en su indagación de lo primordial –de la naturaleza previa a toda civilización– se interna en el territorio de la animalidad y en una de sus performances experimenta ‘los secretos del coyote’. Los aullidos del animal representan para Beuys la violenta colisión de culturas, el punto neurálgico psicológico del sistema de las energías americanas: el trauma del conflicto americano con el indio. Convivir con el animal aquí no es salida de la civilización hacia un manantial de vida universal; aquí, lo animal le otorga al artista y, por extensión al hombre, un raro poder: el de atravesar mediante una acción simbólica el vacío íntimo de una cultura para llegar hasta su fondo de angustia y opresión. La teoría crítica atraviesa la sociedad capitalista mediante el concepto y una mirada distante. Pero el artista traspasa desde dentro la desolación que el teórico crítico observa siempre desde una prudente distancia [Nota 11].
Durante tres días, Beuys hurga, ausculta, camina sobre la culpabilidad reprimida de la civilización norteamericana. Culpabilidad surgida de la matanza injustificable del indio. El indio debía ser exterminado no tanto para arrebatarle sus tierras, sino por su experiencia más amplia de la libertad. El indio vivía tan libre como el coyote o el búfalo. Por eso, oprimir o exterminar al indígena fue un despedazar la propia bandera de la libertad que la sociedad norteamericana decía representar. La angustia de esta contradicción se retuerce en el fondo oscuro del alma colectiva del país del Norte.
Mediante el coyote-guía, el artista atraviesa un presente de máscaras y arriba al trauma que nació del exterminio de la libertad india. La convivencia con el animal de los aullidos es así escena simbólica para atravesar la intimidad de una cultura y regresar a su trasfondo de trauma y contradicción.
Bibliografía
* BEUYS, Joseph, BODENMANN-RITTER Clara, Joseph Beuys: cada hombre, un artista: conversaciones en Documenta 5-1972, Editorial Visor, Madrid, 1995
* HOFMANN, W. y THOMAS, K.: Beuys vor Beuys. Trabajos tempranos. Colección Van der Grinten, (Catálogo). Diputación de Zaragoza y Caja Madrid. Zaragoza, 1989.
* BERNÁRDEZ SANCHÍS, Carmen, Joseph Beuys, Madrid, Ed. Nerea, 1998.
* BEUYS, Joseph, Aprovechar a las ánimas. Fer profit a les animes, Catálogo de la Exposición, Sa Nostra. Caixia de Balears, y Diputación Provincial de Granada, 1992.
* BEUYS, Joseph, Catálogo de la exposición, Szeemann, H. (com.), París, Musee National d´Art Moderne Centre Georges Pompidou, 1994.
* MARCHAN FIZ, SIMÓN: Del arte objetual al arte del concepto. Ed. Akal. Madrid, 1986.
* STACHELHAUS, HEINER: Joseph Beuys. Ed. Parsifal. Barcelona, 1990.
* GARDNER, James, ¿Cultura o Basura?, Acento Editorial, Madrid, 1996.
* LAMARHE-VADEL, BERNARD, Joseph Beuys. Ed. Siruela. Madrid, 1994.
Nota 1: Artista, profesor y activista político alemán. Nació en Krefeld el 12 de mayo de 1921. En 1940 fue piloto de un bombardero. En el invierno de 1943 su avión se estrelló en Crimea, donde los tártaros le salvaron la vida al envolverle el cuerpo con grasa y fieltro, materiales que aparecerán una y otra vez en su obra. Después de participar en diversas misiones de combate, fue hecho prisionero en Gran Bretaña desde 1945 hasta 1946. Posteriormente, Beuys estudió pintura y escultura en la Academia Estatal de Arte de Düsseldorf desde 1947 hasta 1952. Durante la segunda mitad de la década de 1950 trabajó como peón en una granja. En 1961, regresó a Düsseldorf para dar clases de escultura. Fue expulsado en 1972, por apoyar a los estudiantes radicales, pero fue readmitido seis años más tarde. Sus campañas a favor de la democracia directa, el medio ambiente y otras causas similares incluyeron la utilización de un local de la Documenta de Kassel en 1972 como oficina, la presentación sin éxito de su propia candidatura para el Bundestag (cámara del Parlamento) en 1976, y la campaña para plantar numerosos árboles en Düsseldorf. Su obra abarca desde performances como 'Coyote: Me gusta América y a América le gusto yo' (1974), en la que convivió con un coyote (y un cobertor de fieltro) en una galería de Nueva York, hasta esculturas como El final del siglo XX (1983), que consiste en 21 piezas de basalto taponadas con grasa y objetos más convencionales, entre los que se incluían numerosos dibujos y acuarelas. Murió en Düsseldorf el 23 de enero de 1986. Nota 2: 'Arte ampliado': La auténtica obra de arte reside en la transformación de la conciencia del espectador para activar la realidad y el pensamiento. Nota 3: BEUYS, Joseph, BODENMANN-RITTER Clara, Joseph Beuys: cada hombre, un artista: conversaciones en Documenta 5-1972, Editorial Visor, Madrid, 1995. Nota 4: BEUYS, Joseph, BODENMANN-RITTER Clara, Joseph Beuys: cada hombre, un artista: conversaciones en Documenta 5-1972, Editorial Visor, Madrid, 1995. Nota 5: VALENCIA CARDONA, Mario A., 'Los orígenes del arte crítico: La metáfora Rothko', En Revista de Ciencias Humanas, UTP, 2005. Nota 6: IERARDO, Esteban 'La liebre y el coyote; encuentros con lo animal y lo secreto en la obra de Joseph Beuys', en Temakel, 2005. Nota 7: BEUYS, Joseph, BODENMANN-RITTER Clara, Joseph Beuys: cada hombre, un artista: conversaciones en Documenta 5-1972, Editorial Visor, Madrid, 1995, p. 71. Nota 8: Ibid. Nota 9: Beuys sobrevivió envuelto en fieltro y grasa a las quemaduras tras un accidente del avión militar que pilotaba sobre Crimea. Nota 10: LAMARHE-VADEL, BERNARD, Joseph Beuys. Ed. Siruela. Madrid, 1994. Nota 11: IERARDO, Esteban 'La liebre y el coyote; encuentros con lo animal y lo secreto en la obra de Joseph Beuys', en Temakel, 2005.
__________________________DATOS DEL AUTOR:
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV, Teoría del Conocimiento y Pensamiento Contemporáneo. Áreas de Especialización Antropología y Estética. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la PUCV, Profesor de Antropología en la Escuela de Medicina y de Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello, UNAB. Profesor asociado al Grupo Theoria Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado. Director de la Revista Observaciones Filosóficas www.observacionesfilosoficas.net. Secretario de Ejecutivo de PHILOSOPHICA, Revista del Instituto de Filosofía de a PUCV http://www.philosophica.ucv.cl/editorial.htm. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo http://www.konvergencias.net.