viernes, 3 de noviembre de 2023

EDITORIALES INDEPENDIENTES

 



¿Son independientes la editoriales independientes?

¿Pagan lo justo a los autores independientes, las editoriales independientes?

Muchas de ellas, son subvencionadas por el estado con el dinero de todos; pero cumplen con sus obligaciones laborales y contractuales esas editoriales que se denominan independientes?

Un articulo interesante desde el punto de vista de un joven autor colombiano.

G.D.N.

https://www.bacanika.com/seccion-cultura/editoriales-independientes.html

jueves, 2 de noviembre de 2023

EDUCACIÓN COMO PRÁCTICA DE LA LIBERTAD (PAULO FREIRE)

 




https://asslliuab.noblogs.org/files/2013/09/freire_educaci%C3%B3n_como_pr%C3%A1ctica_libertad.pdf_-1.pdf

EL MAESTRO IGNORANTE (JACQUES RANCIERE)

 



Una nueva educacion desde la ignorancia y el desconocimiento, hacia la libertad. Unas nuevas maneras de descubrir las potencialidades latentes en todos los seres humanos: el deseo de conocer, y aprender por nuestros propios medios. Joseph Jacotot el educador retórico frances de la epoca post-revolucionaria que crea su metodo sobre la experiencia directa; figura central de esta obra, planteaba: Educar sin emancipar, embrutece y no ayuda a la busqueda de la libertad para los individuos. Un reto dificil en epocas de controles simbólicos y estructuraciones de saberes distorsionados, destinados al dominio y alienacion de grandes sectores de la sociedad. Una grieta en las murallas del panóptico cultural, destinada a debilitar los discursos del saber y un llamado a buscar las fortalezas inherentes a esas formas de pensar y aprender en el ser humano.

G.D.N.

https://www.eafit.edu.co/centro-integridad/guias-docentes/SiteAssets/El%20Maestro%20Ignorante.pdf

LA ENSEÑANZA DEL ARTE COMO FRAUDE (LUIS CAMNITZER)

 






Un artículo clásico ya, a pesar de su cercanía temporal. El artista y pensador uruguayo, deja al descubierto una de las estructuras sociales más complejas en el campo de la educación. La academia de bellas artes; Instituto Benjamenta Walseriano barnizado de filosofía y estética. En donde se pretenden abordar complejos problemas contemporaneos para expresarlos como artilugios simbólicos destinados a un público ignorante y cada vez más apático.  
G.D.N.

https://esferapublica.org/la-ensenanza-del-arte-como-fraude/

viernes, 28 de julio de 2023

TEMPORADA DE CAZA DEL CHIMPANCÉ


 

Discurso de Evo Morales ante los Jefes de Estado de la Comunidad Europea

 



Discurso de Evo Morales ante los Jefes de Estado de la Comunidad Europea 

(14 de julio de 2013)

Sumario para contenido

Aquí pues yo, Evo Morales, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.

Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años.

Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.

El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.

¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!

¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!

¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.

Yo, Evo Morales, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan ‘MARSHALLTESUMA”, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?

 Deploramos decir que no.

En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros Reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.

Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.

Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.

Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?

Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.

Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica.


martes, 30 de mayo de 2023

COLOMBIA SABE A MAGGI

 



“COLOMBIA SABE A MAGGI”

Omar García Ramírez

(Para el maese Jaime Rojas, quien me dio la idea)

 

 

Colombia siempre está de fiesta…

Tiene su cara negra y blanca de comparsa y carnaval.

La petaca cargada entre mascadas de tabaco  y aguardiente.

Colombia sabe a Maggi

y a sangre de verbena y festival

a corraleja de hambre, a cumbiamba de fuego

                                    en pedregal.

Discotecas

atiborradas con sudor de pólvora y patchuli                                                                                  hasta que el cuerpo aguante.

¡Apenas estamos comenzando la fiesta! dice la gente. 

Y ¡Juepaje!

Los colectivos sandungueros se contorsionan en una mezcolanza arrabalera; la flaca hermosa y la gorda grotesca colgada de la cadena de oro del camaján distrital; el duro del barrio, el Tony de la comuna que salta sobre zapatillas tennis de Taiwan y que vota fuego por los poros. Mientras al fondo se escucha la música primitiva y gutural del reguetón y del perreo, del marraneo zarandeo, el mariconeo parcero  con volumen decibélico para reventar oídos. Danzas tribales y kinetóscopicas, que vienen, fantasmagorías de antiguas esclavitudes cruzadas de odios, coitos, amputaciones y violaciones; blasfemias grabadas a fuego en la piel estallando en pantallas celulares, televisores de plasma y electrones vectoriales. Al cromatismo exótico se suma la flora lisérgica y fractal de un jardín tan lúgubre como un camposanto barroco en medio de un erial. No importa, mientras haya vallenatos y agüita pa´ mi gente, vámonos de rumba mientras la casa se derrumba.

Caro, el flaco artista dijo que en Colombia todo estaba muy caro.

No caro no; todo esta rico, kikirriqui; caldo rico mon kiki, miren las costillas de algunos campesinos. El espinazo y la cola que los poderosos devoran cuando arman la grande buoffe y sus pantagruélicas comilonas en Batraxia-Sodoma.

Colombia sabe a Maggi y a Knorr mijo.

A frijoles recalentaos y a mondongo politiquero. Diseñado por la cábala central que muta y camaleoniza, mientras escamotea con maestría demiurgíca los anhelos del rebaño.

La que crea sus potlachs de campaña en la periferia de la miseria. Para después meter en cepo al pueblo y crucificarlo, esquilmarlo y carnearlo. La que diseña la sopa y la polenta que se come caliente cada cuatro años y se prolonga por las fiestas y los puentes; las cumbiambas sandungueras de la costa, del llano y la serranía.

Colombia futbolera barra-brava; arremolinada en los estadios, tironeada en las filas incendiarias de los partidarios; maquillada para la guerra en los santuarios de los deportes masa. Adentro de las canchas: cumbia-flamenca; afuera en las calles: machete y puñaladas bailables. Colombia maza-morra con panela y muela rota. Colombia zarzamora que a todas horas llora que llora por los rincones. La que hace la vuelta pedaleando, dopada con rabia y coraje en la cuestas de la miseria;  la que espera el premio mayor de la lotería con el número de la suerte grabado y cauterizado sobre el músculo violeta del sagrado corazón de Jesús.

Colombia sabe a Maggi, a bitumen de petróleo y café amargo; a cerveza tibia y rancia; y asume medio emputada el irónico golpecito en la espalda acompañado de: consiga este sello y esta estampillita y vuelva después, del burócrata Neopig, el cochon chanchullero de turno. Pero, se regocija con el golpe sexual y musical de nalgas prostibularias en aquelarre tabernero que se muerden y laceran sobre las rosas negras del jardín calcinado. Alarido de putilla sadomaso levantada a correazos de maleante urbano, quien, después de tres líneas y seis copas, se suma a la fiesta cuchillo cruzado entre la jeta como fiera salvaje y alegre.

¡Ah! nuestro trópico coronada de cumbres nevadas…

Colombia, piedra pulida para sacrificios y holocaustos…

Ribera de inundaciones y desastres…

Sobre la geografía telúrica y brutal de la cordillera

                                    bailan ángeles y demonios.

Colombia sabe a manigua verde; a flores azules y blancas de Datura inoxia; a cagajón seco coronado de honguitos Lophophora williamsii; a orquídeas venenosas de sangre dulce;  a marihuana prensada y destilada en alambiques de alcoholes livianos; a madame blanche de alcaloides pesados; a cacao sabanero de Brungmasia solanácea y a chicha candombera de palenque rudo y mapalé de fuego.

Colombia sabe a Maggi y a Knorr mijo.

Y cuando mamá Colombia hace el sancocho; todos como criaturas zoomorfas de un mismo redil, se sientan a la mesa en silencio y rezan sus devotas oraciones por el futuro de la patria.

¡Viva Colombia!

Nuestra Colombia roja y amarilla; 

sangrante y famélica; psicodélica vacante. 

Nuestra Colombia azul y verde…

La que amamos tanto y que carajo;

          ¡la que sabe rico, la  que sabe a Maggi!