domingo, 27 de julio de 2008

FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLIN. UNA CASA, UN PUERTO, UN ARBOL


El festival internacional de poesía se irguió de nuevo como un árbol centenario contra el vendaval del odio y la guerra. Resistió las tempestades de las calumnias y los señalamientos; aguantó de frente las granizadas de la lluvia acida que desde el tinglado del establecimiento se descargaban contra esa madera templada en las estaciones del trópico; de sus hojas vigorosas fueron cayendo poemas que eran leídos a su sombra por las muchachadas de estudiantes y trabajadores, secretarias y oficinistas, jóvenes y viejos; eliminó de su cuerpo las potencias minúsculas de las termitas de la maledicencia y la intriga; de su sabia laborioso brotó la luz de una resina aromática y en su tronco un atanor de poesía iluminó el entorno. Lo humanizó, le dio un poco de aire fresco a la tierra baldía del idioma.

Poetas de los cinco continentes se reunieron en ese festival para encontrar sus voces. Allí se forjó una amistad que intentará perdurar por siempre. Los hombres de la palabra, los últimos dialogantes, solo se reconocen en sus voces declamadas de viva voz frente a la muerte. Muchos de los que allí llegamos por primera vez, nos encontramos con otras voces que se acercaban desde el océano navegando sobre la balsa-Medusa de los idiomas. Creamos un argot y un esperanto, mezcla y mixturas de expresiones de todos los idiomas. Intercambiamos libros, abrazos y levantamos nuestras copas de vino en las noches, en donde la ciudad sitiada giraba hasta las sirenas eléctricas del alba. El mundo tendrá otros referentes, otras fronteras. Los poetas han llegado de nuevo a este pottlach en donde los regalos eran palabras que giraban como palomas luminosas sobre un punto de la aurora. Centellas de fuego que cruzaban los espacios de silencio. Otras obras, se decantaban como un río que iba sedimentando nuestra historia y nuestra condición, dejando viajar nuestros corazones hacia el mar de la utopía.

Un poeta- sacerdote- hermano era necesario.
Necesario en estos tiempos es el poeta Fernando Rendón, patriarca generoso de la poesía colombiana. Poetas árboles danzantes son los que se necesitan en estos tiempos de tormentas. De su guía generosa se ha trazado los derroteros de un festival que hoy por hoy se ha convertido en el más importante del mundo, en una de las ciudades más complejas y contradictorias del mundo. El poeta Rendón aúna a su valor civil, la fuerza de su obra, el peso específico de sus versos labrados en las rocas de las montañas antioqueñas y pintados con las esencias de los elementos de la cordillera. Conocerlo fue despejar dudas, salir de los comentarios malintencionados y las leyendas para entrar en el terreno de los gestos verdaderos. Un poeta de fe inquebrantable, un caballero que ha sabido resistir sin dar un paso atrás todo tipo de afrentas, y de mantener el aplomo y el nivel de su arte poética. En tiempos en donde algunas vacas sagradas se abanican en el harem del sátrapa, y uno que otro intelectualoide de utilería se maquilla en los camerinos de la farsa; en tiempos en donde algunos bienpensantes liberales tratan de mantenerse en la línea dudosa de la contención del idioma para no estropear la levita de los usurpadores; en tiempos en donde los viejos duros e iluminados marihuaneros nadaistas cedieron el paso a los señoritos light que se pavonean dentro de los escenarios de los mass media. Este poeta se levanta como un guerrero sin armas ni ejercito y de viva voz hace estallar su palabra luminosa en medio de una guerra que todo lo opaca y todo lo mancilla. Asume la labor civil del poeta frente al poder, que es la defensa de los que no tienen voz, y no se amilana y no se arruga, por que es de poetas y varones, respaldar con el gesto la idea y con la cara lavada enfrentar a la lluvia y el sol. Poeta que canta desnudo y descalzo frente a su pueblo, y que ofrece a este pueblo lo mejor de la poesía universal. como quien da una bocanada de aire fresco en la boca del moribundo; Prometeo del sur que siembra una estrella en la noche negra y densa de nuestra historia, merece todo nuestro respeto y admiración. Rendón es un poeta necesario, vital e importante, su arte es de Cuestión Radiante, y su alquímia poética transforma en lírica todo lo obsceno, lo grotesco y lo goyesco de las furias de la guerra que danzan sobre el corazón de las metrópolis colombianas. Un poeta como este, –hay que decirlo de una vez por todas–, (no por acudir a la lisonja ni a la palabra hueca) es más necesario que nunca y siempre en cualquier lugar de la historia de esta parcela del genero humano que habitamos y del cual hacemos parte, alguien que haga revivir las esperanzas en una sociedad en donde la dignidad recupere su estatuto humano, renueve el valor en la lucha por ese sueño, y mantenga la templanza en medio de la confusión; Será siempre necesario.

El Festival internacional de poesía de Medellín es tal vez el único escenario colombiano en donde el vasto territorio del lenguaje se vio inundado de un mar de poesía generosa. Medellín, un puerto bullicioso que recibía con las luces encendidas a los viajeros del mar de los idiomas; un mar que venía desde el Asia, desde America, desde África y desde Europa y que traía en sus corrientes a los viajeros y los marineros exiliados del mundo.

Ellos llegaron con una palabra, una metáfora, una oración para salvar al mundo, que de alguna forma es cada uno de nosotros,... somos todos nosotros,
y cantamos.
Y cantamos...Seguiremos cantando hasta que caigan las fronteras del silencio.

viernes, 25 de julio de 2008

EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLIN Y ALGUNOS POETAS


Este es el primero de los 12 post que me propongo escribir sobre el Festival Internacional de poesía de Medellín. Los iré soltando de la misma manera en que los correos electrónicos van llegando, con esas remembranzas humanas y literarias, que de alguna manera transforman tu trabajo, lo marcan y lo hacen abordar el asunto de la poesía de una manera diferente.

El festival internacional de poesía de Medellín fue un encuentro de voces dispersas, Voces y textos que de alguna forma tendían a encontrarse en una ciudad que como un cáliz verde contuviera el vino luminosos de la poesía. Escritores de muchos países y continentes, cada uno con su propuesta personal vinieron a abrevar en esas fuentes y a escuchar a otros poetas. El descubrimiento es parte importante de este festival. Escritores que uno no conocía, pero que de alguna manera le parecían familiares. Encuentros y coincidencias en los modos, las técnicas y los temas; acercamientos a escritores maduros y con toda la experiencia del mundo, junto a jóvenes con una trayectoria importante, que te descubrían importantes territorios del lenguaje, tratados con una técnica depurada, compleja y un arte de conocimientos profundos, decantados y fraguados a fuego lento en los atanores del idioma.

Gustavo Enrique Ortiz Clavijo es un joven poeta colombiano que hizo presencia en el pasado festival internacional de la poesía de Medellín. Su humor acido y sus comentarios polémicos no pasaron inadvertidos entre los asistentes a este gran evento poético. Vinculado al área de literatura de la Universidad Nacional y con una trayectoria importante en el campo de la poesía. Nos ha dado estos tres poemas (ALGUNOS FIRMADOS CON SEUDÓNIMO) para la publicación en GRIFFOS.


LA POESIA

La poesía es una necesidad semiótica
reza el axioma en el caldero.
Será acaso, la semiótica
una necesidad poética?
quien le toca interpretar
no responde,
se hace lluvia,
antifaz quemado
o un retazo de beso.

La palabra en sus zonas eróticas
es un lapso de hilo
sobre el abismo frutal de la grafía,
lágrimas de dioses
como indicadores de escena
para ser mordidos.
La democracia del signo
es un artículo de voyerismo
que se sacia
en prácticas de doble geografía,
la mentira sobre el espacio
punteado por la verdad
de ese tiempo necesario para un poema
que no alcanza
a ser nota musical.

Rodolfo Garcia L.


LA POESIE

La poésie est une nécessité sémiotique
dite un axiome dans un chaudron.
La sémiotique serait-elle par hasard
une nécessité poétique ?
Celui qui essaie de les interpréter,
n’aura pas de réponse,
il deviendra pluie,
masque enflammé,
fragment de baiser.

Le mot dans ses zones érotiques
est un laps de fil
suspendu sur l'abîme fruitier de la graphie,
des larmes de dieux
qui indiquent
la scène où tu seras mordu.

La démocratie du signe
est un article de voyeurisme
qui se rassasie,
en pratique, d’une double géographie,
de louange mensonger
sur l'espace pointé par la vérité
du temps si nécessaire au poème
qui ne réussit pas
à devenir note de musique.

Traduit en français par Athanase Vantchev de Thracy
Paris, le 16 mai 2008
A t h a n a s e V a n t c h e v d e T h r a c y
38 Boulevard Flandrin75116 Paris
FRANCE


SESIONES DE SOUL

Me gusta callar
para que las palabras no me encuentren
y sepan el ejercicio inútil del poema.
El latigazo de una hoja seca
como una sesión de soul,
la pátina del otoño
sobre mi ojo que escribe.
El rastrillo del tiempo
celebra una febril sombra.

La cabellera llameada de la ciudad
revela el clamor jubilado de los otros,
algunos ángeles caídos,
nautas brujos aquellos,
evangelizadores apócrifos del instante.
Desde este palco panorámico,
propicio para gimnasias de difunto,
dioses y poetas,
avizoro el costillar pétreo del destino.
Las campanas de la catedral
ofician el paso de esa mujer,
blanda Atenea de piel de luna,
quien escancia gotas
de vida y de muerte
sobre la redoma de los anónimos.

La amarga certeza de la caricia
entre sus notas hechizas,
un canto sombrío,
cachorro del deseo,
cubre su despedida.
La ceremonia se abre
como una flor en llamas
gracias a esa mujer:
los cellos invocando hojarascas,
la armónica que toma el pulso
de los que nos sabemos inmortales,
la tintura viva
sobre la lente
para los funerales del beso.

La bandeja de alimentos abandonada,
el sonido apetitoso de la tristeza
sobre las amorosas frutas,
las hojas de vida,
el queso familiar,
las verduras de un pasado,
las cuentas de salud,
el café de la espera,
la salsa agridulce
que bebían mis latidos.
La locura agradable del silencio
mientras vigilo la escena,
mientras los otros silencios
musicalizan la maldita miseria
en que bailan mis soledades.

Los talones lastimados
como dos lagrimones de muerte
cierran el hambre del amanecer.
Los instrumentistas se irán sin paga.
Sesiones de soul
poemas sin retorno
restos de una fiesta.
Inventar un gesto amable
Mientras somos ausencia.


Gustavo Ortiz
Literato por absentia