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sábado, 17 de junio de 2017

¿POR QUÉ UN POEMA…?






¿POR QUÉ UN POEMA…?

(Omar García Ramírez)






1

En tiempos de Goethe
las palabras del Werther desataron
una ola de suicidios que se extendió por Alemania...
                                                                                           la llamaron Werther-fieber.

La poesía tenía espíritus lectores
y algunos de aquellos inspirados románticos
llegaron a mixturar
los efluvios de su corazón con las palabras. 
                                                                      Crisoles de piedra y fuego.

La poesía era la naturaleza hecha espíritu en el alma de los hombres.
Dorado escudo de arabescos repujados, teñido en la sangre de las uvas salvajes.
Oro de tormenta solar para almas de jóvenes e impetuosos soñadores.


En tiempos de Pushkin…

La gente salía y provocaba.
Había duelos a pistola
y los padrinos de aquellos duelistas
eran tan locos como los poetas 
que derramaban la sangre sobre la nieve de San Petersburgo.

Los poetas estaban al orden del día…
No solo epataban; arrebataban, enamoraban, construían nuevos mundos…
Emprendían el ascenso de escaleras al cielo
y se quemaban en las tormentas de nieve cuando bajaban de las montañas sagradas.


2

Ahora…
son tiempos difíciles para la poesía.
La gente espera baladitas ligeras de señoritos del idioma.
Los críticos, solo esperan a los iluminados de su academia;
(crooners, susurradores, boleristas de feria).
Algunos logran su cometido; otros sencillamente desafinan.

Un funcionario…
Siempre es bienvenido en estos lares que, en otra época,
                                                                        eran territorios fronterizos y peligrosos.
Biblioteca para desquiciados, códice iluminado de lunáticos;
asilo de gente golpeada.  
Travesía iniciática para maratonistas de la noche, corredores de fondo…

Ahora un poema no te deja fuera de onda.
No invita a  la acción…
                                      o al suicidio… (afortunadamente).

Los publicistas utilizan algunos textos líricos en sus comerciales
con gran éxito de ventas.
Los versos se han tornado esloganes para rejuvenecer el alma.
Nada raro…
Ya que todo ha sido cooptado por la publicidad.
(¿Qué sería de la publicidad sin la poética…?
la retórica publicitaria mama de la ubre lírica de la poesía).
La mercancía, hecha espíritu plástico del comercio global.

3

Pero….
Ya no hay poemas grabados en Piedras de Sol…
Ya no hay poetas que apunten a las estrellas como el Arquero Entusiasta…
No se lanzan en paracaídas y miran el mundo desde la nube de Huidobro…
No se mueren en París con aguaceros, como Vallejo;
O…sucumben bajo el sueño heroinómano, como J. Morrison.

Se resfrían en Bogotá D.C. con los chubascos de los cerros
                                            tomando un carajillo en las faldas de la Candelaria.
Acaso…
¿Toman té, con la luna en pantalones?…
Ahora es: café olé en Juancho Valdex
Saturar pastelillos de margarina liviana para la backerie de la velada floral.
Edulcorarlos como a bombonería                    
                                                      para niñas con caras de azúcar ácida                                                   
que asoman sus rostros constipados
                                      tras ventanales de una noche iluminada por arañas de cristal.
Pero…
                    Será…?

4

Será porque…
un poema ya no puede vibrar como una cuerda de violonchelo
                                                                            y hacer palidecer a la estrella de plata.
Porque un poema…
No se escribe…Ya no es posible…
Ha sido retirado de la vida
y reducido a una morada secreta y gris…
Esta allí balbuceando entre las cornisas de la luz como un gorrión.
Sombra que aletea entre las grietas de la estructura vital
a vuelo raudo, esquivando las columnas doradas de los atardeceres.
Diadema que nimba la frente de una muchacha delgada
que camina presurosa con su carpeta de pinturas en bandolera.

(Poesía automática; gran sueño de otra época.
Condenado a vivir dentro de las vestimentas de un pasajero urbano
que fuera pintado por Magritte: Traje de oficinista, cuerpo etéreo y sin palabras.
Algo que prefiere dejarse olvidado en un cuaderno garabateado
                                                                   a la espera de la maga, jardinera de la noche…)

Creo que ha vuelto a su condición original, su esencia primitiva.
Señuelo de luz,
                            proyecto de sueño,
                                                            espasmo del tiempo, epifanía secreta de la vida.


5

Quisiera preguntar:
¿Por qué un poema no puede ser más contundente que el jab de un boxeador?
¿Por qué no baila como Ali y no se arriesga en el in-fighting como Tisson?
¿Por qué no golpea más duro que un opercout de Vitali Klitschko?
(Pensamos en Arthur Cravan cuando vemos la perspectiva del combate,
algo de pugilismo existe en este mundo del poema).
Aumentar la carga; liberar la potencia del poema…
(En algunos momentos, es nuestra ilusión).
La jaula de combate; el octágono; vida que gira sobre el eje de una mirada suspendida.
Aspiraríamos a un poema rápido
como el brillo de una katana samurái sobre las alas de una mariposa lisérgica…
Pero entendemos que, en un mundo de aceleración perpetua
ya no podría tener esa contundencia.
Además, se ha perdido la costumbre de entrenar duro para para esos menesteres.

Jóvenes poetas de la vieja guardia…
                                                           Niños poetas de la guardia nueva...
boxeadores solitarios en los gimnasios del idioma.
Peleadores de sombra, golpe a golpe, contra los fantasma del destino.
No luchamos para vencer, sino para caer heridos;
saber encajar los golpes merecidos.
Dar la pelea sin desistir
                     sin renunciar a la lenta mordedura venenosa
                                                           que apagará la sangre, que encenderá el olvido.






TODOS VEN EL FÚTBOL...








TODOS VEN EL FÚTBOL…

(Omar García Ramírez)




Todos ven el fútbol…
La invasión de un espectáculo
donde se asiste al brillo de una estrella por diez segundos
y se espera una eternidad, entre la expectativa y el aburrimiento.
El árbitro pita…
Los tipos se estiran de plancha sobre el césped…
Alguien arriesga, toma la iniciativa y trata de pergeñar una jugada maravillosa…
Pero, a pocos metros del arco, un codazo y una patada desbaratan la magia.
No aguantan mucho estos señores…
(En un juego ritual de Pok ta pok con los Olmecas, habrían perdido algo más que la cabeza. Deberían ver un partido de rugby con algunos guerreros maorís, para que supieran lo que en verdad representa el dolor…).

Yo…
Desnudo sobre un sillón de terciopelo negro….
Espero el beso de la Nina.

El beso de la Nina es lento y acaramelado; almibarada gelatina de frambuesa.
Helado copo de algodón, alimento ritual de alpinista solitario.
Gruta lluviosa en mi expedición de espeleólogo.
Mi pálido estertor, mi lento abatimiento.
Respiración entrecortada bajo el liviano peso de su cuerpo.
La flauta de luna se estiliza en el silencio para alcanzar su más alta melodía…

Todo ven las olimpiadas…
Hockey sobre el hielo…
La ruta ciclística de Francia…
Yo respiro y me caliento en la gimnasia de la aurora.
Empuño mi florete y arremeto en una danza cortesana.
Esgrima de la flor más purpurina, galope y vals de primavera…
Equitación aureolada en destellos solares sobre mi potra encabritada.

No quiero escuchar las hordas victoriosas; 
carnavaleros deportivos; borrachos en la efímera gloria...
Cuando no, perdedores en rebaño que ahogan en aguardiente el dolor de sus derrotas…
Pequeños gorrones de la ira, atrapa-pelotas, pateadores de canillas.
Hooligans de la masa embrutecida, rebaño alienado de las bravas barras.
Rituales gastronómicos de grasa y de cerveza, sus himnos guturales, sus cánticos marciales…
Medallistas de la histeria, bajo el control de los señores de la publicidad.

No asisto a los estadios...
He decidido entregarme
a los olímpicos escarceos de la puna andina, sobre mi cobija de lana alpaca.
El galope índico con mi Devi Sakti.
Lucha grecorromana con mi amada sobre la lona blanca del amanecer.
Y respiro el día, que poco a poco, se torna lluvia o ruido…
Gracejo in crescendo de calles y tabernas.

No sé qué celebran ahora…
Caminamos en medio de la turba.
Altos y ebrios; nuestras melenas negras bajo la constelación de sagitario.
Beduinos cetrinos, proyectamos sombras dibujadas por el sol de las calles encendidas…
Encandilados en la noche de los ángeles fugados. Pálidos, livianos…
Ojos rayados;
tibetanos y orientales…inmersos en un lago de purpura profunda.
Bereberes tostados por el viento, mostramos los colmillos de la risa
                                ataviados de cafstánes negros
                                                que se recortan contra las dunas del sueño.

Ese triunfo del que hablamos… está más allá de la gloria y de la muerte.

Todos ven el fútbol...

Gilipollas mecánicos con trompetitas de plástico…
Sombras epilépticas, proyectadas sobre grietas de piedra en las cavernas.
Balompié masivo e industrial, para las hordas de los espantos ruidosos.

Los críticos deportivos de salón, armaran su equipo ideal….
En los diarios, diseñaran una jugada de fantasía frente al pórtico de papel…
Condenaran al atleta lisiado…
Levantaran un pedestal para el legionario que hace méritos en canchas extranjeras
Después… lo crucificaran, le partirán las piernas.

(La historia del fútbol la conforman treinta cosas memorables…
Cuarenta instantes de iluminados e inspirados…
Sesenta caligramas blancos sobre una pantalla verde…
A lo sumo, 100 poemas de coraje, inteligencia, resistencia y velocidad.
Sobre un siglo de sangre, sudor, patadas y aburrimiento…
No mucha cosa, desde que se inventó esta ceremonia balompédica).

¿Cuánto tiempo ha transcurrido  para esto?…
Doscientos setenta millones
que conforman la torcida universal, siguen enganchados.
Espero sinceramente… Nos los defrauden.
Mientras tanto, sigan posando sus gordos traseros porcinos del lúpulo
sobre barras de tabernas ruidosas, mientras afuera, pasa la vida;
 y el tiempo,… pasa de todo…

Nosotros…
Ingeniamos un vuelo de amantes que cruza el arcoíris.
Dribleamos sobre el viento…
Surfeamos sobre olas de luz con reflejos de espaldas solares…
Duendes de invierno; risas bajo cero; esquiamos bajo los pinos del silencio.

Nosotros…
Estamos alcanzando una marca más lenta en cuarentena…
Seis yardas más profundas; apneas contenidas bajo piscinas de azures oleosos…
12 metros más en las fronteras de la risa; tambor que pone a límite el corazón del fuego…
24 asanas de yoga en Sutra del cordón dorado
                                                   enardecidos por flamígeras grenchas de la verde María.
48 keshari mudras con lengua de colibrí sobre el campo erótico del chakra Muladhara
60 golpes de Taichí, sobre la gruta barroca del jardín perfumado…

Poemas gimnásticos de un antiguo libro de piedra
                                           cubierto por líquenes y enredaderas en las selvas del Indostán.

En el verano frente al mar…
Tensamos el arco; apuntamos contra el escudo dorado; damos en el blanco.
Como pareja de jóvenes antiguos en la isla
golpeada por un sol que molió las playas; tejió su áureo vellocino.
Contenemos la respiración, soltamos los diques de los ríos interiores…
Oleaje sereno después de la tormenta.
Y esperamos…
                         A que se fundan las preseas de oro en las huellas de la arena.

Ya batimos todos los récords.
Tenemos las heridas del esfuerzo grabadas en la piel                      
                                                      maceradas con semillas, aceite, lodo…
 Y en nuestras frentes relucientes…

                                   las coronas de laurel espigan victoriosas con el viento.  




jueves, 1 de junio de 2017

BUENA SUERTE CON ESE MURO......



El cineasta Josh Begley y la documentalista Laura Poitras (una de las periodistas que publicó los documentos filtrados de Edward Snowden), crearon el video a partir de más de 200.000 fotografías satelitales tomadas de Google Maps y unidas para dar la impresión de que una cámara viaja a través de ella de punta a punta. “La frontera sur (de EE UU) es un espacio que se ha reducido a metáfora”, escribe Begley en un artículo de The Intercept. "Ya ni siquiera es geográfica. Parte de mi intención es insistir en esa realidad geográfica. Al enfocarse en ese paisaje físico, espero que la audiencia obtenga un mayor sentido de la enormidad de todo esto y tal vez imagine lo que significa ser un blanco político en ese terreno”.
El presidente ha cambiado los detalles del plan como su altura y costo de construcción, pero la meta de obligar a México a pagar por él no ha cambiado. El Gobierno mexicano ha negado en varias ocasiones obedecer a este plan. Desde que Trump anunció el plan en el verano de 2015, varios analistas y políticos han cuestionado su viabilidad, especialmente por su costo. Un estudio realizado por el Washington Post estima un que este sería de aproximadamente 25.000 millones de dólares y no 12.000 millones de dólares como ha dicho Trump. Uno de los factores que aumentaría el costo del muro, según el artículo, son las zonas montañosas, las que están divididas por el Río Bravo o cerca de los océanos Pacífico y Atlántico.