“En verdad la
aurora es la cabeza del caballo listo para el sacrificio, siendo el sol su ojo;
el viento es el aliento del animal, la boca el fuego, y el año su cuerpo. El
cielo es su espalda, el firmamento el vientre, la tierra el pecho, y los cuatro
puntos cardinales los lados del cuerpo; los puntos intermedios las costillas,
los miembros las estaciones, los tendones, los meses y las mitades de los
meses; los pies los días y las noches, los huesos las estrellas, y la carne,
las nubes; la comida semidigerida es la arena, los ríos los intestinos, el
hígado y los pulmones las montañas, y los cabellos, las hierbas y los árboles.
Cuando el sol se levanta, es la frente; cuando se pone, la parte posterior del
caballo. Cuando el caballo tiembla es el relámpago; cuando da coces, el trueno;
cuando hace agua, la lluvia; cuando sopla el viento es la voz del animal”.
BRIHADARANYAKA UPANISHAD
PRIMER ADHAYA
PRIMER BRAHMANA
Una nube se lleva el alma* de un
caballo…
Inclinados
sobre la bestia agonizante...
Los hambrientos
de las fiestas del veneno arrancan los cuartos traseros del animal.
Armados de cuchillos matan a la bestia noble que agoniza;
esta, ha sido embestida y
destripada por un toro en corralejas.
Una nube
cargada de alcohol se difumina sobre la sombra y el sol de la plaza cercada.
La
parte en dos, como a una cabeza de una diosa antigua.
¿Qué es lo
que cae sobre la arena de aquel cerco de miseria?...
¿El odio? ¿el hambre?
¿Qué corriente arrastra la vida de un caballo de fuego que patalea ya sin fuerzas;
los ojos abiertos al horror del cielo?.
El sueño del
caballo se aleja sobre una nube de polvora y aguardiente…
Sus riberas,
sus atardeceres, el viento de las quebradas…
¿Por qué el
hombre entregó su hermosa y palpitante vida al circo?
Y esas
bestias que danzan bajo una marea de banderas sucias… y esos jóvenes de semblantes
sangrientos… y ese sol amarillo podrido que alguna vez fue un ídolo
metálico que golpeó sus caras al galope de la risa.
Ese sol que
alguna vez acompañó su trote sobre el la ribera del río.
(Ya no las yerbas sobre el agua y las risas de los niños…)
Pequeños demonios empuñan cuchillos de filo romo; flacos muchachos que dejó la marea de la guerra.
Escupitajos de borrachos caen sobre
las nubes de polvo, que el caballo deja.
Pobres niños
sin su caballo de inocencia.
Pequeños bárbaros del hambre sobre el cerco de la muerte mientras las monedas
caen…
Maná de plata sucia sobre la sangre que rueda en alborozada algarabía de
carnaval enlodado.
Niños y
hombres, que al matar mueren...
Y que al morir,
dejan escapar al vuelo el grito sordo del miedo…asustado
y herido, caballo de libertad.
*Diran algunos que un caballo no tiene alma.
y puede ser...puede ser que algunos animales inteligentes y sensibles no tengan alma...de la misma forma que algunos hombres nunca la tuvieron. Ni siquiera tuvieron la oportunidad o la entereza de forjarse una.
O.G.R.