EL SENDERO
DEL BORDER LINE
(Reflexiones
desde la periferia)
Por: Omar
García Ramírez
"No me parece que lo más urgente sea
defender una cultura cuya existencia nunca ha liberado a un hombre de la
preocupación de vivir mejor y de tener hambre, sino extraer de aquello
que se llama cultura ideas cuya fuerza viviente es idéntica a la del
hambre." A. Artaud.
“El no violento es el que ordena toda su
táctica para sacar las cosas a la luz y que apunta a la conciencia” Lanza del Vasto.
“No quiero morir sin tener cicatrices” (B.Pitt
(Tyler Durden)
El club de la lucha
Ahora la periferia está al orden del día. El centro del debate se ha
desplazado. El jinete gira, tensa su arco, el
trazado de una flecha hacia el centro, marca la línea que impacta en el
corazón de un sol naciente.
El artista que transita el camino del borderline; el fronterizo en el territorio de la cultura, el que
camina sobre los límites de la institucionalidad sin pretender ser parte de
ella. El outsider (aunque este último adjetivo este devaluado y en
declive su acepción), ya que se utiliza con frecuencia para designar a políticos
que están participando en elecciones por fuera las maquinarias tradicionales. Algunos
los llaman populistas; otros oportunistas en plan de agarrar pueblo. Yo creo que los verdaderos outsiders están en la arena política, no para ocupar puestos de
dirección dentro de la maquinaria; sino para darle poder a la ciudadanía. Y candidatos que participasen dentro
de estas contiendas bajo ese calificativo deberían ocuparse más de ese
empoderamiento ciudadano que de otras cosas.
El artista cuyo interés me lleva
escribir estas líneas y que ha estado presente en mis trabajos
literarios como protagonista de algunos de mis cuentos y poemas; Siempre estará
en la mira del poder. No aspirará a entrar en la maquinaria o en la Nomenklatura. Su condición de extraño y
fronterizo, la cultivará con esmero; es,
en esa precaria y marginal condición donde se expresa su libertad.
Algunos creadores podrán asumir esto como una pose elaborada, o como un
papel de actores refinados en la escena de las artes. Otros ejercerán este rol
con naturalidad ya que por inclinación o educación les queda más apropiado. Su
indiferencia hacia el espectáculo, su animadversión hacia la etiqueta social,
su distanciamiento de los rituales y ceremonias del arte, los ha llevado a este
punto. Algunos cosechan réditos con esta elaborada actitud. Pero, no todo es
impostura, también hay casos trágicos en donde esta situación puede estar
matizada por algo de insania. El teatro de la crueldad de Artaud no solo era un
proyecto artístico, era también su patología clínica; su búsqueda personal
fuera de las fronteras de la cordura; su espacio de comunión con los demonios
de la locura.
Así que, si el artista periférico adopta por conveniencia este tipo de máscaras
puede terminar representado el papel de un marginal. Y me refiero al teatro que
se hace sangre y carne; si tú asumes el papel de quien sufre, serás crucificado:
si asumes el destino del fronterizo que lucha; estarás en plena confrontación.
En este pequeño texto no quiero hablar sobre el artista como marginado;
sino del artista como un hombre o mujer en confrontación y resistencia espiritual.
No hablo del artista fragmentado y dividido, sino del que se mantiene abierto al
llamado de sus daimones. No hablo del
artista del hambre en la jaula de su provincia; hablo del artista que sale de la jaula por su propio pie, para
finalmente perderse en el bosque.
Este tipo de creador marginal; en confrontación con la mediocridad del
medio, deberá esforzarse por, superar los límites de sus propias fuerzas creativas,
mejorar constantemente en pro de la superación de sus falencias. Alquimia de
luz; ascesis de fuego; gimnasia nórdica y danza bantú. Explorar el rayo de la aurora para adentrarse
en las fronteras del jardín del loto.
En el plano material, deberá hacer ajustes…
Ineludible el asunto económico en donde debe funcionar como un ser simbólico
en medio de la maquinaria material. Como ácrata, y librepensador que se mueve
en medio de la masa embotada de publicidad y propaganda consumista. Aunque no quisiera
ocuparse con tanto ahínco de menesteres crematísticos; de transacciones y comercio,
ya que son asuntos que no ocupan la plenitud de su atención; tareas para las cuales no está lo
suficientemente preparado; debe asumirlas, si no quiere perecer molido por la
realidad. Un ser de fuego ligero en un mundo de plata quemada. De este
conflicto, saldrán necesariamente, algunas determinaciones relacionadas con el
desarrollo del cooperativismo, la libre empresa; la necesidad de encontrar
medios de subsistencia en donde sus habilidades en el plano estético,
artístico, artesanal y del diseño; puedan dignificar su vida. Se supone que la
búsqueda de la libertad para expresar sus ideas y opiniones; para trazar su ruta y su camino con
independencia, pasa por un mínimo de dignidad material. En un mundo laboral
precario, en donde el trabajo del artista no tiene el peso de otras épocas ya
que la obra original, entra en una escala de consumo destinada a una minoría
ilustrada y solvente; el artista freelance,
deberá en algún momento, procurar hacer llegar su obra, única o seriada, a un
grupo más amplio de la población. Pero mantendrá a salvo de ese comercio una
importante parte de su obra. La mejor, como reserva y respaldo de su idea
estética.
Su taller se convierte en espacio de experimentación, extraña
combinación que aúna el gabinete de diseño y el estudio de publicidad. El
artista bordeline tiende a convertirse
en un ser polifacético y multimedia; la especialización, aunque muy importante,
ya no se convierte en herramienta única que le permita sobrevivir, mucho menos,
proyectarse. Las herramientas virtuales, los programas informáticos, el ciberespacio
como campo de interacción, toman protagonismo de manera acelerada. Debe ser
además de creador, su propio representante, su publicista, su marchante; su dealer de última generación. Trazará
estrategias brillantes y opacas. Virales o de corta exposición. Tendrá que
hacer de vez en cuando su jugada; entrar en el diagrama del juego, romper la
barrera bajo la cesta y lanzar.
Por ello, el oro alquímico es el blasón de su escudo. Oro espiritual, más
sutil que el aire que se respira In a gadda
da vida.
Un artista periférico siempre sabrá encontrar su camino, forjarse recursos de subsistencia, diseñar sus tácticas
y estrategias económicas. Nunca caerá en el desespero de la inutilidad. Tiempos
más duros han pasado sobre esta y otra tierras.
El viejo Charles Bukowski decía
en:
JHON
DILLINGUER VIENE MARCHANDO
Algunas veces
escribo acerca de los años 30
Pienso que fueron un buen campo
de adiestramiento.
La gente
aprendía a convivir con la adversidad
Como si esta
fuera cosa de todos los días…
Cuando los
problemas golpeaban a la puerta
Barajaban de
nuevo y hacían su propia jugada.
de no
existir posibilidades
muchas veces
ellos creaban
una.
La gente que
estaba “empleada”
Realizaba su
trabajo con pericia.
Un mecánico
podía reparar
tu
automóvil.
Los médicos
visitaban a los enfermos en sus casas.
Los choferes
de los taxis
no sólo se
preocupaban por conocer cada calle
de la ciudad
también
intentaban definir el universo.
Los
dependientes de farmacia
se acercaban
al mostrador
preguntando
amablemente, señor ¿qué necesita usted?
Los
acomodadores de cine
eran más
elegantes y buenos mozos
que los
galanes de las películas.
Todos cosían
su ropa
remendaban
sus zapatos
casi todo el
mundo hacía las cosas bien.
Ahora la
gente dentro y fuera
de sus
profesiones
es
totalmente inepta.
a veces
realmente
no comprendo
cómo hacen
para
limpiarse el propio culo.
Además
cuando la adversidad llega
se desaniman
desisten
se entregan
de pies y manos
caen
abatidos en la cama.
estos
mimados en demasía
se
acostumbraron
al triunfo
por el camino fácil
ellos no
tienen culpas supongo
de no haber
vivido la década del 30
pero yo
no los adoro
ni sentiré
tentaciones al respecto.
LA POLITICA…esa
Parca del teatro pánico…
En medio de la toma de posiciones
de buena parte de la intellitgenzia
que casi siempre adopta las posiciones de la política utilitaria. Es decir una política
sin imaginación; (el pragmatismo prima en tiempos de penuria). El artista en
confrontación entra desnudo al escenario de la política, o se desnuda en esa arena, para de paso hacer ver la precariedad de las vestimentas del rey y sus
vasallos; además, la política crea un teatro que consume a sus seguidores; es el verdadero teatro de la crueldad; Parca del teatro pánico. Quienes medran bajo esa puesta en escena, son casi
siempre, gente adiestrada en acciones mecánicas
encaminadas a tomar posiciones dentro de la estructura del poder. Es por lo
tanto el artista en confrontación, un ser no
asimilado por el medio; toma distancia crítica, mide sus fuerzas, pero no
huye de los debates importantes que en algún momento de su vida aparecen en el
escenario…
Se ramifica…
No se esconde…se mimetiza.
No se ubica en la zona de las banderas y los partidos; crea su propia zona de resistencia autónoma; no está fijo, es móvil; no es rígido, es flexible. Su condición está dada por principios que están fuera de la ortodoxia; su moralidad es su libertad, su ética es su compromiso con el arte. Ante todo con el arte. Crea espacios de libertad para sí y para su obra, luego se disuelve junto con ellos; hace su aparición para después convertirse en destello. Da nuevos significados a esos espacios; los toma por vías de derecho o de hecho, para crear sus potlachts o sus performances simbólicos. El performance del artista periférico, no necesariamente entra en la programación de la semana cultural; esta por fuera del catálogo.
No se ubica en la zona de las banderas y los partidos; crea su propia zona de resistencia autónoma; no está fijo, es móvil; no es rígido, es flexible. Su condición está dada por principios que están fuera de la ortodoxia; su moralidad es su libertad, su ética es su compromiso con el arte. Ante todo con el arte. Crea espacios de libertad para sí y para su obra, luego se disuelve junto con ellos; hace su aparición para después convertirse en destello. Da nuevos significados a esos espacios; los toma por vías de derecho o de hecho, para crear sus potlachts o sus performances simbólicos. El performance del artista periférico, no necesariamente entra en la programación de la semana cultural; esta por fuera del catálogo.
Hakim Bey el anarquista ontológico
norteamericano escribe en "TAZ" (zona
temporalmente autónoma):
Decir algo
así como: «no seré libre hasta que todos los humanos ––o todas las criaturas
sensibles–– lo sean» es, simplemente, condenarnos a una especie de
estupor-nirvana, abdicar de nuestra humanidad, definirnos como perdedores.
En pocas
palabras, no proponemos la TAZ como un fin exclusivo en sí mismo, reemplazando
todas las otras formas de organización, tácticas y objetivos. La defendemos
porque puede proveer la clase de intensificación asociada con la revuelta sin
conducir necesariamente a su violencia y sacrificio. La TAZ es una forma de
sublevación que no atenta directamente contra el Estado, una operación que
libera un área -de tierra, de tiempo, de imaginación- y entonces se
autodisuelve para reconstruirse en cualquier otro lugar o tiempo, antes de que
el Estado pueda aplastarla. Puesto que el Estado tiene más que ver con la
Simulación que con la substancia, la TAZ puede "ocupar" estas áreas
clandestinamente y llevar adelante sus propósitos subversivos por un tiempo con
relativa tranquilidad. Quizás algunas pequeñas TAZs hayan durado vidas enteras,
y ello gracias a su capacidad de permanecer ignoradas, como los enclaves
hillbilly , que nunca se han cruzado con el Espectáculo, que nunca han
aparecido fuera de la «vida real» que resulta invisible a los agentes de la
Simulación”.
…Esos espacios no llegarán por decreto o por buena voluntad de curadores afectos al establecimiento. Si eres independiente
no serás llamado. Serás tú quien haga el
llamado. Si tu espacio, si tu geografía no está aquí, Podría estar en otra
parte. Eso lo supieron ver muchos outsiders, y borderlines desde Van Gogh hasta Rimbaud.
Y no se trata del arte por el arte. O del arte bello y del arte de la distorsión.
O de la dicotomía entre arte de concepto vs
arte de representación. Si no de momentos en donde el estallido de la danza se
impone. El grito o el canto se manifiestan. La acción osada o la contemplación
en silencio. Ritmos que unas veces son de ataque y otras de repliegue. Unos de
confrontación y otros de observación de sí mismo. Momentos en donde todo el caos
del mundo convulsiona en espasmos orgásmicos antes de volver a ser adormecido.
En donde el potro desbocado de la vida recorre las praderas salvajes antes de
ser conducido de nuevo a los establos. No me importa si el arte es bello o feo;
si es grotesco o armonioso; si es conceptual o
simbólico, si es figurativo o abstracto. Si es poesía dodecafónica o
poesía concreta; si es poesía de contemplación o de acción; si es poesía
mística o poesía ácrata. A mí, como artista, me importa más que la expresión
sea sincera. Poco me preocupa, si no clasifico en la línea de las tendencias o de
las modas; he sido participe de propuestas vanguardistas como el happening y el teatro del absurdo; videoarte
y performances; después de esas experiencias, no le quito valor a las obras que
utilizan las técnicas clásicas. Si un
dibujo opera como fetiche ritual para salvarme, redimirme o hacer soñar a otra
persona; creo haber cumplido con mi cometido. Los museos están llenos de arte
frígido, rígido y congelado, contemplar algunas de aquellas obras produce, en
muchos casos, narcolepsia. Algunos disfrutan con ciertas masturbaciones
intelectuales; se de aficionados cultos que entran en éxtasis frente a los
textos impresos sobre las paredes de museos y parecieran adquirir el rostro de
los santos hieráticos de un Greco, nimbados de un aura fría, mientras se
regodean con la asepsia minimalista de un cubo blanco. Les respeto, en esto de
las religiones estéticas del imperio capital tardío, hay espacio para todo tipo
de sectas y herejías. A mi manera, primitiva quizá, poco refinada y salvaje,
prefiero la poesía de la vida en la mancha de un gesto de color; poesía
contenida en un pequeño garabato rayado con lápiz sobre una hoja de papel.
Volviendo a nuestro creador, ese extraño: Se trata de una apuesta por el
arte que le sublime de la ordinaria realidad. Si el artista borderline no aspira a cierto estado de trasmutación, de alquimia interior. No podrá resistir en medio de las duras
pruebas del arte: La soledad, la penuria y la incomprensión. Pero si el artista
borderline es lo suficientemente lúcido
se mantendrá en la senda que cruza los límites de su propio sueño. El sol
dorado aparecerá reflejado en su corazón y arderá como fuego que danza en oro espiritual.
El artista salvaje mantendrá su fe, su dignidad y su verdad, aún en los momentos de la duda. Su dignidad de madera noble, que
resiste de pie en los momentos del insulto. El fronterizo, el extraño, el rebelde continua su camino; sigue su estrella, no desvía su atención.
El ruido del entorno no lo afecta. Su música interior lo mantendrá centrado. Utilizo estas expresiones de valor, decimonónicas, y un poco demodé, pero necesarias para dar forma espiritual al héroe o al antihéroe (depende de las circunstancias y del punto de vista). Una cosa sí es segura: entereza se requiere.
No debería dejarse afectar un borderline
por la marabunta social, el correveidile virtual, la pesadilla mediática.
Siempre actuará como un extraño con movimientos y desplazamientos underground entre
las tribus de la Big data. El
rebaño Matrix que bala en medio de la guerra fratricida; becerros escleróticos de
un dios Baal que ha sido erigido sobre un altar de computadoras protegidas por
soldados golems. El artista mantendrá en línea a tierra el voltaje de su torre
de control; navegará con los motores apagados mientras recibe las descargas de
la artillería. Luego caerá como Stuka
en picada… Desaparecerá del radar, se
convertirá en nube ácida, aguacero de guijarros.*
Pero no desaparecerá del escenario del todo.
Y algunos, entonces…esos que muy a menudo son
beneficiados con las prebendas del estado; se preocupan con cierto dejo de ironía del artista bordelinde, cuando este accede a ciertos
espacios que pertenecen a la comunidad. Espacios que no son propiedad de las burocracias culturales. Espacios que
pertenecen a la ciudadanía. Debo decir: esos espacios, son los que el artista independiente
debe asumir con ánimo creativo. Romper algunos esquemas de producción de
símbolos y habitarlos como un okupa
se encarga de un piso de un edifico abandonado.
No por que deba habitar espacios abandonados; sino porque espacios
aparentemente llenos. Deben llenarse de nuevos contenidos. Conferencias y
talleres, recitales y manifiestos, happenings y performances. Cualquier propuesta
debe entrar en la línea de una acción significativa. Algo que aun dentro de los
límites arquitectónicos y espaciales de la estructura de poder, puedan ser
permeados siempre con humor e ironía. La violencia no entra en este plano; solo
se reserva para estados de confrontación insalvables. La creación de conciencia
puede ser más poderosa que la maquinaria alienante de la propaganda oficial.
Crear los micro-accidentes sociales que den paso a la corriente radio
bemba, la ruptura del dique para el chisme trenden
topic, el movimiento epiléptico y eléctrico de los boquerones en las redes.
Un accionar que provoca las respuestas de una gran cantidad de opinadores
profesionales, trolls de tiempo completo;
difamadores correveydiles; periodistas
a pan y agua; poetastros del catastro (lease escritores funcionarios, que son legión), habitantes sin rostro de los mentideros
virtuales de la red. Provocar también a esas audiencias subterráneas, que, de seguro
va a intentar sabotear su obra. Confrontarlos en su arena, o fuera de su arena.
El cara a cara no es la lucha ideal que buscan los que allí han creado su
ecosistema. El borderline sale de la
sombra cibernética y entra en la luz de la confrontación analógica.
Es parte del ejercicio; nadar siempre contracorriente, pero cuando el
artista borderline tiene que plantar
cara, lo hace de cara al sol y con la camisa manchada de pinturas. Las obras del talento, silencian las
murmuraciones de la canalla. Y las cometas
se levantan contra el viento y no a favor de él. Ya se sabe. El artista
periférico utiliza las herramientas de la tecnología para elevar el nivel del
debate cultural, para crear conciencia y autoconciencia. No como medios de
alienación. No cae en el la trampa de las redes de la comunicación; traza
puentes e hipervínculos significativos, crea derivas simbólicas de alto
contenido artístico.
El artista outsider entra en
el ring para enfrentar en franco duelo su combate. Es el corredor de fondo; el garçon
de los 400 golpes; Su pugilato rápido, frente a la masa y de cara a la cofradía
ilustrada. La misma que siempre y en maridaje con el ancient régimen lo pondrá en la cesta de las manzanas podridas; lo
confinará en la colonia de los apestados y la que, en comunión con las vacas
sagradas que pastan en los prados de la oficialidad literaria, pretenderá
sacarlo de la escena a golpe de pluma y de decreto. Para ilustrar este párrafo, tomo la cita de Vicente Luis Mora, que Agustín Fernández Mallo hace en su libro de ensayos "Postpoesía" y que trasladada del ámbito ibérico a estas tierras del trópico de sangre, calza a la perfección: "Hay una norma no escrita en la literatura española
(en la poesía desde luego, pero admite, con
abundantes matizaciones, el trasvase a la prosa), por
la que el camino para llegar al éxito requiere una especie de método ascético, de camino de perfección,
rigurosa y colectivamente controlado por una pequeña
serie de personas, y de cuyo seguimiento al
pie de la letra depende ser recibido con todo tipo de
parabienes por los mayores y aceptado dentro de los
poetas del clan. Esta oligarquía esta compuesta por
un grupo variable de poetas que ya llegaron, varios
editores con distribución nacional y una nomina
corta de críticos literarios ..."
Añadiría a la cita (para darle contexto), que esa "perfección" no es literaria, sino de modales de salon. Por este y otros motivos, el artista borderline no va con un cepillo y un plumero en su maleta; con el siempre, un puñal toledano con hoja de acero afilada.
Añadiría a la cita (para darle contexto), que esa "perfección" no es literaria, sino de modales de salon. Por este y otros motivos, el artista borderline no va con un cepillo y un plumero en su maleta; con el siempre, un puñal toledano con hoja de acero afilada.
PULE UN
VERSO COMO QUIEN AFILA UNA NAVAJA
(O.G.R.)
Pule un
verso como quien afila una navaja.
Que su
brillo se entinte de sabia
así como el
acero se bautiza en la sangre.
Pule un
verso como quien afila una navaja.
Sóbale el
lomo de plata, un pez grabado.
Quita sus
escamas. Corta las raíces de la palabra pútrida.
Azótalo
hasta dejar solo la pulpa
que pueda
darse al hombre honesto.
Amólalo
sobre la piedra negra
hasta que el
silex
entre con
sus miles de planetas en su brillo.
Para los
otros…
Para los
ungidos por la mano del clown sangriento.
Para los
eruditos que fornican con las vacas sagradas.
Para los
eunucos que abanican el harem del sátrapa.
Extiéndeles
acero al aguafuerte
de tu poema
afilado.
¡Pule un
verso como quien afila una navaja!
Llegado a este punto…
No requiere el artista de
grupitos de opinión; de petit comités
en plan de conspiración, de camarillas adocenadas y bien pensantes; de
apalancados bien influyentes, ya que el artista borderline tiene más en común con los lobos esteparios, que con los
grupúsculos sectarios. No comulga en las capillas de los convencidos del
establecimiento; no predica en los pulpitos de los engage; no practica la etiqueta burocrática de los enganchados, ni
se deja enmarcar fácilmente en la curaduría de los popes de la cultura.
Tampoco se esconde; propone. El artista forja un camino que se mueve con él; y su escenario de debate es la extensa ágora
de la vida simbólica. Su lenguaje es, lenguaje de poesía; visual, cinética,
pictórica, dramática, mística, esotérica.
Allí el despliega sus alas, sus venenos y sus fuegos.
Muchas veces ––también se ha de
admitir––; puede calcinarse en
ellos.
Pero ¿qué sería del arte sin esta posible vía dramática de conclusión?
La tragedia, la tragicomedia, el
drama. Todo termina irremediablemente en la misma estación de la partida. Solo
que algunos recorridos dejan una estela de luz, de fuego; otros, sencillamente,
su huella de carbono.
El artista borderline trazará su propio camino
simbólico.
Boris Groys, relevante crítico cultural, dice:
“Hoy en día, todos están sujetos a una evaluación estética
–se requiere de todos tomar la responsabilidad estética de sus apariencias en
el mundo, de su auto-diseño. Donde fue una vez privilegio y carga para unos
cuantos elegidos, en nuestra época el auto-diseño se ha convertido en la
práctica cultural de masas por excelencia. El espacio virtual de Internet es
primordialmente una zona en la cual mi página en Facebook está permanentemente
diseñada y rediseñada para ser presentada en Youtube, y viceversa. Pero de la
misma manera en el mundo real –o, digamos, análogo—se espera que uno sea
responsable de la imagen que presentamos a la mirada del otro. Incluso podría
decirse que el auto-diseño es una práctica que une al artista y al público por
igual de la manera más radical: aunque no todos producen obras de arte, todo
mundo es una obra de
arte. Al mismo tiempo, se espera que todos sean sus propios autores.
Yo no diría que todo el mundo es una obra de arte. Mi optimismo no va tan lejos, y
no lo digo un ánimo de segregación estética; solo que si todo el mundo fuese
una obra de arte, el hombre masa, en
el mundo moderno ya tendría conciencia; y esa conciencia, ese atisbo de
conciencia, de forjarse una conciencia;
está lejos muy distante. Hay un circo estético y mediático en donde se procura
llamar la atención. Pero eso está más cerca de los actos circenses, que de los
actos artísticos conscientes. El artista, como su propio autor, deberá emplear tiempo en la elaboración de su atrezzo conceptual; en esto no habrá espacio para improvisaciones.
Todos los artistas que en algún momento de
la historia protagonizaron rupturas estéticas y sociales, han
debido andar por la senda salvaje de la vida. Y no es un malditismo buscado a propósito, es la condición inherente al sendero
del rebelde. Los estigmas del santo oscuro, los blasones que adornan el escudo
negro de los que se hicieron aparte e ingresaron en un bosque de retiro y
resistencia; paraje de la emboscadura transitado por Hernest Junguer. No fue en
su momento una estética marginal, sino una filosofía de vida impuesta por la misma
sociedad que, entrada en la modernidad rechazo de plano la labor iconoclasta
del poeta o del artista que se movía fuera de las convenciones.
Nunca será una opción estética de la
mayoría, muchas veces esa dura senda fue recorrida por los que volvían de la
guerra con todas las cartas quemadas.
Jünger
se enfrenta al problema y previene contra ambas posibilidades proponiendo la
“emboscadura”, que tiene como fin conseguir ser una persona singular en un
mundo tan agresivo contra las singularidades y tan disolvente de las
comunidades locales. En este mundo la “mediocridad va asociada a un poder
funcional enorme”, y ni la enorme burocracia, ni las Sociedades Anónimas, ni
los supra-Estados, ni las agencias de calidad, ni las megalópolis, ni la
opinión pública, reflejan un ápice de personalidad ni de carácter. El
gigantesco poder funcional va irremediablemente asociado a la depresión del
carácter personal de las relaciones humanas. En el tiempo se desvela, pues, una
nueva relación con el poder, aquella en la que la respuesta personal no puede
ignorar la omnipresencia del Poder, y “en el fondo no es posible considerar por
separado la tiranía y libertad, (…) la tiranía sólo puede llegar a ser posible
en aquellos sitios donde la libertad se ha domesticado y diluido en un huero
concepto de sí misma”. El nuevo poder exige una respuesta también nueva, en la
que, para empezar, “uno no quiera
simplemente que no lo esquilen, sino que esté dispuesto a que lo despellejen”.
Si “Wald” es "el
bosque", entonces "Waldgänger"
es "el emboscado". La emboscadura no es ni un acto liberal ni un acto
romántico, sino el espacio de juego de pequeñas minorías selectas; éstas saben
qué es lo que viene exigido por nuestro tiempo, pero saben también algunas
cosas más:
El gran
peligro está en que el hombre confíe demasiado en las ayudas de otros y, cuando
faltan aquéllas, quede desvalido. Todas las comodidades hay que pagarlas. La
situación de animal doméstico arrastra consigo la situación de animal de
matadero.
Siguiendo en la cita del escritor
alemán: …
“…En cambio,
llamamos «Emboscado» a quien, privado de patria por el gran proceso y
transformado por él en un individuo aislado, acaba viéndose entregado al
aniquilamiento. Este destino podría ser el destino de muchos y aun el de todos
— no es posible dejar de añadir, por lo tanto, una precisión y ésta consiste en
lo siguiente: el emboscado está decidido a ofrecer resistencia y se propone llevar adelante la lucha; una lucha
que acaso carezca de perspectivas. Un
emboscado es, pues, quien posee una relación originaria con la libertad. Vista
en el plano temporal, esa relación se exterioriza en el hecho de que el
emboscado piensa oponerse al automatismo y piensa no sacar la consecuencia
ética de éste, a saber, el fatalismo”...
“O bien
poseer un destino propio o bien equivaler a un número: ésa es la disyuntiva que
hoy nos viene impuesta — ciertamente por la fuerza — a todos y a cada uno de
nosotros”…
“No podemos
limitarnos a conocer en el piso de arriba la verdad y la bondad mientras en el
sótano están arrancando la piel a otros seres humanos como nosotros. Eso es algo
que no puede hacerse ni aunque uno se encuentre en una posición no sólo bien
asegurada, sino también superior; y no puede hacerse porque el sufrimiento
inaudito de millones de seres humanos esclavizados es algo que clama al cielo”.
A esta altura, alguien dirá que estoy desfasado citando algunos viejos
maestros. Les respondo: el objetivo de este texto es recuperar el interés por algunos
viejos maestros tan importantes ahora
en épocas de plastificadas zonas de confort postmodernas; de masividad bien pensante
interconectada y censada. ––Cuanta falta hacen sus vientos solitarios; sus
bosques insulares, cuanta falta sus palabras al frente de los acantilados––. No puedo saber si en el futuro el arte será de las máquinas y los robots. Estoy seguro sí;
que aun, dentro de las nuevas hipótesis cibernéticas, quedará siempre un espacio
mínimo para la resistencia. Ya lo sabemos, la ciencia ficción clásica no
habla del futuro; habla del ahora, como un espejo del futuro. Creo que el arte,
aunado a la tecnología seguirá expresando sueños, tragedias y luchas. Muy posiblemente, segmentos de ese arte en resistencia, derive por lo tanto en lineas de apertura & (disclosures); arietes tecnológicos que rompan las murallas digitales el poder y el conocimiento censurado; búsquedas de caminos tan
complejos y oscuros como los de un Steve Mitnick, con una carga de activismo
social más definida; o líneas de accionar claro, tan importantes y todavía no bien
ponderadas, como las de un Julián Assange y el auto inmolado Aaron Swartz; por sólo mencionar unos ejemplos que
puedan ilustrar esas posibilidades. La antorcha ha sido recogida por Alexandra Elbakyan y de las fuentes abiertas beben los espíritus libres.
El hombre aparte. El artista en resistencia espiritual. Los artistas alzados en almas, no pueden
ser indiferentes ante la injusticia social y del atropello político. No pueden meditar en torres de marfil así su educación, formación, o su herencia estética sean de refinamiento intelectual. Se harán selectos y únicos por su
insularidad, por su calidad; y universales por la fraternidad que abre el radio
de acción de su trabajo artístico; la ampliación y profundización de su campo
de batalla. Aun en medio del oscurantismo o de la crisis, debe mantener su
atención en estado de alerta; procurando referirse únicamente a los temas que
realmente importen al desarrollo espiritual de una sociedad. Perder el tiempo y
su talento en nimiedades de la baja
política (la que se expresa en el rebaño del gamonal de la parroquia) solo
mina su capacidad de resistencia crítica y su capacidad de proyección.
Jünger dice:
“…Nivelar
las imágenes y derribarlas es algo que precede a la lucha por el poder. Por
este motivo no podemos prescindir de los poetas. Ellos son los que introducen
la subversión y los que inician también el derrocamiento de los Titanes. La
imaginación — y con ella el canto — forman parte de la emboscadura.
Dos son,
pues, las cualidades que se presuponen en el emboscado. En primer lugar, el
emboscado no le permite a ningún poder, por muy superior que sea, que le
prescriba la ley; ni por la propaganda ni por la violencia. Y, en segundo
lugar, el emboscado se propone defenderse. Para ello no sólo utiliza los medios
y las ideas propias de su tiempo, sino que a la vez mantiene abierto el acceso
a unos poderes que son superiores a los temporales y que nunca podrán ser
diluidos en puro movimiento. Uno puede correr el riesgo de la emboscadura,
puede osar emboscarse, si se cumplen esas dos condiciones
En la esfera
del espíritu ocurre eso mismo. Mientras nos dedicamos a meditar sobre las rutas
extremas descuidamos los caminos transitables. Sin embargo, tampoco aquí una
cosa excluye la otra. Antes al contrario: lo que la razón ordena es reflexionar
sobre la totalidad de los casos posibles y, como si se tratara de una serie de
jugadas de ajedrez, tener preparada la respuesta correspondiente a cada uno de
los casos”.
APARTARSE EN
RESITENCIA
HACER
PRESENCIA SIN ESTAR PRESENTE
Esa sobriedad, necesaria para mantenerse aparte; esa ebriedad necesaria para proyectar
presencia. En medio de una sociedad que condena el uso de plantas altamente
evolucionadas ya sea para el consumo por motivos terapéuticos, místicos,
lúdicos. Pero que hace apología de licores fuertes y deportes masivos que se
convierten en medios de alienación; el falso patrioterismo utilizado por las
mega-corporaciones.
¿Acaso en estas condiciones, mantener
distancia crítica frente a estos fenómenos no es importante? Hacerlos objeto de
obra, de estudio y de trabajo para reducirlos a su condición de agentes del
espectáculo y propaganda del sistema.
“Nuestra
droga nacional es el alcohol. Tendemos a considerar el uso de cualquier otra
droga con especial horror." Escribía William Burrougs en “Naked lunch". En Colombia tenemos
tres drogas nacionales a cambio de una: la
politiquería, el alcohol y el futbol.
Retirarse a veces no es solo es necesario, es la única posibilidad de resiliencia.
Ante ese mercado de drogas baratas en la jungla de cemento, el artista
emboscado opta por una búsqueda de plantas de poder; va a la selva en
compañía de su chaman guerrero. Algunos borderline
optan por la inmersión de ebriedad en la naturaleza; comunión pagana, fiesta panteísta.
Henry David Thoreau en su libro, “Walden, la vida en los bosques” Decía:
“Fui a los bosques porque deseaba vivir
en la meditación, afrontar únicamente los hechos esenciales, y no sucediera que
estando próximo a morir, descubriese que no había vivido. No quería vivir lo
que no fuera vida; ¡la vida es tan cara!, ni tampoco deseaba practicar la
resignación, a menos que fuese enteramente necesaria. Quería vivir
profundamente y extraer todo lo maduro como para infligir una derrota a todo lo que no fuese vida;
guadañar un ancho espacio a ras del suelo”.
Se
busca un retiro. Un espacio de distancia a ras del suelo. Se rompen algunos
puentes. (Aunque en nuestro país puentes
y diques se rompen solos; se aúna a a la fuerza poderosa de la naturaleza la
ineptitud y la avaricia de quienes los construyeron). Se llega
a una comunión. Partiendo de esa comunión se llega al respeto. Desde esa
actitud de respeto, se llega a esa defensa del medio ambiente y a la causa de
la ecología. Es por lo tanto un arte, caminar
en solitario, pero con vínculos reales con su entorno natural y social.
Si toda
esta situación pone al artista en la mira del establecimiento y sus
representantes; el accionar de un artista borderline
desemboca en un acto de resistencia. El artista, el poeta, el escritor, deberá
ejercer el derecho a la desobediencia civil. Escoger el sendero de retiro de un
David Thoreau; la resistencia popular de
un Martin Luther King o el del ascetismo crítico de un Matma Gandhi inspirado
por el cristianismo del Lev Tolstoy el
iluminado de Yásnaia Poliana. Porque también
el cristianismo más auténtico, tiene en sus raíces, la esencia de la resistencia
al poder terrenal.
Los caminos que su conciencia y su realidad
particular en algún momento le señalen, desembocaran en la toma de una decisión
en solitario. El artista bordeline es
un hombre que cruza el río hasta la otra orilla. Deberá estar atento para no
convertirse en ese partisano del que hablara Mark knoppler en Rider across de the river en la canción
de los Dire Straits. No marchará bajo
bandera. Caminará sin dios ni amo. Estará solo para elegir su próxima jugada.
Sabe que puede caer desde la cuerda floja. Sabe que se puede trasformar en
aquello que combatió. Mantener su lucidez en medio de la resistencia será su
única salvación.
En “Desobediencia
Civil”, Thoreau escribía:
“Creo que deberíamos ser, en primer lugar, hombres, y súbditos, después.
No es deseable cultivar el respeto por la ley en la misma medida que el respeto
por el derecho. La única obligación que tengo que asumir es la de hacer en todo
momento lo que creo justo”
“No es por ningún artículo en particular de la ley de impuestos por lo
que me niego a pagarlos, simplemente deseo negarle lealtad al estado, retirarme
y mantenerme apartado de él de una forma eficaz”.
Ante la crisis espiritual que afecta
principalmente a Occidente, propone Hakim Bey el anarquista ontológico
norteamericano, un nomadismo psíquico, un retorno a las raíces de la libertad,
siendo más realista que simbólico este último concepto. Como él dice, "se busca la transmutación de la
cultura basura en oro contestatario".
En la televisión latinoamericana, recientemente, se trasmite
una publicidad sobre una isla de pobres felices en frente a las costas de Cartagena.
Una corporación financiera con millones de pesos en medios técnicos de
cinematografía; trasformó la visión de esta isla pobre en un edén arcádico. No
podemos dejar que las corporaciones voraces que llevan a miles de seres humanos
y sus sueños a las alcantarillas se ocupen de la felicidad de los que viven sobre islas de basura. Y no porque un
mendigo no merezca la felicidad; sino porque un emporio de la usura no merece la
causa de una poesía esperanzadora. Ellos, los habitantes de esta isla, son una
comuna que se ha apartado y ha logrado hacer de su sociedad de pescadores un pueblo
sustentable sobre el mar de la precariedad, a pesar de esas mega-corporaciones
de la usura. No necesitan que vengan los señores de los grandes bancos
colombianos a enseñarles cómo vivir, mucho menos a convertirse en sus
patrocinadores. Ellos han vivido mucho tiempo por fuera de las fauces de los
tiburones. Es mejor para ellos (los habitantes de la isla) que mantengan a
prudente distancia a esos cínicos financistas.
Por ultimo diremos:
Si el arte es una manera de mantener el fuego
sagrado del espíritu en acto de soledad o comunión, de rebeldía y ascesis en
vida terrenal. El artista borderline
se mantendrá dentro del círculo de la fiesta pagana; danzará para el amor y
entonará canticos de tambores y flautas antes de la guerra.
Su guerra espiritual
es en última instancia el motivo de su alquimia, la razón de su existencia.
Mientras un hombre libre y una mujer libre, se
mantengan en danza de estrellas, el arte no perecerá nunca.
1-“La emboscadura” Ernest Jünger
2--“La vida en los bosques” Henry David Thoreau
3-“TAZ” (zona temporalmente autónoma) Hakim Bey
4- “El reino de los cielos esta en vosotros” Lev
tolstoy
5- "Open Guerrilla manifiesto". Aaron Swartz
https://www.soydelbierzo.com/2013/01/13/manifiesto-de-la-guerrilla-open-access-en-memoria-de-aaron-swartz/
5- "Open Guerrilla manifiesto". Aaron Swartz
https://www.soydelbierzo.com/2013/01/13/manifiesto-de-la-guerrilla-open-access-en-memoria-de-aaron-swartz/
6- “Clásicos de la resistencia civil”
Publicados en (Pdf) por la Univerisdad Autónoma del estado de Morelos. México.