viernes, 1 de febrero de 2008

SITUACIONISTAS SEGUN WU MING 6


Pequeño Larusse de Historias Trastornadas Vol.V:

"LOS SITUACIONISTAS"

Por Wu Ming 6


1. LA SOCIEDAD SIN CLASES HA ENCONTRADO A SUS ARTISTAS

Como bien saben las lectoras de esta serie trastornada, todo se normaliza con el tiempo, la vanguardia se convierten en moda. Bien lo saben todos y todas las que escriben de estas cuestiones e incluyen este razonamiento en su reflexión al comienzo de un artículo como éste. El antepenúltimo manifiesto salvaje es pasto de la pasta y engullido queda por los cerebros (las mejores mentes) de aquellos de esa generación que han sido destruidos por el aullido de la fama y de ese gesto humano tan mujer de Lot que es la retrospectiva . Sal en las heridas cicatrizadas y la decisión de comprar esos saleros de ikea tan de diseño.

Y en estas llegamos al situacionismo. Ese movimiento mítico. ¿Agitadores? ¿borrachos? ¿cineastas? ¿Trastornados? ¿Los verdaderos artífices del mayo francés? ¿Situacionistas en los textos de Rotten? ¿Poso situacionista en la exégesis de la globalización? Según el gran Greil Marcus , la explosión punk parece ser el último espolón transgresivo del mundo cultural. Qué mierdas dices, afirmarían los ravers, bloggers y altermundistas interneteros. Sí, sí, pero aquello que el viejo de la montaña afirmó con rotundidad entre vapores tetrahidrocannabinos explotó en la Inglaterra Tacheriana de crisis y paro. Está demostrado. Lean ese magnífico “Rastros de Carmín” . O el nuevo de Servando Rocha de La Felguera.

Pero volvamos a lo moderno como diría Asger Jon a su mujer cuando ésta quería dedicar su obra pictórica a una lata de mejillones. Los situacionistas: unos tipos que al parecer todos los posmodernos citan. Incluso aparecen en una bibliografía de aquella globalizante feria del dinero, la policía y la economía cultural que fue el Forum de las Culturas de Barcelona. “Pardon?” que diría otra vez Asger Jorn. Sí, hijos míos. La vanguardia parece que sólo es un periódico.

Y los situacionistas: ¿Quiénes fueron, en qué bares bebieron? ¿Qué escribieron? ¿donde paraban? ¿Qué drogas se pasaban? ¿qué películas veían? ¿Debord sólo es un tipo que hacía películas raras? ¿Vaneigem sigue vivo y publicando y siendo reseñado por el filosofo del caballo Savater?



2. EL LETRISMO

No. No se piensen que el letrismo es eso que sufren los mileuristas con sus deudas y su tarjeta de crédito o débito y que en vez de ser arte postal (mail art) es terrorismo del buzón. Porque la muchachada situacionista provenía de otra movida que se podría sintetizar en otra “vanguardia de la vanguardia”. Se resume en: Isidore Isou , rumano con cara de Tony Curtis, aquello de la palabra no significaba nada (después del arreón del dadá) y escenificar un nuevo estadio en la reducción del mundo: los letristas reducirían la palabra a la letra, al puro signo, aparentemente sin significado y, en realidad, interminablemente fecundo. Pronto Gallimard , la famosa editorial, le ofreció un contrato a Isou. Eso sí después de que uno de los seguidores del rumano amenazara con quemar las oficinas de la editorial. Los letristas serían más conocidos en París por sustituir la cortesía por el ruido, la palabra por la letra. La acción, algarada más bien, que indujo al por entonces muchacho de diecinueve años Guy-Ernest Debord a unirse a los letristas tuvo como decorado el Festival de Cannes .

Tras varios filmes anticine ( Hurlements en faveur de Sade, pantallas en blanco y gente hablando ) y la ruptura con Isou, El 28 de julio de 1957 en una pequeña ciudad italiana, tiene lugar la fusión de la Internacional Letrista y el Movimiento Internacional por una Bauhaus Imaginativa creándose la Internacional Situacionista. la I nternacional Situacionista se deja ver por la rive gauche. “Quienes intentan tomar posiciones después del surrealismo descubren una y otra vez cuestiones que lo preceden. Para Vaneigem, ya en el grupo, el papel de la Internacional Situacionista era la de aplicar “ la violencia de los delincuentes en el plano de las ideas ”. Estamos en 1957.

3. LA FELICIDAD ES UNA IDA NUEVA EN EUROPA: EL OCIO ES LA VERDADERA CUESTIÓN REVOLUCIONARIA

Acuñada la frase de Saint Just, los situacionistas se dedican a escribir cosas tan hermosas y trastornadas como que el aventurero no es alguien a quien le suceden las aventuras, sino que es alguien que hace que sucedan. ¿Por qué todas las revoluciones se habían basado en la justicia y no en la felicidad? Fundada en 1957, la IS fue considerada una asociación paneuropea de estetas megalómanos y trastornados, despreciados (como no) por la izquierda y taxativamente ignorados por todos los que le rodeaban. Sería la primera revolución basada conscientemente no en una crítica del sufrimiento en la sociedad dominante sino en una “crítica total de su idea de felicidad”, una crítica en forma de actos, una nueva manera de llevar a cabo la vida cotidiana. Todas las revoluciones anteriores se habían basado en la justicia no en la felicidad.

“La escritura situacionista era a la vez una forma de crítica y de ruido, dirigida con igual fuerza contra “todas las formas de organización social y política del Este y del Oeste” y contra todos aquellos “que intentaban cambiarlas”: dirigentes, burócratas, tecnócratas, líderes sindicales, teóricos del estado del bienestar, urbanistas, leninistas, artistas, profesores, estudiantes, capitalistas, gente del espectáculo, la realeza, castristas, provos, surrealistas, neodadaístas, anarquistas, el gobierno survietnamita, sus amos norteamericános, el gobierno norvietnamita, los arquitectos, los existencialistas, los curas y los situacionistas expulsados.

Y así: de la idea del trabajo a la idea de vida, del tiempo de trabajo, de ocio, de producción, de mercancías, nuevos móviles, coches, papillas, aeromodelismo, viajes a la miseria de los demás, al tiempo del homo ludens y no se me extravíen pensando en un ser humano con barba de tres días, flequillo pringoso, uñas amarillas delante de una tragaperras “calentando la máquina” y saboreando el acto sublimado de meter monedas en una rajita. Hablamos del hombre y la mujer juguetón de Huizinga .

El nuevo ismo nació con vocación de desaparecer mucho antes de que las galerías y los gafapasta y eruditos del arte lo concentraran todo en una exposición que convirtiera el situacionismo en espectáculo cultural del siglo XX. “ La IS no quiere tener un lugar en un edificio artístico cultural, sino que lo mina subterráneamente” (LCAE 142). Eso y el rechazo más absoluto de los parásitos discipulares, de los limpiababas culturales que luego escriben memorias que exorcizan el pasado con un cheque de una gran editorial. Personas autónomas. Escribían en el número uno de su revista: “La cultura es declarada un cadáver ambulante, la política una caseta de feria, la filosofía una lista de doctrinas pasadas de moda, la economía un truco, el arte merecedor sólo de pillajes, los derechos legales una renuncia, la libertad de prensa un límite consensual del discurso de lo real y lo posible.

Y, of course , les dan estopa a los que les precedían y a su asentamiento en la cultura oficial:

"El éxito del surrealismo reside para muchos en que la ideología de esta sociedad, en su faceta más moderna, ha renunciado a una jerarquía estricta de valores facticios, pero se sirve abiertamente de lo irracional y de los residuos surrealistas." Informe sobre la construcción de situaciones, junio de 1957 .

Imaginad por un momento a Breton asaltado en las calles de Montparnasse por un borrachuzo grupo que le insulta, gorgojea y le pide dinero. Imagina a Breton pasando de largo sin mirar casi avergonzado. Imaginad a Breton perdiendo un tren.



4. TOMO MIS DESEOS POR REALIDADES PORQUE CREO EN LA REALIDAD DE MIS DESEOS



Los situacionistas abogaban por la supresión del arte y el fin del trabajo, un cambio de escenarios que aniquilaría a los personajes en una tragedia y traería a la vida a las personas reales.

Contra el arte fragmentario, será una práctica global que contenga a la vez todos los elementos utilizados. Esta idea tiende naturalmente a una producción colectiva y sin duda anónima (en la medida en que, al no almacenar las obras como mercancías dicha cultura no estará dominada por la necesidad de dejar huella). La experiencia situacionista se proponía una revolución del comportamiento y un urbanismo unitario dinámico, susceptible de extenderse a todo el planeta; y de propagarse seguidamente a todos los planetas habitables.



Liberado así de toda responsabilidad económica, de todas sus deudas y culpabilidades hacia el pasado y el prójimo, el hombre dispondrá de una nueva plusvalía incalculable en dinero porque no se la puede reducir a la medida del trabajo asalariado: el valor del juego, de la vida libremente construida. El ejercicio de dicha creación lúdica es la garantía de la libertad de cada uno y de todos en el marco de la única igualdad garantizada con la no explotación del hombre por el hombre. La liberación del juego es su autonomía creativa, que supera la vieja división entre el trabajo impuesto y el ocio pasivo.



5. EL URBANISMO UNITARIO Y LA PSICOGEOGRAFÍA



El urbanismo unitario no consistía en una sola forma de destrozar el litora y en una deontología del robo y la violencia. Se trataba de una crítica global del urbanismo espectacular, en tanto que espacio enajenado a la vida cotidiana al serle impuesta una especialización -forjada sobre la existente división del trabajo- y un extrañamiento del entorno (Devesa dixit). La crítica situacionista al urbanismo buscaba una ciudad social y lúdica en la que el juego, la imaginación y la participación social en su construcción fuesen un hecho. La intervención práctica en la ciudad por parte de los situacionistas se concretaba en la psicogeografía y la práctica de la deriva. Esta práctica descafeinada en el tránsito de bares de la muchadada nocturna, combinaba lo aleatorio, en eso que es la actual sintonía de la campaña de turismo de la Junta , el "dejarse llevar" a través del paisaje urbano. Todo ello conectándolo con unas supuestas variables psicogeográficas que influirían en la deriva de modos diferentes según las personas y las propias condiciones del entorno urbano.



6.EL SESENTAY OCHO (UY!)

No será hasta 1966, al hacerse un grupo de estudiantes cercanos a las tesis situacionistas con el control de la sección de la Unión Nacional de Estudiantes de Francia de Estrasburgo, cuando los situacionistas se den a conocer a la sociedad francesa. El llamado "escándalo de Estrasburgo" se produjo al publicarse un texto de Mustapha Khayati , Sobre la miseria de la vida estudiantil considerada bajo sus aspectos económico, político, psicológico, sexual e intelectual con fondos del sindicato.

Después vinieron las depuración alocadas entre el grupo, la explosión del 68 parisina, el movimiento de las ocupaciones y los enragés, la “literatura del 68” (eminentemente situacionista), más películas de Debord y el olvido para el movimiento que terminó a mediados del año 1972. De todos los grafittis que dignificaron las paredes de París, Debord afirmó que el más hermoso fue: “RÁPIDO”.

El período que media entre la publicación del texto de Khayati y las revueltas de mayo del 68 será el de mayor relevancia pública de la I.S. Su papel no fue tan relevante como les hubiera gustado que fuese. Algunas de sus ideas y consignas cuajaron en una parte del movimiento estudiantil y se pudieron ver innumerables pintadas con lemas situacionistas. En 1972 se disolvía con la publicación de un texto, co-firmado por Debord y Gianfranco Sanguinetti en el que hacían balance de la obra de los situacionistas y declaraban abierta una nueva época en la que las ideas situacionistas se extenderían y darían lugar a una fuerte corriente revolucionaria que cambiaría el mundo.

Total . Como decían en un cuestionario situacionista : Unos pocos más que el núcleo inicial de guerrilla de Sierra Maestra pero con menos armas. Unos pocos menos que los delegados que estuvieron en Londres en 1864 para fundar La Asociación Internacional de Trabajadores, pero con un programa más coherente. Tan firmes como los griegos de las Termópilas pero con un porvenir mejor.

viernes, 18 de enero de 2008


EN UNA CIUDAD

Como en una ciudad
donde los poetas bohemios
saliesen a comprar mandarinas y manzanas
después de la borrachera
con el sol rompiendo tímidamente el frío del invierno
fumándose el último cigarrillo del gabán negro.
Con sus bufandas
sobre los cuellos calientes y sudorosos de caballos
empapados en bruma…
Pensando en despedirse para siempre de la noche
la de los labios rojos
pintura acrílica-fosforescente
medias negras de seda china
falda de Bangla Desh y pequeño tatuaje sobre lomo
elástico de perra asiria.

Pensando en olvidarse para siempre de la noche, esta el hombre...
“Así se mueve este corazón
sin paisaje ni background.
La tela roja de un pañuelo rueda sobre los senos de una poetisa eslava
con pequeñas heridas en las pantorrillas.
Una poetiza que grita como Lilith el día
de su acoplamiento con Adan kadmón, bajo el árbol de la ciencia.
Una poetisa
que viene de la última manifestación contra la globalización en Viena”.


Así, entre esa nomenclatura de nombres ibéricos, o garitos caribeños...
huyendo desde el puerto de Nueva York
hasta los burdeles de Ámsterdam. Así va entre el extraño tumulto que brota de los tunnelvannags, de los subways, metros y garés de la babilonia terrestre.
Como si en las ciudades
de cabelleras de smog, ojeras azules y alientos de tabaco
estuviesen escritos los símbolos de una revelación mesiánica.

Así va ese hombre.
Escribe y trata decir algo que conmueva su lucidez
y la invite a sentarse en el sillón turco de una placidez elemental.
Algo que cause pánico o risa…
Pero lo único que consigue es
aterrarse ante el famélico espejo de sus noches
rayar sobre la pizarra de su alma símbolos de yeso y nieve
soltar chistes crueles sobre la condición del exilio
y fumar, como fuman los condenados a muerte.
De vez en cuando saca de su chistera un conejo rojo
y lo prepara a las finas hiervas…
Un sabor que le deja una risa saltarina en el estomago.

¿Qué buscaba en las palabras ese hombre desde niño?
¿Qué mito de papel le asaltó y le enfermó?

Él, se aplicó con puntualidad, su dosis de fe y de locura
inoculado con el poema venenoso
como una pequeña hidra de brazos metálicos
que se retorcía en sus neuronas
recorrió los puertos y las calles
cercanas a los templos de Afrodíta.
Profanó las criptas de los adoradores de Lilith.
Sabe, que en su cabeza baila un demonio.
Que en su corazón
la danza será a muerte, que no podrá escapar de la noche
a no ser
que se refugie en el asilo
en donde irán a visitarle y a llevarle arenosos chocolates de Estambul
flacos ladrones, camellos paranoicos.
Que en su pecho, el humo del cigarro en la madrugada irritará sus palabras
resecará la prosa del palimpsesto, y enanitos de barro cuarteado
danzarán ruidosamente sobre sus cuartillas...
Que ese otro rostro
de muchacha ligera tomando café y comiendo manzanas será
tan solo una imagen más
ajada postal del extranjero.
Callejuela empedrada....
Piedra negra, sobre piedra blanca
casas antiguas, sin puertas ni ventanas
y vías que no conducen a ningún lado.
Territorio vedado de la muerte.

Las cartas que envío, no obtuvieron respuesta...
Seguramente se perdieron
En las compuertas de los aviones o en los pasillos azules
por donde transcurren
somnolientos y salitrosos los burócratas de los correos.


Sabe que no puede mirar atrás.
Que nunca podrá regresar.
Que nunca podrá despertar del sueño de las ciudades agonizantes.

Ahora esta metido en su madriguera
la luz acuchilla los cristales sucios
con las cagadas de las moscas.
Sobre la mesa
de madera y metal,
la dosis...
El torniquete de caucho estrangula un brazo herido.
La jeringa penetra la vena dejando un rió de volcán caliente en la piel...
Ya, la felicidad helada con su beso boreal
la pared en blanco, el nudo del zapato
la mancha de la manzana transgénica
que se desdobla…
mariposa vegetal
contra una cortina raída
sobre la que se empantana la mañana de Madrid.

El zen de la heroína es una forma elástica de la muerte.
Detrás de la cortina...
afuera, en la calle...
la ciudad aúlla
como zorra herida
desangrándose en la trampa.




GRANDE Y OBLICUA LA CORAZONADA

“El carácter de la batalla...es la matanza, y su precio es la sangre."
Clausewitz



Grande y oblicua la corazonada,
flecha de basalto que se encarna
sobre la plenitud del silencio.
Cuchillada de ceniza
en la cara de una ciudad que se va diluyendo
adentro, en su bruma de invierno.
Solo queda la huella de la mano que arañaba contra el cristal empañado
la herida negra que no duele,
adentro si, y abajo…un poco de frío
en el prepucio del alma.
Las criaturas de la madrugada
desfilan envueltas en sus atuendos de lanas protectoras
bufandas de crisálidas nerviosas.
Sus sonrisas…
escaparates de dentistas en invierno.
Así congeladas las manos,
dormido el arbolito,
como si un hielo druida congelara el corazón,
las dos bolas, el tuétano.
Alguien dijo que estábamos en guerra... ¿Desde cuando?
¿Ya no se firmó un armisticio?... ¡Ah! es otra guerra...
Es otra señal...
(A cada uno un poco de dolor, un poco de arena, un poco de sangre).

“Era un veneno de polvo rojizo en las trincheras...Yo recuerdo,... Me parece recordar” –, dijo el viejo asomándose detrás de la oreja mutilada, brotando como un espectro desde una ventana parietal, casi olvidada.
–“Yo recuerdo....El veneno rojizo de las trincheras revolviéndose contra la sangre,
el pesado casco perforado y el muchacho loco que corría
detrás de los caballos eléctricos,
sobre unas alambradas de metal negro...
Solo teníamos ripio de café y pan negro...
Yo no sé, si fue primero ese muerto, al que recuerdo...”–.

(¡Mira mi cara de antropófago con un garrote en mano!
¡Mi cara de sacerdote tatuada en achiote y un corazón humeante entre mis dientes!)

Alguien dice: “Estamos en guerra...”
De una espada,
de un escudo de luna se derrumba una cabeza
que da vueltas sobre el lomo dorado de la bestia.
Desde un caballo de madera,
unos barcos con velas incendiadas
y guerreros con cascos de bronce
y penachos de crines de caballos negros.
Viene su grito.

Luego, siglos más tarde,
El grito y la bomba venían de otras latitudes, fueron traídos en barcos...
Si, en barquitos de maderas mediterráneas que no se hundieron por que eran conducidos por buenos y valientes marineros.
Hasta estas tierras, después del sable y el arcabuz,
llegó el cañón y la metralla.
Muchas calaveras de niños indios, así dormidos como fetos
como si guardasen flores disecadas de los andes...
Con sus cabellos negros, lacios y brillantes
y mandíbulas de comedores de maíz y de guatín.
Así desde la orilla del barro genésico, hasta el ánfora de dureza musical
se sigue la pista de esta guerra. Su caminito de no me olvides.
Su cosecha de vasijas de barro con huesos apretados.
Que ya venía la muy ingrata, que tenía amores en la lejana Europa, y ya eran muchos los degollados y se hacían invasiones y luego grandes homenajes con lanzas de Breda y vino españoles.
Luego cambió de carruaje y le dio por volar (una barca empotrada en el lomo de la gran sardina) y en dejar caer bombas
unas más pequeñitas que otras,
bombas que caían sobre caballos grises,
y niñas que alumbraban con una vela temblorosa
entre los subterráneos y las ruinas.
–La mujer se arranca los cabellos de dolor,
una mano amputada arácnea sobre el barro–.

(¡Mira mi cara de justiciero, con arma de metal caliente cruzando el pecho. ¡¿Acaso, todas esas grandes marchas de la historia, no terminaron en esto?!)
Así de papel, de plano; fotocopiada, así como de conferencia de Clausewitz y Sun-Tzu... Así como impresa en los periódicos grises, literatura técnica, filosófica y política del horror que se imprime sobre la memoria de cera ensangrentada de la humanidad. En cromáticas gestas, en libros de aventuras y batallas memorables, de generales heroicos y soldados resueltos, parece natural…
(¡Oh¡ ¡nuestra infancia heroica, nuestros sueños de justicia y luz!)

–La ve uno pasar. A uno le entran ganas de salirle adelante, al paso.
Pero sigue derecho y tritura si uno no se mueve.
Ella si se mueve, pero sin piernas, sobre muletas; acompañada de un mendigo sobre una silla con ruedas de oruga, y de su gigantesco culo florece una trompeta de cobre oxidado–.

Así en películas en blanco y negro casi ni se siente, es un murmullo de cafetería o de taberna, la apreciación de un director, por un grupo de jóvenes que hablan de la matanza de celuloide, en cenáculo de su cine-club.

Pero ya está en la calle, tocándote los huesos
ya mordiéndote en el paseo del fuego
ya mirándote con ojos de carbones negros que brillan bajo el frío de la lluvia.

La ultima perra sarnoso de la época;
ella, la guerra, viene dando plomo
prendiendo fuego y aullando
bebiendo sangre en grandes dosis y con reverberación
de fanática-frenética-lunática.

La viciosa dentro
muy adentro del plasma
como una maromera de la sangre
que se hace invitar a la fiesta del circo
y luego saca su facón.
La rompe-vísceras
la muy rompe-corazones
la muy innoble, la muy cerda
la meretriz emperatriz
la muy indigna
y
lujuriosa guerra.





LA ESPERA

La noche ha invadido los rincones de la ciudad,
las sombras son la luz para perseguidos, desahuciados y ladrones.
“Atmósfera para amantes y ladrones”
Gaspar Aguilera Díaz (México)

Y son humanos, inhumanos,
fatalistas, sentimentales,
inocentes como animales
y canallas como cristianos.
“Los ladrones” de Canciones del tercer frente
Raúl González Muñón
(1941-1974 ARGENTINA)


Yo esperaba de niño
frente a la ventana de la tarde
un cometa de flamante estela
azotando la cara del sol.
Yo esperaba
un caballito blanco
de cola dorada, sobre el que cabalgaría hasta el fin de la tierra.
Años después...
Esperaba una muchacha callada
que en silencio leyera a Gustavo Adolfo Bécquer en un balcón rodeado de golondrinas.

Yo esperaba saltar con Roldan “El Temerario”, en la cara almidonada de la luna.

Pasaron los años....
Cayó mi cometa
estalló contra un planeta abandonado.
Me estrellaron una tarta de azufre en la cara en medio de la vía.
Mi caballo blanco murió de brucelosis.

Ya no espero
ya no rumio
ya no vuelo
no sueño
no planeo
tan solo trato de aterrizar.
Ya no alunizo; solo, sin parapente, caída libre dentro del abismo.
Cometa-Prometeo, denso espectro de metal y fuego.

Entonces en aquella ciudad...
Esperaba dentro del túnel; magullado (amaestrado por el dolor quizá...)
el último metro a la felicidad.
Era como llegar de la jornada
del vagabundeo urbano a la calidez de la cama sencilla
la mesa servida, copa de vino y cigarro andaluz.
Yo esperaba
que la cosa no se prolongase mucho tiempo en medio del paro
que el problema se arreglase, que se pudiese al menos vivir
y salir del atascón.
–Nadie puede pedir peras al olmo– Me había dicho Benaforte el catalán, de una manera que yo creí nueva.
–Cosas de las palabras. Cosas de los maesses de las calles–.
(Yo hacía lo que se podía y en medio de la ciudad aprendí a moverme, como se debe mover un ladrón en la metrópoli; barracuda cerca al banco plateado; tiburón blanco después del naufragio).
Caribeando en la vía me encontré a Malena. Musa lunfarda que organizó el panorama. Aligeró la carga. Aclaró las cosas.


Podría decir...
que en algún momento, no faltaba nada, o casi nada…
Malena y yo lo teníamos todo. Los buenos restaurantes, la moda fresca de prêt à porter, los vinos de crianza y las drogas de diseño. La nevera estaba llena y mis manos que eran ágiles (habían aprendido en sus falanges, las clases de un flayte chileno); se deslizaban con alegría de seda ladina, dentro de los gabanes y pantalones de los turistas, en pos de sus carteras pletóricas de dólares.
(La gran ciudad te pule a golpes de esquina y te afina con la dura canción del cemento. Cada calle es un libro, cada parque una biblioteca, cada policía un enemigo. Si sabes eso, estas salvado).
Y eso es mucho para una persona que se había emboscado,
que no pago servicio militar
que nunca ejerció de burócrata
que no fue de rodillas a la iglesia. (La verdad es que mis padres no me habían bautizado. En el fondo, tengo una acendrada vena mística que es recorrida por la cálida sangre del sacrificio).
Que nunca marcó papeleta alguna
por que a ellos les interesa que uno lea su basura; que uno se entrampe de cabeza en esas cosas. Las cosas de la máquina. Las cosas del cadalso.

Lo único que pedía era cariño y fidelidad.
Fidelidad a la hora de los hechos
fidelidad a la hora de la verdad. (Inocente perversidad de macho).
Pero también eso falló; a la doncella callejera que leía a Bécquer se le iba la mano con la jeringa y empinaba el codo dos copas más allá de la realidad… y comenzó a leer las revistas del corazón.
(Aconsejo: Monsiers voleurs, nunca dejen que sus mujeres de tacón negro y boquitas de caucho rojo, lean las revistas rosa y corazón –son mas dañinas que la T.V. y la drogas psíco-cinéticas – si no quieren ver el suyo, estrujado como un papel arrugado y viejo tirado en la basura.)

La que bailaba como una sirena en la piscina privada de nuestra felicidad de maleantes existencialistas, poetas de la acción...
Se fue... Se esfumó, se evaporó, ahuecó el ala, se piró, se transmutó en un fantasma de opio barato, maniquí de plástico con el pelo teñido y la sonrisa de vinilo rojo; minifalda de cuero negra y el último botín...
El más grande.
El alijo de la jubilación temprana.

Se acerca el invierno y la inspiración no llega.
Ya no espero....
Solo merodeo dentro de los túneles
Buscando la víctima propiciatoria.
Aguantando, sin perder el cigarro de los labios
el ultimo tren de la felicidad.
El bus nocturno de los guardianes del centeno que vienen buscando su gran noche.
Mirando a los meticulosos trabajadores de la factoría de avispas, que trabajan en su próximo juego sangriento.
Los vendedores de shop-suey,
y los ladrones y cabareteras de la Gran Vía.
Viendo pasar a los talladores de cristales negros, a los maleantes de la Yakuza; los marineros normandos buscando la bronca de la noche temprana; los skin heads colgados de una cruz levógira; a los gitanos húngaros prestidigitando con la luna y las carteras; a las mulatas de Abisinia, de Costa de Marfil, de Guinea y del Congo y su música de amuletos para el amor mercenario; los chulos de Madrid, las Drag- Quin de Barcelona; todos y todas, caminando alegres en medio de los juegos pirotécnicos hacia la torre de Babel.
Viendo los besos de chicle de cibernéticos amantes, que centellean sobre pantallas de neón y se acarician con gesto robotizado sobre una calle
de soledad metálica.
Todos marcados por la urbe. –Esta, si no daña, desfigura–.
A veces, cuando el caballo patea, voy a buscar a las trajinadas mujeres del puerto con aliento de maderas portuarias y aceite de cangrejos bermejos entre las piernas.
La maratón al fondo de la noche.

Ya había pasado el tiempo de las preguntas y las dudas.
Cambiaba de escenario constantemente tratando de mantenerme en forma.
Era solo una pieza a la que yo le daba vueltas y más vueltas , que venía buscándole respuesta, que venía siguiéndole los pasos
pisándole los talones y se escapó...
Elemental, trascendental,
accidental, occidental. Trova de borrachos.

Ya se fue la perra asiria
La babilónica meretriz
La puta de Bangla Desh.
La hetaira de Roma.
La perra de Sodoma. La putilla de Sevilla.
Ya puedo llegar con el ataque de frío en la madrugada
después de mi trabajo de sombras chinescas en los extramuros del entorno.
Al licor de los primeros minutos del alba
A la muerte lenta
con beso de resaca en la mañana.
Nadie espera por mí, y yo no espero a nadie.
El reloj negro,
de tic-tac seco y metálico,...
¡Lo estrellé contra la pared de la miseria!


O.G.R.
DEL LIBRO
"LOS PARAJES PELIGROSOS"

sábado, 17 de noviembre de 2007

GRAFFITI Y ARTE PUBLICO



El colectivo "AGUACERO" de Bogotá, utiliza el graffiti y las intervenciones en espacios públicos de la ciudad, como mecanismos de accionar artistico.

En el articulo sobre ARTE PÚBLICO, dicen lo siguiente:
"Es posible ver el fenómeno del graffiti como arte, y aún más, como arte nuevo, como el arte que sale de la galería y ha dejado de servir a la belleza, la armonía o el asombro, y sirve a la verdad, la verdad de sí mismo, que habla de él; es un arte que no habla de eslóganes políticos, ideológicos, publicitarios o que representa escenas, sino que habla de él mismo, a través de él mismo, con formas, trazos, colores, que siempre esconden a alguien, a un anónimo que aunque se expone al otro, permanece oculto".

Con este va el link a su blog:
http://artespaciopublico.blogspot.com/

viernes, 16 de noviembre de 2007

DE LOS SENTIDOS Y LA LUZ






DE LOS SENTIDOS Y LA LUZ


1

Sabor de sal
de un mar seco en los labios
palabra acantilada
que esperaba un sol perdido en la piedra.
Entre el poro del basalto y la dureza gris
afloraba la piel de la rémora, el musgo salino
vegetal cuidado, acunado, mecido por las aguas.

Antigua matemática de
piel de arena y de sandalias
de muchachos que corrían con un pregón
un grito azul de esperanza sobre el reino-eco del mundo.

Piel verde de un mar acariciado y perdido en la quemadura de un sol nuevo, detrás de las orejas sucias, sobre la espalda desnuda del atleta que contiene el aire y se zambulle, y luego es músculo, oxigeno, agua y peces veloces abajo.

Vamos navegando entre impresiones
entre cactus de espinas luminosas.
Escombros de Atlántidas cristalinas
que guardan una palabra frágil en un cofre de acero
que resaltan el perfil de un sueño o un naufragio.


Un nuevo firmamento
se desliza sobre la vía azul iluminada de soles
y las cabelleras doradas de los arcángeles ebrios.

2

Hemos venido navegando sobre un rió de cauce gigantesco.
Pieles de luz de plátano y aureola de palmeras
torsos de remeros negros
danzan sobre la madera y el agua
con un sincopado ritmo de trabajo natural.

Animal que danza y se recrea
que da un toque de tambor y una flauta dulce...
Todo parece estar alterado en un instante
La presencia del metal y el agua
la piel del leopardo
abanicando las hojas secas que limpian las arterias
y dejan dentro de los pulmones una algarabía verde
que respira en los manglares del mundo...

3

Habría renunciado a estar aquí
en esta ciudad de mecánica pesada
por mantenerse en ese salvaje estado de pureza
pálido puma mojado entre la maleza.
sin perecer un segundo en la calle
agitado sin respirar
caminando largo al ritmo de la multitud.
Se detuvo un instante y trató de encontrar una mirada
una boca, una frente, un aire de orilla fresca.
Pero solo era ese desenfoque, y ese ralentí de smog pesado y duro.
Y esas miradas de gasas que flotaban sin dejar pasar la luz.

Era de la luz de lo que se trataba...
Es de la luz de lo que se trata...

Algunas veces lo presintió y lo vio claro.
Al el escuchar algún canto quebrado adentro de la tierra
el vuelo enigmático de una nube
que emborronaba el firmamento
con su algodón blanco y azul.


Con la cabeza tendida sobre la hierba…
¿Recuerdas hermano?
Niños en la sabana, la cabeza boca arriba sobre la hierba
descifrando los símbolos aéreos del agua sublimada.



4

Pasajeros de los sentidos somos
ahora dentro del ruido.
De la geometría de la maquina.
De las grandes y silenciosas poleas que nos traen y nos llevan, que nos introducen en los túneles
donde antiguas simbologías se nutren de sangre y muerte.
Y sientes entonces eso...
los olores fabriles
la grasa de las pieles en liquidación;
hombres y mujeres que ruedan con una estrella rota sobre el cuello
gorra seca de cal y la mirada cansada y roja.
Constructores de paredes y columnas
soñadores de poemas
maquis urbanos
que en sus melenas alborotadas
esconden sueños libertarios y poemas
no clasificados ni documentados.
También las tintas y el papel periódico
y las voces de los vendedores negros
que huyeron del exterminio
en las vastas regiones del corazón de las tinieblas.
Aceras
de jugadores, equilibristas y ruleteros contra un sistema que tiene poderosos representantes y ministros plenipotenciarios; y periódicos
lanzados con tinta hecha de muñones y sangre de niños. Plomo derretido de bombas ligeras, precisas, indoloras.

5

El invierno en las mañanas
viene empapado de la oscuridad
de los pájaros negros
que revolotean como cuervos detrás de las fabricas delante de los espejos.
El exilio es un abrigo oscuro
con el puño adentro frió
y una carta arrugada junto al pecho...
Una carta que tiene los garabatos de un niño.
Caballito de batalla
y una casita amarilla y un sol que levanta los pistilos de las flores.

6

Tu piel amada mía
huele a naranja fresca
y al recorrerla mi mano se alimenta de su luz
por la palma de mi mano entra la orografía luminosa que sube sobre la piel encabritada y luego salta al corazón abierto sobre un cielo de cobre viejo.
Cielo de usura y melancolía
que se desploma sobre tu nuca como la cuerda pesada de una estación de ruido eléctrico.

Sin embargo algo nos salva…

Por la ventana entra un rayo
que sabe a zanahoria…
Y tu beso de ciruela
sabe a sangre de luz…

Luz de sangre marina
para el bardo solitario…

Luz de zanahoria rosada
para la dentadura
y la lengua y los labios…

Y más luz para el estomago acostumbrado a una oscuridad de hambre de cieno.
Los dedos y la estrella de la lluvia
señalando un horizonte.

Más luz para los ojos
para la risa y la esperanza...

Por que de la luz es de lo que se trata.

7

Habría sido mejor a este ruido de aceite y miedo...
el rumor de los ríos
y el pasar cerca aquellas montañas reverberantes de mi juventud.

¿Recuerdan amigos?

Las excursiones al lomo de la madrugada
duras pantorrillas de andinistas iluminados
el cauce helado
la cima blanca y la laguna
el vuelo de las águilas arriba.
Nuestro cielo resistiendo siempre contra las corrientes.
Abajo las piedras, los cauces del agua generosa.
Las montañas sembradas de café
y los conejos y las ardillas y las tórtolas
revoloteando contra la hierva seca.

El aire
la respiración en fuego y los pulmones,
el vaso, el vino dulce alimentando el pecho
y las alas del gorrión metálico
aleteando en el esfuerzo de la montaña.
Y las manos en cuenco bebiendo de la fuente.
Y sentir que es la tierra madre nutricia
esa hermana
esa hoguera
ese poema
Por todos presentido.

Más luz...
más luz...
más luz...
Para tu rostro joven que espera inmortalizarse en un rayo de la aurora.

Por que de la luz es de lo que hablamos.

De la luz...
Espejo de cristal bruñido por un cielo gastado sobre la piedra estelar y este fuego de atanor ligero, en el que calcinamos nuestro espíritu,
nuestra historia
y nuestros sueños.


O.G.R.

2004 Madrid/2007 Bogota.

jueves, 15 de noviembre de 2007

LA BALSA DE LA MEDUSA





LA BALSA DE LA MEDUSA


I


¿Podremos intentar una canción?
¿Podría intentar una canción?
¿Un gesto de fuego, una metáfora de marinería?....


Los que esperaron barco en el muelle

una tarde galvánica picoteada de eléctricas gaviotas.

Los que cruzaron con la luna sobre sus espaldas ferrocarriles de hielo.

Los que se hundieron en el lago negro.

Los que saltaron el muro.

Los que chapotearon en las rutas fangosas del miedo.

Los que miraban detrás de las ventanas.

Los que bajaron las cortinas.

Los que sintieron el vértigo de la caída libre,

mientras sus alas

se encendían con el fuego de la estrella.

Los que se marcharon con el sol a cuestas.

Los que nunca regresaron.

los que perdieron la partida

la maleta y un par de zapatos.

Los que nunca creyeron que las cosas iban a cambiar.

Los que creyeron, y regresaron.

Los que quedaron a mitad del camino.

Los que llegaron tiritando con un sueño pálido

–papel desleído, palabras ateridas

sobre un pentagrama lluvioso–.

Los que fueron requisados y pateados

mientras se hablaba de “bondad” en los discursos.

Los que fueron escupidos y pisoteados.

Los que fueron vapuleados,

mientras otros robaban su cosecha de sueños.

Los que tuvieron que inclinar un poco el rostro

bajar el ala del sombrero

mientras las sombras duras del fuego, faroleaban

sobre los pozos de agua.

Los que cambiaban de estación

de andén, de cielo.


Los que vieron que las bombas eran nuevas

y con ellos, las estaban ensayando.


Los que se enfrentaron a piedra

contra el hierro y el metal.



Los que creyeron en la historia oficial

y muchos años después,

sus sueños fueron marcados por el hielo

–estatuas de sal, sonrisas de fuego–.

Cuando vieron la verdad, quedaron ciegos.


También

los que fueron tatuados, sellados, numerados

mientras hombres con cabezas de carretes metálicos y lenguas de celuloide,

bajo un foco amarillo proyectaban

películas en blanco y negro

para hacer reír a las masas.

En otras coordenadas

se encerraban campesinos orientales

en reformatorios de campos dolorosos,

Luego se hacían obras de teatro

que dejaban una sensación de humanismo

con las técnicas dramáticas del señor Aristóteles.


En sus particulares estados

repartían porra y fuego,

blindaban fronteras, fundaban frenocomios,

cotos de caza, túneles con extrañas inscripciones,

y mostraban un desliz filantrópico

sobre las tesis del señor Morguentau.

Los mismos que llamaron al odio y a la guerra en technicolor.

(leones esfumados contra las alas del silencio,

fuego, sobre ciudades de piedra

fuego, sobre ciudades vencidas

fuego, sobre ciudades calcinadas.)


Dos caras del mismo asunto

dos caras de la misma moneda.


Los que no tuvieron otra oportunidad

e hicieron de payasos y bailaron con violines

sobre las vías ateridas de la miseria.

Los que se fueron adentro de las cuevas buscando pictogramas de tauróbolos celestes y danzas de piedra.

Los que cruzaron bajo alcantarillas,

casi ciegos

mientras afuera, el cielo y las constelaciones

se conjugaban en una danza hermosa.


Los que con el agua al cuello resistieron.

Los que bajaron de las montañas escarpadas

con frió de nieve en los ojos.

Los que perdieron el norte y estrujaron la brújula

hasta sentir en las palmas, las agujas sangrantes.

Los que esperaron detrás de las líneas una palabra de aliento,

Los que vieron amanecer,

bajo el alba dulce y sangrienta de gasas amarillas.....


Todos nosotros, y ellos también,

y los otros por supuesto.

Tres caras de la misma esfinge.


Navegamos a la deriva contra la tormenta,

después del naufragio

sobre la Balsa de la Medusa.



II


El que se opuso a los

Detentadores-patentadores de la historia.

El que confrontó el brazo secular.

El que alzó un telescopio para buscar la ruta.

El que ofrendó una palabra de aliento dentro de los escombros.

El que sembró una espiga.

El que puso un pez dorado

en la boca del ahogado.

El que coronó de flores la cabellera

de la muchacha Nubia.

El que sembró de estrellas

la cabellera de la ninfa boreal.

El que bebió de un pozo limpio en las estrellas...


Todos ellos señalan al fondo de la Vía Láctea.


Un lugar de nombre ignoto.

Puerto-Destino

para la balsa estelar.



III



Vamos a crear con pergaminos amarillos

un beso-collage

hecho de sueños compartidos....

Una imagen derrotero

hasta juntar todos los mapas que nos orienten

y hagan más amables

nuestros rostros en este desierto mar.


En estos tiempos de tormenta
¿Será posible convocar a las palabras?
Una poesía de marinería estelar,
¿o solo nos es dado escuchar, los gritos del naufragio?



IV


(Sueño-Pesadilla con Rimbaud)


Estaba allí sentado sobre un tronco de un árbol talado

como esperando que alguien le dijera o preguntara algo.

Después de todo, él se había callado de muy joven

y se había muerto frió y redondo como un cometa fugaz.


Me acerqué le pregunté:

Rimbaud



que marchaste

detrás de un tanque de combate

mientras llovía, y se hundían tus rodillas hasta el fango;

mientras tu cara de joven poeta

era azotada por una bufanda helada de viento y ceniza.

Niño todavía

reías de los conejos asustados

que saltaban dentro de los bosques

hasta que caían las bombas...

Los muchachos

de no importa que uniforme; gris o azul

morían

mirando conejos destrozados

bajo un sol sangriento...


Tú,

Que viajaste hacia Bélgica y viste

El cuerpo del muchacho soldado

muerto en esa guerra, a la orilla de la carretera...

Dime Rimbaud…poeta muerto en la hermandad de la tormenta.

Señor de las semillas del viento

cosechador del fuego sacro.

¿En esa guerra lejana murieron tus sueños?

¿Perdiste el amor por la poesía y encontraste el camino de la locura?


Volteó a mirarme

–en sus ojos de estrellas heridas, gravitaba una danza pesada

y su boca era una piedra dura, con la que se lapidan a los cantores inoportunos–.


Sacó un viejo revolver con el que me apuntó.

Sentí que era el final.


Sin embargo le seguía preguntando en voz alta:


¿Será en esta guerra cercana

donde mueran nuestros sueños?

¿Podremos aspirar a ese surco

sembrado de semillas y estrellas

donde florezca la rosa planetaria?



Dime tú

marinero del barco ebrio -a-la- deriva...

Si dejamos que la nave naufrague

si dejamos

que la carta de marear sobre el cosmos

se llene de escombros radiactivos y cenizas.

¿Arribaremos a ese sueño,

que espera en la estación del tiempo?


(Esta nuestra tormenta...Esta nuestra guerra...
¿Tiempos de poesía?
¿Vano intento de la literatura?
Pero sin ella, instrumento viejo de la utopía
¿Qué nos queda? )

Rimbaud no responde.

Guarda su viejo revolver en la funda del sobaco.

Rimbaud se ríe,

carcajada etiope de cuervos negros

y se aleja cojeando, por un platanar anegado en sangre.




V



¿Pondré intentar una canción en medio de nuestro naufragio?
¿O será arrojada a la tormenta del silencio?
¿Una imagen?
¿Una voz?



La imagen que hace aguas,

la metáfora que se hunde.

Es una balsa la que ondula trémula

y danza sobre las olas.....

Marea buscando

una luz salvadora en la tormenta.

Una balsa, un brazo, un grito-meteoro

bandera empapada de huracanes.

Balsa de Medusa-Terra

sobre un mar de soles helados

bajo el cosmos de lunas blancas,

estrellas calcinadas, maderos mojados.


Balsa Terra-Medusa

qué se rompe sin sus remos primordiales

contra una tormenta de esmeraldas de hielo.


Sangre de estrellas heridas

que fluye hacia el firmamento.


No dejemos que naufrague la balsa.

Apuntalemos entre todos el mástil.

Que llegue sólida a las costas

ligera de temores y miedos.


Un hombre empapado grita

agitando un pedazo de tela blanca:


“¡Más arena de nebulosas!

¡Más soles!

¡Un faro de constelaciones!

¡Más saetas de estrellas!....

¡Que tiritan los huesos,

que arrecia la tormenta,....

Que se hiela el alma!



¿Podríamomos intentar
una canción que nos lleve de regreso?


O.G.R.