De Mitómanos, Mitófagos y Mitomaníacos
TERCER MONÓLOGO
de
“Pedro Noire”
“La mitología ha sido interpretada por el intelecto moderno como un
torpe esfuerzo primitivo para explicar el mundo de la naturaleza (Frazer); como
una producción de fantasía poética de los tiempos prehistóricos, mal entendida
por las edades posteriores (Müller); como un sustitutivo de la instrucción
alegórica para amoldar el individuo a su grupo (Durkheim); como un sueño
colectivo, sintomático de las urgencias arquetípicas dentro de las
profundidades de la psique humana (Jung); como el [337] vehículo tradicional de
las intuiciones metafísicas más profundas del hombre (Coomaraswamy); y como la
Revelación de Dios a Sus hijos (la Iglesia). La mitología es todo esto. Los
diferentes juicios están determinados por los diferentes puntos de vista de los
jueces. Pues cuando se la investiga en términos no de lo que es, sino de cómo
funciona, de cómo ha servido a la especie humana en el pasado y de cómo puede
servirle ahora, la mitología se muestra tan accesible como la vida misma a las
obsesiones y necesidades del individuo, la raza y la época”.
El héroe de las mil caras
Joseph Campbell
“El motivo por el que los antiguos rechazaban los discursos como este y
empleaban los mitos es una cuestión en nada ajena a nuestra investigación. Así,
la primera utilidad que surge de los mitos es que nos mueven a interrogarnos, y
no toleran que nuestro poder cogitativo descanse indolentemente. No será
difícil mostrar que los mitos son divinos por aquellos que los han empleado,
puesto que los han usado los poetas agitados por la divinidad, el mejor de los
filósofos y los ritos iniciáticos. También los dioses emplean los mitos en los
oráculos, pero por qué los mitos son divinos, corresponde investigarlo a la
filosofía. Puesto que todos los seres se regocijan en lo similar y se apartan
de lo disimilar, es necesario que los discursos sobre los dioses sean tan
similares a éstos como sea posible, para que puedan ser dignos de su esencia y
para que hagan que los dioses sean propicios a quienes hablan acerca de ellos.
Todo esto sólo pueden producirlo los mitos. Los mitos, por lo tanto, imitan a
los dioses, de modo efable e inefable, aparente e inaparente, sabio e
ignorante, y esto mismo se extiende a los bienes de los dioses, porque los
dioses imparten los bienes de las naturalezas sensibles de modo común a todas
las cosas; pero los bienes de las naturalezas inteligibles únicamente al sabio.
Del mismo modo, los mitos enseñan a todos los hombres que existen los dioses,
pero quiénes son y de qué tipo, únicamente lo manifiestan a aquellos que son
capaces de un conocimiento más elevado. En los mitos, también se imitan las
energías de los dioses, y por eso el mundo puede, propiamente, ser llamado un
mito, ya que los cuerpos y las posesiones corporales son aparentes, pero las
almas y los intelectos son ocultos e invisibles. Además, enseñar a todos los
hombres la verdad relativa a los dioses, produce decepción en el necio, debido
a su incapacidad de aprender y a su negligencia en el estudio. Pero al ocultar
la verdad en los mitos, se previene la decepción de éstos e impulsa a los otros
a filosofar. Te preguntarás entonces por qué se cantan adulterios, robos,
incestos y otras acciones impías en los mitos. No es impío admirarlos, puesto
que al advertir un absurdo aparente, el alma inmediatamente percibe que estos
discursos están velados, para que pueda entender que la verdad que contienen
está envuelta en un profundo y oculto silencio.”
Sobre los dioses y el mundo
Salustio Neoplatónico
"Nadie puede esperar
gustar a todo el mundo y les diré que a veces es mejor no gustar, una vez te has subido al escenario te pertenece."
John Lydon
(Sex Pistols)
¡A la mierda!...¡A la mierda!...¡A la mierda!
Fernando Fernán Gómez
¡A la mierda!...¡A la mierda!...¡A la mierda!
Fernando Fernán Gómez
1
Escuche joven...
Ponga cuidado...
Preste atención...
Oiga…
Mire…
Vea…
Están los que crean mitos…
y están los que se alimentan de mitos.
Aquellos crean leyendas; estos las recrean.
Los primeros son creadores…
Los mitófagos son
consumidores de ellas.
Muchos de estos últimos tienden a
convertirse en mitomaníacos y
terminan enajenados por ese consumo inapropiado y voraz de fantasías propias y
ajenas.
Los artistas son mitómanos…
Los críticos son mitofagos…
Los del showbiz cultural, mitomaníacos...
Una buena parte de la intelectualidad de estas comarcas, está más
ocupada en el correveidile, el radio bemba y el coleccionismo de morralla
chismográfica, que en hacer obra.
Inútiles, incapaces de cogerse su gordo trasero con las dos manos. Muy
pagados de sí mismos, los enchufados y los amanerados, señalan con su dedo a
quienes se mueven con independencia de criterios. Con espíritu de colmena de
avispas, no dudan en caer con sus aguijones sobre todo aquel que marque un
nuevo derrotero; aquel que se salga de la comparsa y que no marche con el
rebaño; el que no encaja en la cuadrícula, el que pone el dedo en la llaga, el
que se sale del libreto.
Escribidores, una legión entera dedicada a estos menesteres: Algunos
con mística de letras; otros más en la onda del buen decir, del bel canto y del
estudio aplicado; aplicado pero sin alma. He leído sus escritos. Se podría
decir que conozco sus creaciones y para serles franco, ninguna cercanía estilística me aproxima a sus
obras. Dirán algunos: “es la soberbia que
siempre te ha caracterizado Pedro Noire” y no, no es eso; es el sentido de
lo estético (en mi caso no muy ortodoxo) lo que me previene tanto de las obras
burdas, como de las obras demasiado pulidas, demasiado manoseadas o que han
pasado mucho tiempo en el horno de las cuartillas. La obra viva debería tener
algún desaguisado, una caída, un error, al menos una falta de ortografía. Pero
las obras muertas están bien terminadas en sarcófagos, pulidas en sus museos
de cera, bien clavadas con alfileres sobre terciopelo negro como mariposas
muertas. (Que buena frase….¿no estará muy pulida?) Los he visto con una rueca
tejer primoroso nidos…¿por qué no dejan que vuelen las golondrinas?
Sé de obras que pretendían pasar por experimentales, y no pasan de ser
excrementales, no en el sentido dado a esa palabra por un "ilustre" senador colombiano,
si no porque acumulan tanta mierda y bosta, que no sé de dónde sacan tiempo y digestión
para armar esa pila.
No una frase brillante que en medio de la cacofonía iluminase el texto.
No un personaje memorable.
No una trama sustentable.
No un espacio diegético que se pudiera atravesar sin caer en el
derrotismo del lector. Algo que empuje, algo que inicie una búsqueda literaria;
algo que potencie una carcajada, siquiera una minúscula sonrisa.
Nada.
Solo aridez y sentido común….aridez y parla cotidiana. Aridez y eso que
algunos llaman: la musa poética, por
ninguna parte.
Aridez de funcionarato; aridez de escribanos de los medios masivos de alienación,
quintacolumnistas de la estupidez; aridez de gente con el culo cuadrado. Gente
que teclea y e insiste sobre un borrador tachado; palimpsesto en donde ni
siquiera la búsqueda anuncia una forma de iluminación tras la grafía, alguna
forma de espeleología lírica; algo que te conecte con otra línea profunda de la
montaña. Especulaciones sin asomo de originalidad; no intentan al menos un ejercicio
de distanciamiento, de extrañamiento, iniciar un sendero menos trillado. Algo
que potencie una ruta que se salga de los mapas demarcados, que permita abordar una nueva nomenclatura literaria; el
descubrimiento de un nuevo canon; nada.
Todo ya marcado y demarcado.
Como en esos parques de atracciones, donde en los recovecos del
túnel del horror, no te asustan por sus números manidos; mascaritas de caucho
viejo sobre rostros de actores de tercera categoría. Todo previsible. Fast food envuelta en periódicos de ayer.
2
Ahora veamos….
En el campo de la plástica
También están
Los mitómanos
Que crean obras personales
Y los mitófagos que fagocitan
lo que se les pone a tiro.
También los mitocalandrios…
Estos últimos, crean obras para quedar bien dentro de colectivos casi
siempre apadrinados por algún académico. Son los ilustradores de una frase de
cajón a la que se ha dotado de cierta aura de burdo esoterismo; cierta tontería de
manual, cierta estupidez sacada del pensiero
debole; cierta mariconería relacional.
Los creadores de mitos
Dibujan una obra hecha con los colores de la vida…
Los mitófagos
Decoran espacios con los colores que salen con la sala de muebles
(Cuando el artista hace algo que no encaja en la línea de su showroom
Se sienten descorazonados y les entra desazón)
Perdidos al no poder poner en perspectiva esa obra.
Al no poder enjalmar ese caballo; ponerle el marco a ese jinete azul.
Temerosos al escuchar ese grito sobre el puente.
Sí
A usted artista me dirijo…
(Esto va dirigido a los artistas jóvenes: no
requiero intermediarios).
Les digo, no recurran siempre al filtro del curador.
Este deforma la idea central de sus obras. Conozco de
colectivos de jóvenes artistas cuya obra está al servicio de curadores al uso y que tienen como exclusiva ocupación el “ilustrar” las obsesiones de
esta gente. Que un artista sea la plataforma para las pasiones de un
curador…o el peldaño para las escaleras estética y conceptuales de un
comisario. No es algo bueno para un artista. En los tiempos que corren, han
puesto este tablero de de ajedrez sobre la mesa. Según el “Manual de estilo del arte contemporáneo” de Pablo Helguera, este match tienen sus reglas claras; y al parecer, el que no las cumpla, no juega.
Yo digo, este jueguito de cortesanos solo lo ganan quienes estén dispuestos al manoseo. El reto del artista cachorro es romper las reglas con inteligencia.
Los artistas no pueden ser los peones del curador y los esclavos del coleccionista
y el director del museo.
Los poetas no pueden los peones de antólogo; sea su estirpe de tradición
de Frente Nacional, o nueva corriente de capital, o grupúsculo de revistilla; hebdomadario
de provincia.
Y no son obsesiones estéticas, no, de ninguna manera; son
preocupaciones de índole personal. Da grima ver colectivos que están librando
las guerritas de los curadores; cuadran
vendettas personales amparando con su
discurso de collage epistemológico. Los
trabajos de colectivos de jóvenes que ingenuamente se prestan para estas
acciones, pasan sin pena ni gloria; una anécdota más, una intervención o una
instalación en el museo del servilismo. Los que estamos en este campo sabemos
muy bien que en los tiempos que corren se impone esta modalidad perniciosa y se
debe advertir de sus potenciales peligros.
(Ahora las artes plásticas en nuestro
entorno se han llenado de muchos pensadores
cosa interesante. La diletancia artística siempre es bien vista cuando es
ejercida en libertad. Pero, cuando hace parte de estrategias académicas
improvisadas por ciertos geniecillos satélites que giran en torno a tres o cuatro
damas, no de hierro, pero sí de cobre; es de lamentar. Las plásticas en nuestra
región están en las carpetas de un grupo de té canasta enquistado dentro de las
estructuras burocráticas y académicas de la región; han debilitado al arte para
de alguna manera domesticarla. Rondan y giran, estos oscuros geniecillos los
presupuestos municipales y departamentales bajo la égida de estas madonas de carrera,
tratando de agarrarlo todo. No por meritocracia, sino por afinidad de gracia, que termina en cleptocracia. Dejan a su paso un erial de cal; gran museo-mausoleo
de paredes blancas; en donde, además de algunos cartelitos pegados en las paredes,
quedan los discursos name droppers style
plagados de citas exquisitas con hipervínculos al arte relacional; huesecillos de aves del paraíso. Artistas núbiles
que han caído bajo el influjo de esas enanas marrones, agujeros negros por
donde pasan el aro y saltan la cuerda los novísimos de las nuevas generaciones. Siempre he dicho a los jóvenes
artistas que marchan por la libre:Las murmuraciones de la canalla, se silencian con las obras del talento. Estas camarillas Pueden maquinar, y
mover sus tramoyas y sus fichas dentro del panóptico. A los artistas motivados
no los callan, ni los amedrentan; los artistas de corazón no se hacen artistas
para refugiarse de las tormentas. )*
Si un artista joven no trabaja en su propio programa, con sus propias
herramientas conceptuales, mal futuro le auguro. Ahora, si quieren hacer
carrera de curadores, lobbys engages en las corporaciones públicas tras los presupuestos estatales, o directores de bienales después de lamer un centenar de ilustres culos; seguramente este tipo de
prácticas los pondrá en la senda de su objetivo.
Luchen sus propias batallas, lideren sus propias campañas; al fin y al
cabo es su integridad intelectual la que se expone. Las herramientas técnicas al servicio de los creadores, son infinitas; es su obra
la que está en juego.
¿Y a qué viene el cuento?
¿Qué tiene que ver con la mitomanía, los mitófagos y los mitomaníacos?
Pienso que un artista…
o el que intenta ser un artista…
Forja su propia mitología, crea su propia leyenda, apuntala o destruye
su reputación y no va con el programa de una caterva de funcionarios que lo
único que les interesa en preservar sus carteras.
Por ello un artista verdadero siempre estará en la línea de sospecha,
algo que lo lleva adentro del maellstromg,
algo que lo sitúa en la línea fronteriza de la sociedad; no es solo sueños y la
fantasías…Son estrategias de lucha.
En estas comarcas se han dado artistas que han entendido su batallar.
Artistas que con sus obras han hecho un aporte significativo a la cultura de la región y del país. Artistas que han
hecho valer su condición frente al estatuto del manejo moderno de las artes. Y
a estas obras en el plano textual se le han dado reseñas que son
coyunturales y que ilustran una exposición o un momento concreto de estas muestras.
Crítica como tal no ha existido. O si se ha presentado, ha sido una crítica
diluida, gaseosa, carente de profundidad teórica y
conceptual. Ejercicios que definen los gustos o
afinidades electivas de alguna persona de la cofradía ilustrada o de algún
funcionario que intenta hacer méritos para seguir optando a las prebendas del
presupuesto estatal. Obras que merecerían un estudio profundo siguen en el limbo; darlas a conocer es asignatura
pendiente de escritores y literatos.
Los jóvenes artistas deben tener una postura crítica, frente a la
sociedad y el mundo, no ser el manso rebaño que ilustra a las ambiciones de
curadores, o la Joy división de
freacks bien posicionados dentro del circuito. Tenemos urgencia de arte en todos los campos. Accionismo, performance,
video, pintura, escultura, cómic. Todos son importantes, cada lenguaje ocupa un
espacio y pueden liderar el campo de la plástica bajo determinada circunstancias.
Para ilustrar lo anterior, diré que una caricatura puede que sea en su
momento, más contundente, expresiva y oportuna que una instalación. Por ello,
menospreciar o tratar de rebajar el estatus de una práctica artística clásica es no sólo estúpido, si no que expresa una
limitación de la mirada sobre el campo
del arte.
Las razones del arte son muy amplias.
Avelina Lésper ha ejercido de agitadora radical y como tal a veces peca
por exceso de celo. Pero no se puede negar que es una figura central en el
panorama de la crítica de cara a la gente, al público, a los estudiantes
universitarios que se interesan por el tema del arte. No querida por los
especialistas de feria y cubo blanco que la consideran vulgar y pendenciera.
Que muchos de sus planteamientos sean reduccionistas y que el humor absurdo y
corrosivo empape sus conferencias, no le resta méritos a una buena parte de sus
juicios. Grandes segmentos del campo arte están siendo cooptados por cofradías
de curadores y especuladores del showbiz; filósofos de la cofradía queer que no le
perdonan al artista independiente su crudeza, su falta de tacto, o que, en algún momento de
inspiración haya puesto el dedo en la llaga.
Esta gente han trabajado tanto en la feria del Big Brother, que han llevado al arte contemporánea
un callejón sin salida.
Y el tema daría para una charla in extenso; pero se debe entender a Avelina
(quien ha recibido palos de las gangsta
arriba mencionadas); esta revisión sin apasionamientos, debería ser ejercida sobre
todo por parte de los jóvenes quienes seducidos por la especulación estética se
alejan de la práctica de taller, entendiendo esta como ejercicio de caverna Belle Époque, y se quedan con esa
peyorativa imagen difundida por gente del
medio: “pintura de caballete”. Y es una trampa, la práctica de la artista contemporáneo está
relacionada con el manejo efectivo de sus herramientas, y la pintura es una de ellas; además de las prácticas
tradicionales de arte; es necesario también incursionar en diseño de software, publicidad,
fotografía y video. Dominio sobre la techné básica; la antigua, y también de la
moderna; después que vengan los cartoncitos, las fichas técnicas y los
discursillos de catálogo y brochure; Es decir, la especulación filosófica de baja
intensidad para la bienal y el salón nacional; ese que ha recibido como máxima expresión
crítica, un titular: “Fue un salón muy familiar sin grandes debates” (esfera pública)*. Esa rancia marea de
slogans denunciada por Alan Sokal en Imposturas Intelectuales que versaba
sobre la crítica a la filosofía postmodernista por el uso inadecuado e inapropiado
de metáforas y relaciones matemáticas para darle un barniz de cientificidad a discursos
por parte de colectivos de las nuevas escuelas francesas; por cierto,
replicados sin filtro crítico en SuR AmériKa para ilustrar desde una revuelta
cristera, hasta la instalación de una montaña de basura en una sala de
exposiciones.
Desde allí, en el núcleo de ese debate, puede encontrarse los orígenes del discurso
de Avelina Lésper. Pero esta vez, no en el campo de la literatura o de la
filosofía, sino de la plástica contemporánea. Y es que alguien tenía que decir
algo, cuando la crítica amanerada y
manierista; abarrocada y grotesca,
(nunca mejor dicho); había caído en un marasmo de incongruencias y estupideces.
Alguien tenía que representar al público, así fuese tachada de reaccionaria y
conservadora.
No comparto la totalidad de sus ideas, pero me identifico con ella en
la crítica de aquellas cosas, que para mal, hacen parte del panorama de la
plástica contemporánea.
3
El humor…
El humor brilla por su ausencia en los trabajos de la mayoría de los mitofagos, mitógrafos y los mitomaníacos
quienes interpretan los lances de humor negro como claves secretas de una provocación.
Se contesta con humor, a quien inteligentemente lo usa, quien sabe
utilizar las herramientas conceptuales y estilísticas del humor; pero, a quien
no sabe del humor, no se esfuerza por ejercerlo, ni le interesa; solo se le
responde con desenfado castizo; nada más.
El artista que carece de humor, y que está lleno de amor propio, no entiende
este juego. Y por lo tanto no entiende ni quiere entender nada de lo que de
bonhomía trae el arte. Como buenos consumidores del mito y la leyenda creada por los
librepensadores, terminan como esos muchachos cuarentones que van a las ferias
del cómic, disfrazados, pidiendo autógrafos
y consumiendo palomitas de maíz.
Me encantan los comics, pero aquellos fanáticos infantilizados por el
consumo de mitos, (deformes criaturas vestidas de látex) son la parte maluca de la industria, los gnomos
obesos y aberrados, muestra clara de aquello, en lo que quieren vernos convertirnos
los de D.C comics y la Marvel; esos que con sus atuendos pretenden acaparar la
pantalla de un género complejo, maravilloso y lleno de matices; la factoría Ford
de la industria masiva de la Historieta.
Los mitófagos y los mitomaníacos, distorsionan y deforman
hasta el cansancio las creaciones de la imaginación, llegando a ver en el
transcurso de esa labor, su propio rostro: el de la corrupción en medio de la
mediocridad y la putrefacción en medio de la masa. Incapaces de crear un mito, deforman lo que encuentran de extraño y original en una obra de arte; el humor se
trastoca en bilis negra por parte de estos desdichados individuos.
Se de algunos buenos muchachos que me escriben…
(Como en el bolero… a veces llegan cartas)
Y hasta me piden explicaciones por algunos de mis ejercicios
en la línea de la eironeia y el sarcasmus.
en la línea de la eironeia y el sarcasmus.
Pocos tienen remite, se esconden bajo nicks y alias de
curso.
Escritorzuelos de cataduras patibularias, (sus
ojillos mongoloides, sus muecas de mandriles) burócratas recalcitrantes duchos en su amancebamiento con el
poder, posan de moralistas y prístinos cuando de todos es conocida su dilatada
trayectoria en la componenda bajo manteles y la trapisonda en variados escenarios.
Mitomaníacos y mitófagos, quintacolumnistas de la estafa y perdularios de pasquín. Mamones bajo la teta lírica y politiqueros de
barriada…
¡Ah! como los veo llegar…¡Ah! como los veo venir…Creen que pueden con
la calumnia, dañar a un hombre; y lo único que dejan ver en sus modales es la
catadura rufianesca de su imbecilidad.
Escribanos de salón, monos gramáticos de taberna, trogloditas de cinema
rojo, poetastros del catastro.
¡Sus carticas de cadencia lírica, se las pueden meter por el nauseabundo
agujero pardo, que natura les diseñó en el punto exacto donde la espalda pierde
su noble nombre!.
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Omar García Ramírez
Del libro en preparación:
“Monólogos de Pedro Noire”.